Una vez, mi esposa y yo tuvimos la oportunidad de rescatar a un ciervo bebé, que se había separado de su madre y estaba a punto de morir. Mientras conducíamos hacia y desde el centro de rehabilitación de ciervos en Carolina del Norte, comenzamos a hablar sobre nuestra experiencia, y nos percatamos de que existe una gran responsabilidad y alegría asociadas con el cuidado de la creación de Dios. Vimos esta experiencia como una oportunidad que nos dio Dios para ayudarnos a aprender algunas lecciones de cuán importante es labrar y cuidar la tierra.