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Desde las épocas más remotas hasta la actualidad, 6.000 años de civilización han visto surgir y caer grandes potencias mundiales. Las profecías advierten que falta una por surgir.
¿Puede perdurar alguna nación o imperio por mucho tiempo? Por más de 200 años Estados Unidos ha sido una gran potencia en el escenario mundial. Ahora, en los años desde la caída de la Unión Soviética, y a raíz de la guerra contra el terrorismo, hemos visto declinar a Estados Unidos mientras otras naciones o alianzas poderosas, como China y la Unión Europea, ejercen cada vez más poder político, económico y militar. ¿Podrán los Estados Unidos conservar su papel preponderante por mucho tiempo más?
Los imperios mundiales del pasado ya no existen. El gran Imperio Babilónico, por ejemplo, conquistó muchas naciones, entre ellas el Reino de Judá en el Oriente Medio. El historiador Heródoto escribió: "Además de su tamaño enorme, Babilonia sobrepasa en esplendor a toda ciudad del mundo conocido". ¿Qué le pasó a tan poderoso imperio? La depravación de Babilonia le trajo el juicio de Dios y se derrumbó para siempre.
El profeta Daniel, en las páginas de la Biblia, predijo el auge y caída de otros vastos imperios. Predijo el surgimiento y caída del Imperio Romano. ¿Qué le pasó al antiguo Imperio Romano? Aquella poderosa organización duró más de 500 años bajo el dominio de la República Romana, pero llegó a su fin en el año 476 DC. El historiador Edward Gibbon resume así las causas de su caída: "Tras indagar con diligencia, discierno cuatro causas principales de la caída de Roma, que continuaron por un período de más de mil años. I. Los estragos del tiempo y la naturaleza. II. Los ataques hostiles de bárbaros y cristianos. III. El uso y abuso de materiales. Y IV. Las riñas internas de los Romanos".
En tiempo modernos también han aparecido y desaparecido imperios. En el siglo 20, el "Tercer Reich" alemán, a fuerza de ataques militares de tipo blitzkrieg o guerra relámpago, extendió su dominio sobre buena parte de Europa y el Norte de África. Las ambiciones de Adolfo Hitler incluían conquistar la Unión Soviética, pero fracasó y los ejércitos aliados vencieron al Tercer Reich. La Unión Soviética, o Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, se formó de 15 repúblicas con una extensión de casi 18.000 kilómetros de este a oeste. Esta gran superpotencia reveló su ideología comunista, luchó por el corazón de las naciones y pueblos en todo el mundo… y terminó por fracasar.
El antiguo Imperio Soviético, antes tan poderoso, se encuentra hoy fracturado en 15 estados o naciones en dificultades. Doce de ellas están vinculadas en la Mancomunidad de Estados Independientes. ¿Quién habría predicho el fin de una superpotencia tan grande? Quizás al lector le sorprenda saber que un pequeño grupo de cristianos estudiosos de la Biblia comprendieron hace mucho tiempo que Europa Oriental acabaría por librarse de la mano férrea de la Unión Soviética.
¿Cómo lo sabían? La profecía bíblica predijo el surgimiento de otra gran superpotencia, denominada la bestia en el libro del Apocalipsis. Hace más de 50 años el señor Herbert W. Armstrong escribió que Alemania Oriental se uniría nuevamente a Alemania Occidental y que Rusia se vería obligada a renunciar a su control sobre Hungría, Checoslovaquia y partes de Austria".
Poco después de la invasión rusa a Hungría, cuando muchos "expertos" pensaban que la "Cortina de Hierro" se había afirmado para siempre ante las naciones de Europa Oriental, el señor Herbert W. Armstrong publicó en su revista La Pura Verdad esta asombrosa declaración: "Se está preparando el camino para una tercera fuerza colosal en el mundo político: ¡Una federación europea de naciones más poderosa que Rusia o los Estados Unidos!… Hemos mostrado con años de anticipación lo que le ocurrirá al desventurado Imperio de Rusia en Europa Oriental".
