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Un reciente estudio advierte: “Los futuros cultivos enfrentarán amenazas... por la expansión masiva de las ciudades... Se estima que para el 2030, las zonas urbanas podrían triplicarse en tamaño, expandiéndose a las tierras de cultivo y socavando la productividad de los sistemas agrícolas ya afectados... Aproximadamente el 60% de las tierras de cultivo del mundo se encuentran en las afueras de las ciudades, y eso es preocupante, dicen los autores del informe, porque este hábitat periférico es, en promedio, dos veces más productivo que cualquier otro terreno en el mundo” (The Guardian, 27 de diciembre de 2016. Énfasis nuestro). Un autor del estudio, señaló: “Debido a la urbanización en Nigeria, el 17% de la producción de arroz y el 12% de la producción de maíz se verá obstaculizado... Egipto perderá más del 40% de su arroz, y más del 60% de su maíz”. El artículo continúa: “En África, habrá una pérdida continental de un 26% del trigo. Se pronostica que el arroz sea el más afectado, con un descenso global de un 9%, que ocurre principalmente en Asia, donde se lleva a cabo la mayor parte de este cultivo”. En el libro del Apocalipsis Dios dice que Cristo vendrá a “destruir a los que destruyen la tierra” (Apocalipsis 11:18), y estos enfoques insensatos de construir ciudades parecen estar haciendo precisamente eso. Además de los costos ambientales, las ciudades modernas también contribuyen a los problemas físicos, mentales y espirituales. Sin embargo, cuando Jesucristo regrese, las ciudades cambiarán para siempre. Para una visión bíblica más clara del futuro, lean “¡Viene un mundo nuevo!”