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“El jefe humanitario de la ONU, Stephen O'Brien, dijo que más de 20 millones de personas enfrentan la amenaza de inanición y hambruna en Yemen, Somalia, Sudán del Sur y Nigeria. Unicef ya advirtió que 1,4 millones de niños podrían morir de hambre este año” (BBC, 11 de marzo de 2017). La crisis ha sido llamada la “mayor crisis humanitaria desde la creación de las Naciones Unidas” (ibídem). Según el señor O'Brien, si el desastre no se evita, el mundo será testigo de: “Niños que tendrán retrasos (de desarrollo) y faltarán a la escuela. Los medios de existencia, el futuro y las esperanzas se habrán perdido. La resiliencia de las comunidades se desvanece rápidamente. Las ganancias de desarrollo se verán revertidas. Muchos serán desplazados y seguirán moviéndose en busca de supervivencia, creando cada vez más inestabilidad en regiones enteras” (ibídem). La inanición y la hambruna en esta región de África se deben tanto al clima como a la guerra. Hace mucho tiempo, Dios advirtió que los gobiernos de la humanidad no conducirían a la paz y la prosperidad para todos (Proverbios 14:12). Se necesitará el retorno de Cristo y su gobierno perfecto para producir una abundancia real y duradera y una paz verdadera. La Biblia predice este abundante futuro: “He aquí vienen días, dice el Eterno, en que el que ara alcanzará al segador, y el pisador de las uvas al que lleve la simiente; y los montes destilaran mosto, y todos los collados se derretirán” (Amós 9:13). Este es un tiempo que todos los verdaderos cristianos deben anhelar y por el que deben orar. ¡Que Dios apresure el retorno de su Hijo y el fin del sufrimiento! Para más información sobre este tema, lean o escuchen “¡Se acerca el hambre y la escasez de alimentos!”