Hace muchos años, cuando mi hijo tenía aproximadamente dos años, solía llevarlo sobre mis hombros y trataba de enseñarle aspectos importantes de la vida. Una noche señalé a la brillante luna llena y le dije: "Dios hizo la luna"… y en su pequeña y tierna vocecita, él repetía "¡Dios hizo buma!” Escucharlo no tenía precio, y se lo preguntaba una y otra vez, para que otros lo escucharan: "¿Quién hizo la luna?" "¡Dios hizo buma!", respondía con toda seguridad.