¿Veremos el mismo proceso de auge y caída en las grandes naciones occidentales de hoy? ¿Estará próxima la decadencia y caída del Reino Unido, Canadá, Australia y Nueva Zelanda? ¿Continuará sufriendo Estados Unidos huracanes como Katrina, así como terremotos y otras catástrofes naturales? ¿Volverán a sufrir ataques terroristas? La historia y la Biblia han demostrado una y otra vez que, cuando las naciones rechazan al Dios Creador, viene sobre ellas un juicio. ¿Persistirá el mundo Occidental en su rechazo a la verdad bíblica? El filósofo Georg Hegel observó: "Lo que enseñan la experiencia y la historia es que los pueblos y gobiernos jamás han aprendido nada de la historia, ni han actuado conforme a principios derivados de ella".
La historia del mundo es la historia de naciones e imperios que prosperaron y luego se redujeron a polvo. ¿Aprenderemos las lecciones de la historia? Unos imperios declinaron lentamente antes de sucumbir. Otros sufrieron destrucción o cautiverio repentinamente. En la actualidad, los imperios más grandes del pasado están reducidos a poco más que artefactos en museos o monumentos en ruinas allí donde antes prosperaron. Gran Bretaña dirigió lo que fue el imperio más grande del mundo. Para 1921, abarcaba unos 40 millones de kilómetros cuadrados, casi un tercio de la extensión terrestre del planeta, con la cuarta parte de la población del mundo. Después de una expansión explosiva final al término de la Segunda Guerra Mundial, se inició un proceso de "descolonización", y para 1960 los ingleses habían devuelto las tierras que hoy corresponden a la India, Pakistán, Birmania, Sri Lanka, Irak, Ghana, Nigeria, Somalia y gran parte de África subsahariana; además de Palestina y partes de Egipto y Sudán. En los últimos 40 años, Inglaterra ha renunciado a la mayoría de sus posesiones en ultramar, incluido Hong Kong que regresó a la soberanía China en 1997. El Sol se puso en el Imperio Británico hace mucho tiempo. ¿Sufrirá una decadencia parecida la otra superpotencia, Estados Unidos? Toda nación y todo imperio del pasado han caído, como Grecia y Roma. Podemos saber cuáles naciones o imperios surgirán y caerán en el siglo 21. La profecía bíblica revela el futuro de las naciones de Occidente, si sabemos la clave para identificar a los actuales descendientes de las antiguas naciones bíblicas.
¿Sorprendente? Recuerde que hay un Dios en el Cielo que está llevando a cabo un plan aquí en la Tierra. Está concediendo a la humanidad rebelde miles de años para experimentar con la religión, la ciencia, el gobierno, el comercio, la educación y las instituciones sociales que ella misma se ha ideado. Dios permite que las personas sigan sus propios caminos de egoísmo, guerra y violencia; pero Él tiene un plan. Y tal como vemos en la historia y en las Escrituras, interviene en los acontecimientos del mundo para ayudar a la humanidad a aprender lecciones duraderas de vida o muerte.
¿Hemos aprendido las lecciones de la historia? El renombrado filósofo George Santayana, en su famoso tratado: La razón en el sentido común, escribió: "Quienes no recuerdan el pasado están condenados a repetirlo". ¿Aprenderán los habitantes del mundo Occidental las lecciones de la historia? ¿O seguiremos el camino de todos los grandes reinos e imperios que han venido y se han ido, los que se levantaron hasta la cumbre del poder y el dominio para luego caer en la decadencia y el olvido?
El rey Belsasar de Babilonia fue un gobernante que debió aprender las lecciones de la historia, pero persistió en su modo de vida ajeno a Dios y arrastró a otros a la disipación. Su Imperio pagó el precio. Aquella lección profunda quedó en las páginas de la historia… y en las páginas de la Biblia. El profeta Daniel se encontraba en la ciudad de Babilonia la noche que fue conquistada por el Ejército Persa. Por medio de Daniel, Dios hizo saber al rey Belsasar lo que iba a ocurrirles a él y a su imperio. Esta asombrosa serie de hechos figura en el capítulo 5 del libro de Daniel, en la famosa historia de "la escritura en la pared". El rey Belsasar había preparado un gran banquete para sus nobles. Bebieron vino en copas de oro robadas del templo de Dios en Jerusalén. "En aquella misma hora aparecieron los dedos de una mano de hombre, que escribía delante del candelero sobre lo encalado de la pared del palacio real, y el rey veía la mano que escribía. Entonces el rey palideció, y sus pensamientos lo turbaron, y se debilitaron sus lomos, y sus rodillas daban la una contra la otra" (Daniel 5:5-6).
