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Con toda seguridad, usted los has visto: hombres y mujeres jóvenes y hermosas, con cuerpo ideal y dientes perfectos. Los vemos estirados en la playa en traje de baño o en una taberna luciendo ropa deportiva. Cualquiera que sea el escenario, el mensaje siempre es el mismo. ¡Estas personas sí saben divertirse!
¿Quién no quisiera una vida así? La imagen es llamativa, y los expertos en ventas la han refinado hasta producir un mensaje altamente seductor. Todo lo que necesitas es beber nuestra cerveza (o nuestro vino o nuestro licor) para ser igual a esta persona, ¡rodeada de amistades alegres y dándote "la buena vida"!
¡Alto un momento! ¿Acaso esta representación es correcta? ¿Acaso nos cuenta toda la historia? ¿O será más bien una imagen falsamente "glamorosa" de la vida del bebedor? Para ti, como joven que debe tomar decisiones importantes basadas en imágenes como éstas, es sumamente importante discernir lo que realmente está ocurriendo.
El alcohol se ha bebido desde hace miles de años. Si bien tiene propósitos medicinales, la razón principal de su popularidad es el efecto relajador que produce en quien lo bebe. Incluso la Biblia observa que el vino "alegra el corazón del hombre" (Salmo 104:15).
El fenómeno más reciente es la "idealización" del alcohol. En nuestra época dominada por los medios de comunicación masiva, estamos saturados de imágenes y mensajes que buscan influir en nuestra actitud hacia el alcohol. Los fabricantes se valen de la publicidad no sólo para vendernos sus productos sino para vendernos un "estilo de vida" basado en una imagen fascinante de lo que será nuestra vida si usamos sus productos. Un comercial para vino no sería muy eficaz si mostrara a un comprador solitario llevándose una botella para beber a solas frente al televisor.
También hay otro tipo de "publicidad" que presenta el alcohol como algo muy llamativo: las actitudes de nuestros familiares y amigos. Las personas que nos rodean ¿ven el alcohol como algo necesario en toda reunión social o familiar? Nuestros amigos ¿relacionan el alcohol con lo divertido o elegante… quizá incluso como un elemento imprescindible para darle alegría y emoción a nuestra vida? Sin darnos cuenta, es posible que caigamos víctimas de la "idealización" del alcohol, producida por una imagen irreal del alcohol y de su papel como parte de una vida feliz y realizada.
Si no podemos confiar en el modo como los medios representan el alcohol, y si nuestros amigos y familiares confían demasiado en la bebida para generar esparcimiento o "diversión", ¿entonces quién nos enseñará la actitud correcta hacia el consumo de alcohol? Si usted está leyendo esta revista, sabe que nosotros creemos que la Biblia revela el pensar de Dios sobre casi cualquier tema… incluido el tema del alcohol.
Algunos se sorprenderán al saber que la Biblia no condena el alcohol. En la palabra de Dios encontramos muchos ejemplos del alcohol como una bendición cuando se toma correctamente y en situaciones apropiadas. Por ejemplo, el primer milagro que conocemos de Jesucristo fue convertir el agua en vino en una boda. (Juan 2:1–10). Más tarde, el apóstol Pablo le dijo al joven evangelista Timoteo que tomara: "un poco de vino" por motivos de salud (1 Timoteo 5:23). Más aún, la Biblia cita el vino como una de las bendiciones que Dios ha dado a la humanidad para que las disfrute (Salmo 104:15).
Pero al mismo tiempo, la Biblia condena el abuso del alcoholen términos muy firmes. Hay secciones enteras de la Biblia que describen los peligros y las consecuencias—incluso la estupidez—de emborracharse (Proverbios 20:1; 21:17; 23:20–21, 29–35; Isaías 5:11–12, 22).
Cuando juntamos todo lo que dice la Biblia sobre el tema, resulta obvio que Dios dispuso el alcohol para nuestro bien, pero solamente cuando lo disfrutamos con moderación y sentido de la responsabilidad. No debemos pensar que "como la Biblia dice que beber no es pecado", entonces podemos abusar. Las Sagradas Escrituras enseñan claramente que no debemos permitir que el alcohol nos controle (1 Corintios 6:12). Si nos controla, entonces estamos bebiendo de modo inapropiado. Jamás debemos sentirnos impulsados a beber. Recuerde, el hecho de que algo sea permitido no significa que sea necesario (Gálatas 5:13). Si llega el momento en que sentimos que ninguna ocasión social es completa sin una bebida alcohólica y que no podemos divertirnos bien si no hay algo que beber, podemos estar seguros de que no es la palabra de Dios la que influye en nosotros sino los comerciantes y los medios publicitarios, que desean fascinarnos con el alcohol.
