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Al igual que muchas enfermedades de transmisión sexual (ETS) en su estado inicial, Mycoplasma genitalium (MG) generalmente no presenta síntomas. Esto significa que una persona infectada puede transmitir su enfermedad sin saberlo a otras parejas sexuales (BBC, 11 de julio de 2018). La enfermedad causa dolor, fiebre, sangrado e incluso infertilidad. Los profesionales de la salud observan que esta bacteria muta y desarrolla inmunidad contra ciertos antibióticos, lo que en algunos casos la hace intratable.
El número de infecciones de ETS está aumentando en muchas naciones del mundo, ya que las actividades sexuales de alto riesgo se promueven como una práctica normal. Las agencias de salud pública saben que estas enfermedades se pueden prevenir, pero optan por hacer que el uso del condón sea la única opción de prevención recomendable. En lugar de enfocarse en cambiar los comportamientos que causan MG y todas las otras enfermedades de transmisión sexual, los profesionales de la salud optan por soluciones políticamente correctas, que no son más que un “parche” que no abordan la causa del problema.
Sin embargo, la Biblia tiene una solución verdadera y duradera al problema. Esta solución bíblica elimina por completo el riesgo de infección y, si se sigue fielmente, podría erradicar por completo las ETS. La solución de Dios a la crisis de las ETS que afectan a la humanidad, es limitar las relaciones sexuales a un matrimonio monógamo entre un hombre y una mujer (Génesis 2:24; Éxodo 20:14). Este comportamiento simple y probado previene totalmente la exposición a estos agentes infecciosos potencialmente mortales y pone fin a su propagación. Aunque nuestra sociedad moderna se resiste a estas leyes eficaces para la vida, la Biblia provee reglas sencillas y fáciles de seguir que pueden eliminar estas enfermedades y sus consecuencias. Imaginen un mundo donde nadie está enfermo o muriendo a causa de una ETS. Esto puede ser el resultado de guardar solo uno de los diez mandamientos de Dios. Para comprender mejor los poderosos efectos de estas antiguas y actualmente aplicables instrucciones bíblicas, lean nuestro folleto Los diez mandamientos. —Scott Winnail, Francine Prater y Chris Sookdeo