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“Australia está evaluando la devastación causada por el ciclón Debbie, que inundó vastas extensiones ‘casi del tamaño de Texas’ y dejó al menos tres muertos” (BBC, 2 de abril de 2017). Se estima que las secuelas y las inundaciones, así como la actual destrucción de los cultivos, pueden haber alcanzado los 1.000 millones de dólares australianos. Miles de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares, miles todavía están sin electricidad, y esta semana, a medida que los ríos crecen, zonas del centro de Queensland podrían sufrir las peores inundaciones en 60 años (ibídem). Aunque muchas zonas afectadas por el ciclón se encontraban en una sequía severa y necesitaban mucha agua, la destrucción causada por Debbie es otro clima extremo experimentado por esta región devastada por el clima. Las profecías bíblicas predicen sobre un clima severo y extremo a medida que nos acercamos al tiempo del fin. Este ciclón en Queensland podría ser solo un anticipo del “bramido del mar y de las olas” que Cristo profetizó que sucedería antes de su segunda venida (Lucas 21:25). El clima severo no es nada nuevo. Sin embargo, los estudiosos de la Biblia deben esperar ver más de ello y una mayor destrucción, a medida que el fin de esta era se acerca. Para más información bíblica sobre este tema, vean o escuchen el programa de televisión “Dios controla el tiempo”.