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La fiesta bíblica llamada Pentecostés en el Nuevo Testamento, está cerca, se llevará a cabo el 16 de junio de este año. La palabra Pentecostés proviene del vocablo griego que significa quincuagésimo, ya que se observa después de contar 50 días, comenzando con el día de la ofrenda mecida durante los Días de los Panes sin Levadura (Levítico 23:15-17). Pentecostés describe la fiesta generalmente llamada Fiesta de las Semanas en el Antiguo Testamento (Éxodo 34:22; Deuteronomio 16:9–10, 16), pero también se le conoce como la fiesta de la siega (Éxodo 23:16) y “el día de las primicias” (Números 28:26). Pentecostés se menciona tres veces en el Nuevo Testamento en Hechos 2:1–4, Hechos 20:16 y 1 Corintios 16:8.
Cuando uno lee las numerosas referencias de este día en la Biblia, especialmente el dramático derramamiento del Espíritu Santo de Dios en Pentecostés, un lector sincero de la Biblia se puede preguntar: ¿Debo celebrar la Fiesta de Pentecostés? Para los cristianos genuinos que consideran la Biblia como guía de sus vidas, la respuesta bíblica a esta pregunta es sí. Este comentario proporcionará tres razones bíblicas simples por las que los cristianos deben observar esta Fiesta.
En primer lugar, Jesucristo celebró las fiestas bíblicas descritas en Levítico 23, y Él es el ejemplo que todos los cristianos deben seguir (1 Pedro 2:21). El Nuevo Testamento proporciona ejemplos específicos de cómo Cristo celebró las fiestas ordenadas bíblicamente (Mateo 26:17; Lucas 2:41–42; Juan 7:2–14, 37). También guardó el sábado semanal, como se indica en los Diez Mandamientos (Lucas 4:16).
En segundo lugar, los discípulos de Cristo celebraron las fiestas bíblicas. El apóstol Pablo escribió en 1 Corintios alrededor del año 56 d. C., menos de 30 años después de la muerte de Cristo, y enseñó específicamente que se debían celebrar las fiestas de la Pascua (1 Corintios 11:23–26) y de los Panes sin Levadura (1 Corintios 5:1–8). Muchos de los discípulos se reunieron en la primera celebración de Pentecostés, que ocurrió unos diez días después de que Jesús ascendiera al Cielo (Hechos 2:1–4). Lucas también hace referencia al Día de la Expiación como un marcador importante en el calendario (Hechos 27:9).
Jesús y Sus discípulos no celebraron las fiestas anuales porque eran judíos; las celebraron porque Dios así lo ordenó en las Escrituras y tienen un gran significado para los cristianos. En resumen, las fiestas bíblicas son las fiestas de Dios, como Él mismo lo dijo cuando le explicó a Moisés los detalles sobre las siete fiestas: “Habla a los hijos de Israel y diles: Las fiestas solemnes del Eterno, las cuales proclamaréis como santas convocaciones, serán estas…” (Levítico 23:2).
La tercera razón por la que los cristianos deben celebrar Pentecostés es porque es un recordatorio anual de una parte vital del plan de salvación de Dios, al igual que el resto de las fiestas de Dios. (Haga clic aquí para obtener un breve resumen de las siete fiestas de Dios, junto con las fechas en las que deben celebrarse). Cada año, Pentecostés enseña la importante lección de que Dios solo está llamando a un pequeño grupo de primicias antes de llamar al resto de la humanidad.
En Israel, se produjo una cosecha relativamente pequeña de los primeros frutos en la primavera antes de la cosecha mayor que tuvo lugar más adelante en el año. Dios llama a lo débil del mundo (1 Corintios 1:26-29) para hacer Su obra y para dar ejemplo por medio de Su Espíritu Santo.
El concepto de primicias enseña muchas lecciones importantes sobre el plan de Dios y es un tema que encontramos repetidamente en las Escrituras (Jeremías 2:3; Romanos 8:23; 16:5; 1 Corintios 15:20–23; Santiago 1:18; Apocalipsis 14:4). Dios proporcionó un importante recordatorio anual para que los cristianos aprendan la lección sobre las primicias. Por estas y otras razones, los cristianos sinceros deben observar la fiesta bíblica anual llamada Pentecostés.
Para aprender más sobre lo que Dios llama “Mis fiestas” en Ezequiel 44:24, puede solicitar nuestro folleto gratuito Las Fiestas Santas: El Plan Maestro de Dios, que lo instruirá por medio de muchas escrituras tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento que revelan la importancia de las siete fiestas anuales de Dios.