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“Más del 60 por ciento de los 257 municipios sudafricanos se clasifican como disfuncionales o casi disfuncionales, según el Ministerio de Gobernación Cooperativa” (Bloomberg, 14 de junio de 2018). Un informe reciente del gobierno de Sudáfrica reveló que solo 33 de los 257 municipios recibieron una auditoría limpia el año pasado, ¡eso es solo el 13 por ciento! Los residentes de la comunidad local se quejan de los crecientes problemas con la basura y la higiene, caminos e infraestructuras deterioradas y falta de empleos. Muchas personas se ven obligadas a mudarse a las ciudades para buscar trabajo o abandonan el país por completo.
Como en otras naciones, gran parte de la infraestructura y la programación social de Sudáfrica dependen de los ingresos fiscales. La agencia de impuestos de Sudáfrica fue una vez una institución de reputación mundial y responsable de gran parte del éxito de la nación. Tristemente, bajo el presidente anterior, gran parte de la evasión de impuestos ocurrió incluso en los niveles más altos del gobierno (New York Times, 10 de junio de 2018). Y actualmente, muchos sudafricanos, que han perdido la confianza en el gobierno, no están pagando sus impuestos. Lamentablemente, cuando los que están en el gobierno son corruptos, la corrupción se propaga como un cáncer como lo ha hecho a través de muchos ministerios del gobierno. Tristemente, Sudáfrica está pagando el precio de esa corrupción.
El libro de los Proverbios registra una verdad evidente “Cuando los justos dominan, el pueblo se alegra; mas cuando domina el impío, el pueblo gime” (Proverbios 29:2). Cuando los dirigentes son corruptos y no valoran la verdad y la honestidad, conducen a toda su nación al sufrimiento. Sudáfrica no está sola en esto. Como una nación cristiana conocedora de los diez mandamientos, también es responsable ante Dios por lo que sabe, así como lo son sus dirigentes. Dios advierte: “¡Ay de los pastores de Israel, que se apacientan a sí mismos! ¿No apacientan los pastores a los rebaños? Coméis la grosura, y os vestís de la lana; la engordada degolláis, mas no apacentáis a las ovejas” (Ezequiel 34:1-3). ¡La maravillosa noticia es que vendrá un tiempo mejor cuando Cristo regrese y establezca líderes justos en todo el mundo! Este tiempo verá la abundancia, la paz y el orden como nunca antes. ¡El sufrimiento de Sudáfrica y de muchas otras naciones un día terminará! Para más información sobre este maravilloso futuro, lean El maravilloso mundo de mañana. —Scott Winnail, Francine Prater y Christo Botha