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Muchas personas no reconocen la verdadera persona de Jesucristo. En un viaje reciente el Reino Unido, tuve la oportunidad de visitar la Galería Nacional en Londres. Este imponente complejo de grandes edificios aloja obras extraordinarias del arte del Renacimiento y períodos anteriores, junto con piezas de épocas más recientes. Recorriendo las largas galerías y observando aquellas obras antiguas, grandes y pequeñas, me llamó la atención que la mayoría de ellas, especialmente las de la Edad Media hasta el siglo 19, tenían un tema en común. Casi todas eran escenas religiosas, o representaciones de historias bíblicas, personajes bíblicos, diversos santos y hechos de la vida de Jesucristo.
Muchos cuadros representaban personajes míticos, como querubines alados en forma de bebé o de niño. Por otra parte, muchas de las personas allí pintadas tenían una aureola u otro símbolo indicativo de santidad o religiosidad.
Supongo que esto no debe sorprender, ya que la Iglesia rica y poderosa que dominó Europa durante esos períodos era el principal mecenas, la que apoyaba las artes. Los artistas que producían estas obras de arte increíbles y duraderas estaban simplemente produciendo lo que el cliente deseaba y esperaba.
"¿Y cuál es el problema?" preguntarán algunos. El problema es que estas pinturas y esculturas, tan hermosamente elaboradas, presentan una imagen y una impresión falsa del contenido de la Biblia. La información errónea y las imágenes mentales que alteran y distorsionan la verdad son armas que emplea Satanás para embaucar a la humanidad.
Las Escrituras nos dan estas instrucciones claras: "No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el Cielo, ni abajo en la Tierra, ni en las aguas debajo de la tierra" (Éxodo 20:4). Es claro que debemos tener mucho cuidado con la manera como representamos a Dios Padre o a Jesucristo el Mesías.
También vemos el mandato de expresar la verdad: "No hablarás contra tu prójimo falso testimonio" (Éxodo 20:16). Como buena parte de los tesoros artísticos de la antigüedad representan imágenes falsas, el hecho es que no cumplen el criterio bíblico de aceptabilidad.
Este tipo de información errada y de conceptos equívocos no son nada nuevo. Al respecto el apóstol Pablo dio instrucciones firmes: "Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Mas si aun nosotros, o un ángel del Cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema" (Gálatas1:6-9).
Palabras fuertes, sin duda, pero reflejan la importancia de aferrarse a la verdad del mensaje del Reino de Dios que Jesucristo trajo. Mostrar una imagen falsa del Mesías o del mensaje bíblico, o cantar un himno que tiene errores o conceptos equivocados sobre el plan de Dios, crea confusión respecto del mensaje más importante alguna vez impartido al hombre.
Jesús desenmascaró a los líderes religiosos de su época, quienes se aferraban a sus tradiciones y su poder en vez de aceptar y acoger el mensaje que Él trajo. Jesús les dijo: "Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo: Este pueblo de labios me honra; mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres" (Mateo 15:7-9).
Aunque ciertamente podemos apreciar los dones, el talento y la habilidad que se requieren para producir obras hermosas de arte, música y literatura, debemos tener cuidado que estas cosas no transmitan una idea errada de lo que son la identidad y el mensaje del Mesías.
En El Mundo de Mañananos proponemos presentar la verdad de Dios de modo claro y comprensible en este período de preparación para el regreso del Mesías. El Curso bíblico por correspondencia de El Mundo de Mañana es un modo excelente de aprender las verdades sencillas y preciosas de las Sagradas Escrituras, que para muchos siguen siendo un misterio velado por las tradiciones falsas de hombres. Es absolutamente gratuito y se consigue tanto en línea como en forma impresa.