Los investigadores de la fertilidad juegan a ser Dios

En una reunión reciente de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, los científicos discutieron la dirección de la investigación de la fertilidad. Las investigaciones actuales están explorando el potencial para mejorar la fertilidad y tratar problemas relacionados con esta, pero también procedimientos misteriosos y preocupantes. Como un investigador de la Universidad de Ciudad del Cabo dijo: “La búsqueda de una raza ‘perfecta’, un bebé ‘perfecto’, una ‘generación perfecta’ no es ciencia ficción” (USA Today, 23 de abril de 2023).

Durante mucho tiempo hemos tenido la capacidad de cambiar el ADN en una célula tan fácil como se edita una palabra en un documento en línea. Los científicos ahora han demostrado que los espermatozoides y los óvulos ya no son necesarios, ya que han creado crías sanas de ratones a partir de las células de dos padres. Pero los especialistas en ética están haciendo sonar la alarma de que lo que podemos hacer ahora está muy por delante de nuestra capacidad para comprender lo que debemos o no debemos hacer, y algunos temen que la investigación sobre la fertilidad convierta lo que debería ser un acto sagrado de procreación en una mera línea de montaje. Como dijo un especialista en bioética de la Universidad Estatal de Arizona: “Es una perversión de la santidad de la procreación como un aspecto fundamental de la vida humana. Lo convierte en un proyecto industrial que responde y también inspira y cultiva los deseos de sus futuros clientes”. Al carecer de parámetros de la brújula moral definida por la Biblia, esta línea de investigación podría conducir a algunos resultados muy aterradores.

En tiempos antiguos, Dios eligió frenar los avances científicos y de otro tipo de la humanidad al introducir idiomas diferentes en Babel. Parte de la preocupación de Dios era que la humanidad no tendría restricción para lograr todo lo que deseaba (Génesis 11:6). La humanidad, por medio de los lenguajes comunes de la ciencia, las computadoras y las matemáticas, parece haber superado ese mandato divino, y puede ser solo cuestión de tiempo hasta que muy poco sea imposible. La humanidad necesita una brújula moral para guiar los avances y desarrollos, o ocurrirán tremendas atrocidades en nombre del progreso científico. Para más información, vean “¿Quién decide lo que está bien o mal?”