El Rey hizo llamar a Daniel para que interpretara la escritura. ¿Qué había escrito la mano misteriosa? "Lo que allí aparece: Mene, Mene, Téquel, Parsin. Pues bien, esto es lo que significan esas palabras: Mene: Dios ha contado los días del Reino de su Majestad, y les ha puesto un límite. Téquel: Su Majestad ha sido puesto en la balanza, y no pesa lo que debería pesar. Parsin: El Reino de su Majestad se ha dividido, y ha sido entregado a medos y persas" (Daniel 5:25-28, NVI). Luego, "la misma noche fue muerto Belsasar rey de los caldeos. Y Darío de Media tomó el Reino, siendo de sesenta y dos años" (vs. 30-31).
Hoy la escritura en la pared es para los Estados Unidos y Gran Bretaña. Las señales de advertencia están en todas partes, en tanto que estas naciones se hacen más decadentes e inmorales. No obstante, aún hay tiempo para que se arrepientan nacional e individualmente. ¿Escucharán las advertencias divinas?
En los últimos años, Estados Unidos ha sufrido desastres inesperados. El 11 de septiembre del 2001, los terroristas de al Qaeda estrellaron aviones secuestrados contra el Centro Mundial de Comercio en la ciudad de Nueva York y contra el Pentágono en Washington. En el atentado murieron miles de personas. En septiembre del 2005, el huracán Katrina asoló la costa Sur de Estados Unidos. La ciudad de Nueva Orleáns se inundó. De Katrina se ha dicho que fue la peor catástrofe natural en la historia de los Estados Unidos.
Estos desastres mostraron un grado de vulnerabilidad y gran falta de preparación. ¿Hay alguna nación que pueda darse el lujo de soportar pérdidas económicas por valor de cientos de miles de millones? ¿Qué lecciones se deben aprender de estas catástrofes? ¿Acaso son simplemente partes previsibles del ciclo de la historia y la naturaleza? ¿O estará Dios interviniendo con poder para despertarlos del deterioro moral y espiritual? Si somos sinceros, ¡debemos reconocer que estas naciones se han desviado del Dios de la Biblia y de su Hijo Jesucristo! Si los habitantes del mundo Occidental continuamos ignorando, menospreciando y rechazando los diez mandamientos y la Palabra de Dios, la Biblia, sufriremos más desastres… ¡hasta comprender y demostrar con obras que necesitamos buscar a Dios con todo nuestro corazón! El profeta Isaías nos da estas palabras de exhortación, ánimo y promesa. "Buscad al Eterno mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase al Eterno, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar" (Isaías 55:6-7).
¡Debemos entrar en acción ahora mismo en lo espiritual! Siempre habrá testarudos y escépticos, pero los que busquen a Dios por medio de su Palabra pueden alcanzar entendimiento y tranquilidad mental.
Hemos visto que los grandes imperios no duran eternamente. Surgen, se deterioran y caen. ¿Aprenderán las naciones de Occidente de las lecciones de la historia? El rey Belsasar no hizo caso de las lecciones que debió aprender de su antepasado Nabucodonosor, antiguo rey del Imperio Babilónico. Daniel le recordó a Belsasar lo que debió aprender de este Rey: "El Altísimo Dios, oh Rey, dio a Nabucodonosor tu padre el Reino y la grandeza, la gloria y la majestad. Y por la grandeza que le dio, todos los pueblos, naciones y lenguas temblaban y temían delante de él. À quien quería mataba, y a quien quería daba vida; engrandecía a quien quería, y a quien quería humillaba. Mas cuando su corazón se ensoberbeció, y su espíritu se endureció en su orgullo, fue depuesto del trono de su Reino, y despojado de su gloria. Y fue echado de entre los hijos de los hombres, y su mente se hizo semejante a la de las bestias, y con los asnos monteses fue su morada. Hierba le hicieron comer como a buey, y su cuerpo fue mojado con el rocío del cielo, hasta que reconoció que el Altísimo Dios tiene dominio sobre el reino de los hombres, y que pone sobre él al que le place" (Daniel 5:18-21).
Nabucodonosor aprendió una lección profunda. Quiso gobernar sin reconocer a Dios ¡y sufrió las consecuencias terribles! ¿Tendremos que aprender por las malas también, o prestaremos atención a Dios y a su Palabra, la Biblia?
