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Durante el fin de semana el huracán Harvey azotó la costa del Golfo, destruyendo propiedades e inundando partes de Texas y Luisiana. Un condado de Houston recibió más de 30 pulgadas (casi un metro) de lluvia en solo 72 horas (Washington Post, 28 de agosto de 2017). Los funcionarios esperan tener a más de 30.000 personas en refugios, y el presidente Trump declaró partes de Texas y Luisiana zonas de desastre nacional. Los funcionarios llaman a estas inundaciones catastróficas un acontecimiento de 800 años (Wall Street Journal, 28 de agosto de 2017). Harvey rompió el récord de precipitaciones en el continente estadounidense para una tormenta, con más de 50 pulgadas (127 cm) que cayeron en partes de Houston, la cuarta ciudad más grande de Estados Unidos (New York Times, 30 de agosto de 2017). El miércoles después de retroceder brevemente hacia el Golfo, la tormenta volvió a golpear la costa de Luisiana con más inundaciones. Las principales refinerías de petróleo a lo largo de la costa del Golfo cerraron operaciones debido a las inundaciones. Más de un millón de barriles de crudo por día estarán fuera de línea, lo que dará como resultado un alza en los costos de la gasolina (CNBC, 27 de agosto de 2017). También hay preocupación con los crecientes problemas de salud debido a que los suministros públicos de agua están contaminados por aguas residuales y productos petroquímicos. En medio de las lluvias e inundaciones en la costa del Golfo, partes del noroeste estadounidense y el oeste de Canadá están sufriendo de un calor sofocante y condiciones de sequía. Durante mucho tiempo las profecías bíblicas han advertido que como resultado de la desobediencia, Dios dijo: “hice llover sobre una ciudad, y sobre otra ciudad no hice llover” (Amós 4: 7). Las sequías, inundaciones, enfermedades y desastres también forman parte de las señales profetizadas para el tiempo del fin (Amós 4:9; Deuteronomio 28:22 y Mateo 24:7). El impacto del huracán Harvey en una ciudad clave de Estados Unidos podría ser solo un ejemplo de lo que está por venir. Necesitamos orar por todos los que están sufriendo de esta y otras situaciones trágicas que están ocurriendo en todo el mundo. Para saber más sobre por qué ocurren catástrofes como éstas, vean “Dios controla el tiempo”.