Para hacer una búsqueda avanzada (buscar términos específicos), escriba juntamente los criterios de interés como se muestra en los siguientes ejemplos:
En la medida en que los seres humanos sigan las leyes y principios bíblicos, la vida puede traerles abundancia, prosperidad e inspiración. En la medida en que los seres humanos sigan las leyes y principios bíblicos, la vida puede traerles abundancia, prosperidad e inspiración.
Pero con dos guerras mundiales y otras muchas regionales, para hablar solo de los últimos cien años, y con los conflictos militares, políticos y sociales que persisten y aumentan, debe quedar claro para el observador objetivo que nos encaminamos hacia una catástrofe mundial. La humanidad se ha mostrado prácticamente incapaz de gobernarse a sí misma.
Un problema que parece sistémico en los gobiernos humanos es la corrupción. La organización no gubernamental llamada Transparencia Internacional analizó 175 de los gobiernos y territorios del mundo, para formular su "Índice de percepción de la corrupción 2015". De esta manera definió la corrupción: "Corrupción es el abuso del poder que ha sido confiado, para provecho particular. Se clasifica como grande, pequeña y política; según los montos de dinero perdido y el sector donde ocurre".
Es interesante señalar que los 20 países percibidos como los más corruptos fueron, en orden de más a menos corruptos: Somalia, Corea del Norte, Sudán, Afganistán, Sudán del Sur, Irak, Turkmenistán, Uzbekistán, Libia, Eritrea, Yemen, Venezuela, Haití, Guinea-Bisáu, Angola, Siria, Burundi, Zimbabue, Birmania y Camboya. Aclaramos que esta es una medida de lo que se percibe, pero no necesariamente de la corrupción real. Estas naciones de algún modo han adquirido fama como lugares donde la corrupción abunda. En el otro extremo, los 20 países percibidos como los menos corruptos fueron: Dinamarca, Nueva Zelanda, Finlandia, Suecia, Noruega, Suiza, Singapur, Holanda, Luxemburgo, Canadá, Australia, Alemania, Islandia, Reino Unido, Bélgica, Japón, Barbados, Hong Kong, Irlanda y los Estados Unidos. Sabemos, sin embargo, que la naturaleza humana es un problema muy real, incluso en las naciones más honradas. ¿Serán capaces los seres humanos de resolver del todo este problema de corrupción en el gobierno, los negocios y el trato personal? Las Escrituras responden con un rotundo: ¡No! Y revelan una característica fundamental de la humanidad: "Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte" (Proverbios 14:12; 16:25).
Seis mil años de historia registrada han demostrado y reiterado que los gobiernos humanos no han aprendido el camino a la paz duradera. En 1920, terminada la Primera Guerra Mundial, se fundó la Sociedad de Naciones con la misión de establecer la paz mundial. Su fracaso fue rotundo cuando la Segunda Guerra Mundial ocasionó la muerte de tantos millones de seres. La victoria aliada en Europa y dos bombas atómicas lanzadas sobre la nación japonesa en agosto de 1945, pusieron fin a esa guerra. En octubre de 1945 se fundó la Organización de las Naciones Unidas como reemplazo de la Sociedad de Naciones y para llevar adelante la misión de pacificación y desarme. Pero las Naciones Unidas no han traído paz al mundo ni tampoco pudieron impedir el genocidio de dos millones de camboyanos entre 1974 y 1979, de ochocientos mil ruandeses en 1994 y de doscientas mil personas en Bosnia-Herzegovina entre 1992 y 1995; como tampoco pudieron impedir incontables errores más infligidos por otras naciones y sus malévolos dictadores.
Han transcurrido más de 60 años desde que el general estadounidense Douglas MacArthur advirtió sobre la necesidad de "algún sistema más grande y equitativo" para alcanzar la paz mundial. ¡En esto la humanidad ha fracasado totalmente! No obstante, la profecía bíblica revela que el Dios Todopoderoso va a imponer un sistema así, el día cuando Jesucristo venga a establecer la paz mundial. Vea el anuncio de un nuevo gobierno mundial en Apocalipsis 11:15: "El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el Cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y Él reinará por los siglos de los siglos".