Cuando Nabucodonosor tuvo un sueño que ninguno de sus consejeros pudo revelarle, el profeta Daniel no solamente le dijo al Rey cuál era el sueño sino también su interpretación: "Tú, oh Rey, veías, y he aquí una gran imagen. Esta imagen, que era muy grande, y cuya gloria era muy sublime, estaba en pie delante de ti, y su aspecto era terrible. La cabeza de esta imagen era de oro fino; su pecho y sus brazos, de plata; su vientre y sus muslos, de bronce; sus piernas, de hierro; sus pies, en parte de hierro y en parte de barro cocido" (Daniel 2:31-33).
El profeta Daniel le dijo al Rey el significado del sueño. "Tú, oh Rey, eres rey de reyes; porque el Dios del Cielo te ha dado reino, poder, fuerza y majestad. Y dondequiera que habitan hijos de hombres, bestias del campo y aves del cielo, Él los ha entregado en tu mano, y te ha dado el dominio sobre todo; tú eres aquella cabeza de oro" (vs. 37-38).
Aquí Dios estaba revelando el poder y la autoridad que Él, como Creador del Universo, le concedía a la "cabeza de oro": Nabucodonosor y su Reino. Sin embargo, el sueño predijo también el final de ese Reino y el establecimiento de otros que vendrían después: "Después de ti se levantará otro reino inferior al tuyo; y luego un tercer reino de bronce, el cual dominará sobre toda la tierra. Y el cuarto reino será fuerte como hierro; y como el hierro desmenuza y rompe todas las cosas, desmenuzará y quebrantará todo" (vs. 39-40).
¿A cuáles imperios se refería el sueño? Los estudiosos de la Biblia concuerdan en su identidad y cumplimiento. La cabeza de oro representaba el Imperio Babilónico del año 625 ACal 539 AC. Lo reemplazó el Imperio Medopersa del 558 ACal 330 AC, representado por el pecho y los brazos de plata. El vientre y los muslos de bronce significan el imperio Grecomacedonio de Alejandro Magno del 333 ACal 31 AC. Las dos piernas de hierro indican el Imperio Romano del 31 AC al 476 DC. Finalmente, los diez dedos de los pies, de hierro mezclado con barro, representan una futura restauración del Imperio Romano.
Por último, el sueño reveló un detalle importante. Los cuatro reinos representados en el sueño de Nabucodonosor se acabarían. Serían reemplazados por lo que podemos llamar un quinto Reino: el Reino de Dios:
"Estabas mirando, hasta que una piedra fue cortada, no con mano, e hirió a la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó. Entonces fueron desmenuzados también el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el oro, y fueron como tamo de las eras del verano, y se los llevó el viento sin que de ellos quedara rastro alguno. Mas la piedra que hirió a la imagen fue hecha un gran monte que llenó toda la Tierra" (vs. 34-35).
¿Cuál es la piedra que hirió a la imagen? Daniel indica su significado: "En los días de estos reyes el Dios del Cielo levantará un Reino que no será jamás destruido, ni será el Reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero Él permanecerá para siempre" (v. 44).
Sí, ¡el Reino de Dios vendrá a la Tierra pronto! Solamente Dios puede traernos paz duradera.
En toda la historia del mundo, ha sido sumamente raro encontrar una sociedad dispuesta a dejar sus malos caminos. Nínive, ciudad capital de la antigua Asiria, sobre el río Tigris, fue una de ellas, y por esta razón logró aplazar el juicio de Dios. El profeta Jonás vino a los ciudadanos de Nínive con una advertencia divina: "Comenzó Jonás a entrar por la ciudad, camino de un día, y predicaba diciendo: De aquí a cuarenta días Nínive será destruida" (Jonás 3:4). ¿Cómo reaccionó la gente? ¿Escucharían a Jonás, profeta de Dios? ¡Sí! "Ylos hombres de Nínive creyeron a Dios, y proclamaron ayuno, y se vistieron de cilicio desde el mayor hasta el menor de ellos. Y llegó la noticia hasta el Rey de Nínive, y se levantó de su silla, se despojó de su vestido, y se cubrió de cilicio y se sentó sobre ceniza" (vs. 5-6). ¿Se imagina usted a algún líder mundial en la actualidad que se humille de esa manera delante de Dios?
