Cuando el mañana se convierte en hoy | El Mundo de Mañana

Cuando el mañana se convierte en hoy

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A menudo pienso en lo implacable del tiempo; segundo a segundo, el futuro se convierte en pasado y los planes se convierten en recuerdos. Todos los seres humanos experimentan por igual la implacable “marcha del tiempo hacia adelante” siempre a un ritmo constante, con segundos, minutos y horas que marcan la transición del mañana al hoy y del hoy al ayer.

Entonces, ¿cómo y cuándo el “mañana” se convierte en “hoy”? Según el cálculo del tiempo de la mayoría de las personas, parece que “mañana” simplemente se transforma en “hoy” cuando nos despertamos. Sabemos que, técnicamente, el nuevo día “comienza” a la medianoche, tan pronto como el reloj marca el paso de p.m. a a.m. en la mayoría de los países modernos. Sin embargo, la mayoría de nosotros nunca lo pensamos de esa manera, como tampoco aceptamos realmente la idea de que es “ayer” o “mañana” al otro lado de la línea internacional del cambio de fecha cuando la cruzamos en un avión.

Nuestra organización se llama El Mundo de Mañana porque nos centramos en predicar el evangelio (o las buenas nuevas) de cómo será el mundo cuando Jesucristo regrese y establezca el Reino de Dios. El señor Herbert W. Armstrong, nuestro predecesor en esta Obra, lo llamó “el mundo de mañana”. Hay un mañana especial que se acerca; tal vez podríamos llamarlo “ el mañana de los mañanas”.

Gran parte de la Biblia apunta a este mañana. Ese importante punto de inflexión en la historia ocurrirá el día en que Jesucristo regrese en poder y gloria.

El versículo que mejor describe sucintamente este impresionante punto de inflexión es Apocalipsis 11:15: “El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos”.

El profeta Zacarías también escribió sobre este día especial: “Y se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos, que está en frente de Jerusalén al oriente … “Acontecerá también en aquel día, que saldrán de Jerusalén aguas vivas … Y El Eterno será rey sobre toda la tierra. En aquel día El Eterno será uno, y uno su nombre” (Zacarías 14:4, 8–9).

El regreso de Jesucristo, en el que se llevará a cabo el encarcelamiento de Satanás el diablo, ocurrirá en algún día real en el futuro, en alguna hora real entre la salida y la puesta del mismo sol que cada uno de nosotros probablemente vio o verá hoy (o tal vez mañana).

La Biblia también dice que los cristianos deben trabajar para estar listos para ese futuro mañana, porque, aunque el pueblo de Dios tendrá una buena idea general del momento del regreso de Jesús, no sabrá el día ni la hora en que esto sucederá. Jesús explicó: “Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre … Velad, pues, porque no sabéis cuándo vendrá el señor de la casa; si al anochecer, o a la medianoche, o al canto del gallo, o a la mañana; para que cuando venga de repente, no os halle durmiendo” (Marcos 13:32, 35-36).

Algún día desconocido en el futuro, después de un mañana desconocido, después del día en que Jesús regrese de las nubes tal como ascendió a ellas, Él implementará el gran cambio, y transformará el mundo de hoy en el mundo de mañana. Su mundo es la buena noticia sobre la que escribieron y predicaron todos los profetas y apóstoles de Dios, y será el tiempo de la “restauración de todas las cosas” (Hechos 3:19-21).

Considere una pequeña muestra de cientos de escrituras que contrastan la diferencia entre el mundo de hoy y el mundo después del regreso de Cristo.

Hoy, algunos desiertos, como el desierto del Sahara, están creciendo. Mañana, florecerán como las rosas (Isaías 35:1). Hoy, los hombres metafóricamente convierten sus arados y anzuelos en espadas y lanzas, lo que será al contrario mañana (Joel 3:10; Isaías 2:4). Hoy, la humanidad sufre de hambre y enfermedades. Mañana, los enfermos serán sanados, y las cosechas de alimentos serán tan abundantes que el hombre que ara alcanzará al hombre que todavía está cosechando la cosecha anterior (Amós 9:13; Isaías 35:5-6). Hoy, Satanás reina sobre este mundo como el gobernante de las tinieblas, el padre de la mentira, el rey del orgullo y el que ha sido asesino desde el principio (Juan 8:44; Efesios 6:12; Job 41:34).

Mañana, Cristo reinará como el “Príncipe de Paz”, el portador de la luz, el restaurador de la verdad y la vida, y un rey con un corazón para servir y el poder para administrar justicia (Isaías 9:6; Juan 14:6; Mateo 20:28). El mundo de hoy está lleno de tristeza, lágrimas, dolor y muerte, pero un día caerá la última lágrima de tristeza, el último gesto de dolor marcará el rostro de alguien y la muerte será destruida (Apocalipsis 21:4; 1 Corintios 15:26).

Estas cosas extraordinarias son parte del mensaje principal de Jesucristo, que es el evangelio del venidero Reino de Dios que cambiará el mundo. Esperamos ese futuro mañana con una esperanza que casi, casi parece demasiado bueno para ser verdad. Pero gracias al Dios Todopoderoso que todo eso es verdad. Esperamos el mañana cuando Jesucristo literalmente descienda de las nubes y cambie nuestro mundo por completo. Un día, finalmente llamaremos a ese mañana tan ansiado “hoy”. ¡Qué tan maravilloso será ese día!

Si desea tener más información sobre el tiempo abundante del mundo de mañana, considere solicitar o leer en línea nuestro folleto El maravilloso mundo de mañana: ¿Cómo será