¡La únicasolución al problema de la naturaleza humana y de los gobiernos humanos corruptos es que se establezca el Reino de Dios en la Tierra! Si usted desea saber más sobre el mundo venidero, lo invitamos a solicitar nuestro inspirador folleto gratuito titulado: El misterio del destino humano. Ô puede descargarlo desde nuestra página en la red: www.elmundodemanana.org.
Lanzo un reto a nuestros lectores de El Mundo de Mañana, cualquiera que sea el lugar que ocupa su país en la encuesta sobre corrupción o en cualquier otra encuesta: Fije como su prioridad en la vida, la de mantener los valores que Jesucristo y sus apóstoles enseñaron desde los comienzos de la Iglesia en tiempos del Nuevo Testamento, y hágalo en todos los aspectos de su vida personal. ¿Cuál es el principio que guía su vida? Jesús señaló el principio fundamental que debe regir la vida de todos los seres humanos en todo el mundo: "Escrito está: No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios" (Lucas 4:4). Si usted no ha estudiado la Biblia con regularidad, le animo a que aproveche nuestro Curso bíblico por correspondencia de El Mundo de Mañana. Es gratuito y usted puede estudiarlo en línea o recibir las primeras cuatro lecciones por correo. Es importante que estudiemos la Palabra de Dios, la Santa Biblia, para comprender la vida, el futuro y el medio en que vivimos; y para sobreponernos a la influencia de Satanás sobre todo el mundo.
No subestime la influencia de Satanás. En esta edición, les ruego que lean el artículo de nuestro director general Roderick C. Meredith en la página 12, titulado: "Satanás ataca los valores de la familia". Muchos de nuestros lectores más maduros recordarán los días en que habría sido locura sugerir que una mujer pudiese casarse con otra, o un hombre con otro hombre. Hoy, quienes se oponen al "matrimonio" entre personas del mismo sexo son tenidos por ridículos y anticuados; y peor aún si no aceptan la idea de que la persona puede elegir su propio sexo sin tener en cuenta ni los cromosomas ni las realidades genéticas. ¿De dónde viene esta confusión? Cuando entendemos que Dios está reproduciéndose a sí mismo, que su plan para los seres humanos es crear nuevos miembros en la Familia de Dios; entonces comenzamos a ver por qué Satanás detesta la idea de la familia humana "normal", con su capacidad para reproducir nuevas generaciones de seres que serán hijos e hijas de Dios.
Satanás desea que usted llegue al colmo de creer que su vida se debe al azar y que carece de sentido y propósito. Lea el artículo del señor Gerald Weston titulado: "Una existencia con propósito" en la página 16. La verdad, contraria a las ideas de los evolucionistas materialistas, es que la extraordinaria complejidad de la mente y el cuerpo humanos no se deben al azar sino que son parte del gran plan divino para la humanidad.
En la actualidad, la mayor parte de las personas aprenden a creer en la evolución y no en la creación divina. Pero vendrá pronto el día cuando, establecido el gobierno amoroso de nuestro Salvador Jesucristo, todo el mundo recibirá una educación basada en la verdad. Se aprenderán los valores y se tendrá conciencia del propósito y del sentido de la vida humana. Los invito a leer mi artículo titulado: ¿Se ha preparado para el regreso de Jesucristo? en la página 4 de esta edición.
Dios va a reemplazar pronto los gobiernos corruptos de nuestro mundo. Ahora mismo está preparando un nuevo gobierno en el cual Jesucristo será el Rey sobre toda la Tierra (Zacarías 14:9). También nos está formando a nosotros como reyes y sacerdotes para que seamos los asistentes del Rey de reyes (Apocalipsis 5:10). ¿Llegaremos a tener un corazón íntegro y honesto? Al acercarnos al final de esta era, ¡todos debemos esforzarnos por crecer en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo! (2 Pedro 3:18). Debemos hacer todo lo posible, con la ayuda del Espíritu Santo, para ser verdaderos ejemplos del camino de Dios en nuestra propia vida.
Que Dios bendiga a todos nuestros lectores en su tarea de cumplir el mandato de Cristo de velar y orar, preparándose de todo corazón para ocupar su lugar en el Reino de Dios, confiados en la promesa divina: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece" (Filipenses 4:13).