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Para algunos, la ciencia es una especie de dios todopoderoso que lo explica todo, y muchos científicos pueden concluir arrogantemente que han revelado todos los conocimientos sobre algún aspecto de nuestro universo. Sin embargo, los nuevos descubrimientos demuestran a menudo lo absurdas que son en realidad esas conclusiones. Como señala la Biblia: “Profesando ser sabios, se hicieron necios” (Romanos 1:22).
La BBC recientemente informó: “Científicos de la Universidad de Central de Lancashire, en Inglaterra, descubrieron una gigantesca estructura en forma de anillo en el espacio” que tiene 1.300 millones de años luz de diámetro (11 de enero de 2024). Este “Gran Anillo” está conformado por galaxias y cúmulos de galaxias. Es “tan grande que cuestiona nuestro entendimiento del universo”. Según una de las principales referencias de la astronomía, llamada el principio cosmológico, estructuras de este tamaño no deberían existir, porque se supone que toda la materia está distribuida de forma pareja a través del universo. Sin embargo, esta es la séptima estructura grande, nuevamente, que no debería existir, descubierta en el universo en los últimos años. Como dijo humildemente la descubridora de dos de estas estructuras: “sus tamaños ultragrandes, formas distintivas y proximidad cosmológica necesariamente nos deben estar diciendo algo importante, pero ¿qué exactamente?” Un profesor de física de la Universidad de Warwick dijo: “Es increíblemente difícil concebir un mecanismo que pueda producir estas estructuras así que, en cambio, los autores especulan con que están viendo una reliquia del universo temprano donde las ondas de material de densidad alta y baja están ‘congeladas’ en un medio extragaláctico”. Aunque tal mecanismo pueda ser “increíblemente difícil concebir”, el Dios que creó el universo continúa mostrando a los científicos que no creen en Él, que Él es capaz de sorprender y contradecir sus suposiciones.
El Dios de la Biblia dice de los sabios y poderosos de este mundo: “Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa” (Romanos 1:20). Cuando vemos la creación a través del lente de la Biblia, los descubrimientos científicos a menudo resultan mucho más claros. Como dijo el rey David: “Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste, digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites?” (Salmos 8:3-4).