Los asirios respondieron a la advertencia de Jonás. Se arrepintieron de sus malos caminos y Dios los salvó. Esto ocurrió en el siglo octavo antes de Cristo. Dios salvó a Nínive por muchos años e incluso utilizó a la nación para castigar a Israel y llevar a sus habitantes al cautiverio. Cuando Asiria capturó el "Reino del Norte" (Israel), este se perdió en la historia y sus habitantes llegaron a conocerse como las "diez tribus perdidas".
El profeta Isaías explica por qué Dios se valió de Asiria para castigar a Israel. El profeta cita a Dios en esta forma: "Oh Asiria, vara y báculo de mi furor, en su mano he puesto mi ira. Le mandaré contra una nación pérfida, y sobre el pueblo de mi ira le enviaré, para que quite despojos, y arrebate presa, y lo ponga para ser hollado como lodo de las calles. Aunque él no lo pensará así, ni su corazón lo imaginará de esta manera, sino que su pensamiento será desarraigar y cortar naciones no pocas" (Isaías 10:5-7).
Dios le había advertido al Reino de Israel que se arrepintiera, pero ellos rehusaron reformarse. Entonces los asirios conquistaron a las diez tribus que conformaban la casa de Israel y se las llevaron muy al Oriente, en Asiria. El cautiverio final de Israel se produjo alrededor del año 721 AC.
Con el tiempo Asiria volvió a sus caminos carnales y en el 612 ACDios permitió que los medos destruyeran a Nínive.
Dios había enviado advertencias igualmente al Reino de Judá, pero esta nación también persistió en sus pecados. Entonces Dios se valió del Reino de Babilonia bajo el rey Nabucodonosor para castigar a la casa de Judá. La mayor parte de los judíos fueron deportados a Babilonia en un período de dos decenios, hasta la destrucción de Jerusalén en el año 586 AC. Entre ellos se contaban Daniel y tres de sus amigos, que en su juventud fueron capturados y formados en la cultura y la literatura de Babilonia. Sin embargo, estos jóvenes perseveraron en los valores rectos que habían aprendido de la ley de Dios en Judá, y Dios pudo valerse de Daniel para interpretar el sueño de Nabucodonosor y darle la buena noticia de un gran Reino futuro que se mantendrá para siempre.
Así es. ¡El Reino de Dios se mantendrá para siempre! ¡Podemos contar con eso! Es la gran noticia que deseamos compartir con ustedes en esta revista. Aunque su nación no haga caso de la Palabra de Dios, usted será bendecido individualmente si cree la verdad revelada por Él y actúa en consecuencia. Esa verdad revela el establecimiento de un gobierno mundial encabezado por Jesucristo mismo. Un gobierno que regirá a todas las naciones de la Tierra (Isaías 2:1-4). Jesucristo llamó a ese tiempo ya cercano: "la regeneración" (Mateo 19:28). Si desea enterarse en mayor detalle sobre el futuro glorioso del mundo, solicite nuestra edición especial de El Mundo de Mañana, que lleva como título: ¡Viene un mundo nuevo! Usted la recibirá gratuitamente, sin ningún compromiso de su parte. ¡La profecía bíblica revela lo que historiadores, líderes mundiales y analistas políticos no saben! Usted, como fiel estudiante de la Biblia, sí puede comprenderlo.
Como ya saben los lectores de El Mundo de Mañana, buena parte de la profecía bíblica es "dual", con un cumplimiento en la antigüedad seguido de un cumplimiento paralelo en el tiempo del fin. La profecía muestra que los descendientes actuales de Asiria serán nuevamente un instrumento para castigar a los actuales descendientes de las diez tribus perdidas de Israel. ¿Estará usted preparado cuando esto ocurra? ¿Sabe cuáles señales buscar? Continúe leyendo El Mundo de Mañana y estudiando la Biblia para comprender los acontecimientos mundiales a la luz de la profecía bíblica.
Las naciones de Occidente pueden aprender o no aprender las lecciones de la historia. En todo caso, cualquiera que sea su nación o la mía, nosotros como individuos podemos y debemos arrepentirnos. El día del juicio de Dios contra los caminos equivocados del hombre se acerca rápidamente. Las naciones e individuos que se vuelvan a Dios serán bendecidos. ¿Qué debe hacer usted? No espere a que su nación decida cambiar. Ha llegado el momento de que usted busque a Dios con todo su corazón.