J. Davy Crockett III | El Mundo de Mañana

J. Davy Crockett III

Prácticas de libertinaje pasadas por alto



Aunque periodistas, expertos y los podcasts examinan las condiciones en la escena mundial, analizan las amenazas a la libertad personal, la economía, la defensa nacional, la salud pública y otras áreas importantes que afectan la calidad de vida de su audiencia y, reflexionan sobre las condiciones subyacentes, a veces, el sesgo político distorsiona las afirmaciones y conclusiones de estos comentaristas.

La suerte no es una dama



En1965, el popular cantante y actor Frank Sinatra presentó una canción exitosa en la obra Chicos y Muñecas (Guys and Dolls). La canción contenía el siguiente fragmento: "Para empezar, si alguna vez has sido una dama llamada Suerte, ¡sé una dama esta noche!". Fue un llamado musical para permitirle al cantante salir a ganar en un juego de azar y en el “juego” de la vida. La dependencia de la suerte o la buena fortuna es una antigua creencia arraigada en el paganismo que ha influido en la humanidad a lo largo de la historia.

¿Qué es lo que usted ve?



A veces, podemos mirar una cosa y no “ver” realmente como es desde todos los ángulos. Nuestro enfoque en la vida, con sus alegrías, pruebas y desafíos a menudo depende de nuestras percepciones, cómo elegimos ver las cosas en cualquier tipo de situación. Una analogía que parece encajar con esta propensión humana es sobre el aspecto de un diamante, la más rara de las piedras preciosas.

La realidad no es el enemigo



Se dice que Abraham Lincoln, conocido por utilizar anécdotas simples para exponer argumentos eficaces, preguntó una vez a un crítico: "¿Cuántas patas tiene un perro si cuentas su cola como una pata?". "Bueno", dijo el hombre, "en ese caso, cinco patas". “No”, respondió Lincoln, “¡Sólo cuatro! Decir que la cola de un perro es una pata no significa que sea una pata”. Esta sabiduría simple pero profunda parece perdida en gran parte de la sociedad actual.

Desencadenados



En los programas de noticias nocturnos, a menudo hay personas importantes que son "llevadas a la fuerza", esposados hacia o desde el Edificio de Justicia mientras los fotógrafos capturan toda la acción. En cuestión de minutos, salen las “¡Últimas noticias!” y el flash de las cámaras fotográficas disparan las imágenes que se verán en todo el mundo. Los encadenados se sienten mortificados, totalmente humillados, ya que su reputación queda empañada y su vida arruinada.

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