Si bien el alcohol, tomado con sentido de responsabilidad, puede ser un elemento atractivo en nuestra vida, todos sabemos de muchos casos de lamentable abuso. Incluso entre tus propios familiares y amigos, seguramente se han presentado penas desgarradoras a causa de la bebida. Hay bebedores que caen en el abismo profundo del alcoholismo, donde su afición por la bebida se convierte en asunto de vida o muerte. Esta trágica realidad no figura en esos comerciales cautivantes que muestran sólo personas hermosas dedicadas a pasarla bien.
Es posible que estés pensando: "Otra vez… otro artículo negativo y quejumbroso. ¡No es para tanto! ¡Yo sólo quiero divertirme un poco con mis amigos!" ¿Ah, sí? Lo que parece una simple diversión puede traer consecuencias graves para los menores de edad que consumen alcohol. Las siguientes estadísticas se encuentran en informe reciente del Centro sobre la Comercialización del Alcohol y la Juventud (Exposición de los jóvenes a la publicidad por al alcohol en la televisión y en revistas nacionales, Período 2001-2006; diciembre de 2007):
El consumo de alcohol es el problema número uno entre los jóvenes. Son más los estudiantes de 13 a 17 años que beben alcohol, que los que fuman tabaco o toman drogas ilegales. "El alcohol sigue bebiéndose ampliamente entre los menores de 20 años. Casi las tres cuartas partes de los estudiantes (72 por ciento) han consumido alcohol (más de unos sorbos) antes de terminar la escuela secundaria; y aproximadamente dos quintos (39 por ciento) de ellos han bebido antes de terminar el octavo grado…. Casi un quinto (18 por ciento) de los chicos del octavo grado en 2007 reconocen que se han emborrachado por lo menos una vez en la vida" (Resumen de hallazgos principales, 2007, publicación 08-6418 de los Institutos Nacionales de Salud, p. 9)
La ingestión intensiva de alcohol por parte de los jóvenes sigue siendo un problema grande, pese a los esfuerzos grandes por reducir el acceso de los jóvenes al alcohol. Millones de jóvenes menores de 21 años beben descontroladamente.
Cuanto más pronto empiecen los jóvenes a beber, peores serán las consecuencias. Los que empiezan a beber antes de la edad de 15 años tienen cinco veces más probabilidad de sufrir problemas de alcohol que los que esperan hasta los 21 años de edad para empezar a beber. Los que beben fuertemente en la adolescencia y la juventud son más propensos a desarrollar un perfil metabólico que los pone en mayor riesgo de problemas cardiovasculares más tarde en la vida, aunque no sigan bebiendo.
Miles de jóvenes menores de 21 años mueren cada año por heridas relacionadas con el consumo de alcohol. Un informe de eruditos expresa que "la iniciación temprana en el consumo de alcohol se asocia con una mayor probabilidad de verse envuelto en conductas violentas, intentos de suicidio, encuentros sexuales desprotegidos y parejas sexuales múltiples". (Cantidad y frecuencia del consumo de alcohol entre los bebedores menores de edad, marzo de 2008).
Tal como lo reveló la Biblia hace muchos siglos, hay una manera correcta y una manera incorrecta de consumir alcohol. La sociedad actual promueve el abuso del alcohol cuando les muestra a los jóvenes aquellas imágenes idealizadas del alcohol, con la esperanza de inculcar actitudes erradas a temprana edad, actitudes que se conviertan en malos hábitos para toda la vida. Las estadísticas anteriores indican que esto lleva a consecuencias peligrosas.
Los comercializadores no quieren que piensen en tu actitud hacia el alcohol. Quieren que aceptes las imágenes populares que ellos ofrecen, que des por sentado que al beber participas en un mundo atractivo y alegre, donde el alcohol te hace más encantador y más divertido. Pero no eres tan tonto. Puedes darte cuenta de que tu concepto del alcohol se debe a muchas influencias que te rodean… y que algunas de ellas no te convienen para nada.
Recuerda, de ti depende qué harás de tu mente y tu vida. Las decisiones que tomes en cuanto al alcohol afectarán tu futuro y también afectarán a las personas que quieres. Tú puedes ponerte por encima de las influencias que te rodean, sentando unas bases sólidas de responsabilidad y madurez que te serán de enorme provecho por el resto de tu vida.