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Según un reciente estudio en la muy respetada revista Science: “Las zonas muertas de los océanos con cero oxígeno se han cuadriplicado en tamaño desde 1950...mientras que el número de lugares con muy poco oxígeno cerca de las costas se ha multiplicado por diez” (The Guardian, 4 de enero de 2018). Debido a que la mayoría de la vida marina no puede vivir en estas zonas muertas, los científicos predicen que la extinción masiva y el colapso ecológico podrían ocurrir, si la tendencia continúa. El aumento en las temperaturas oceánicas ha llevado a la desoxigenación en el mar, y “las zonas costeras muertas son el resultado de los fertilizantes y aguas residuales que van de la tierra a los mares”. Los científicos informan: “La falta de oxígeno en el océano se encuentra entre los efectos más graves de las actividades humanas en el medio ambiente de la Tierra” ya que sofoca y mata a los peces y destruye sus hábitats (Smithsonian Insider, 4 de enero de 2018).
Pero puede haber un significado profético para lo que está ocurriendo. Jesús predijo que una de las señales del fin de esta era serían los desastres naturales “en diferentes lugares” (Mateo 24:7). El profeta Oseas advierte que debido a que los seres humanos violan las leyes de Dios: “se enlutará la tierra… y aun los peces del mar morirán” (Oseas 4:1-3), y el apóstol Pablo dice: “toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora” como resultado de las actividades erróneas del hombre (Romanos 8:22). Sin embargo, la Biblia también revela que eventualmente Dios traerá su juicio sobre esta Tierra antes del retorno de Jesucristo. Durante ese tiempo, la tercera parte del mar se convertirá en sangre y la tercera parte de los seres vivientes en el mar, morirán (Apocalipsis 8:8-9), a medida que Dios castiga a la humanidad por su desafío, sus pecados y su rechazo.
¡Sin embargo, hay buenas nuevas! La Biblia revela que Jesucristo regresará a la Tierra (Juan 14:1-3). Él traerá la “restauración de todas las cosas”, incluida la del medio ambiente (Isaías 11:1-9; 35:1-7; Hechos 3:19-21). Finalmente, “recibirán sanidad las aguas” y fluirán desde Jerusalén y restaurarán la vida marina una vez más (Ezequiel 47:1-10). Para más información sobre la recuperación futura de la Tierra y los emocionantes cambios que se avecinan, vean “¿Hay esperanza para la humanidad?”