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Creo firmemente que Jesucristo, el hijo de Dios y salvador de la humanidad, ciertamente resucitó. Creo firmemente que después de Su crucifixión, estuvo tres días y tres noches en el corazón de la Tierra, tal como lo predijo. Creo firmemente que fue resucitado por Su Padre y restaurado a la gloria que tuvo con Su Padre antes de la creación del mundo.
Jesucristo fue el Cordero perfecto de la Pascua, la ofrenda perfecta, la gavilla mecida aceptada por Su Padre como el primogénito de las primicias. En Su resurrección, veo la confirmación de la promesa hecha a todos aquellos que verdaderamente siguen a Dios, confirmación de que ellos también serán resucitados y formarán parte de la familia de Dios.
Y es por esto que no guardo la Pascua Florida.
¿Cómo puedo hacer tal declaración? Puede que no tenga sentido para aquellos que ven la Pascua Florida como una celebración de la resurrección de Jesucristo. Sin embargo, cualquier revisión imparcial de la historia de la llamada Semana Santa y de las costumbres que la rodean, revelará claramente que la observancia de la Pascua Florida es de origen pagano, introducida hace mucho tiempo en la adoración "cristiana" cuando los nuevos conversos trataban de aferrarse a sus viejas prácticas, y los cristianos establecidos comenzaron a fallar en contender "ardientemente por la fe que ha sido una vez dada" (Judas 3).
La mayoría de los que en la actualidad se llaman a sí mismos "cristianos", desconocen cómo el "cristianismo" ha "evolucionado" a lo largo de los años, incluso en los primeros siglos de su existencia. Por ejemplo, podríamos hablar de los antiguos Policarpo y Aniceto, de Polícrates y Víctor, y de cómo las iglesias del Este se esforzaron por mantener la práctica de los apóstoles de observar la Pascua y los Días de los Panes sin Levadura. Polícrates escribió sobre los apóstoles Felipe y Juan y otros que "siempre observaron el día en que el pueblo sacaba la levadura de sus casas", en oposición a la corrupción de Roma y otros que deseaban mezclar la doctrina cristiana con prácticas paganas. La historia de todo esto es una lectura fascinante, sin duda.
Pero ni la historia ni las costumbres de los pueblos son la palabra de Dios. Es la Biblia, y las palabras de Jesucristo en ella, las que me impiden celebrar la Pascua Florida. La Biblia nos ordena conmemorar la muerte de Jesucristo con la Pascua (leer Marcos 14:12-25). Esta fue la Pascua que celebraron los apóstoles; y no la “Pascua florida” con conejos y huevos de colores. No hay mención de tales cosas en la Biblia.
Mi mente humana puede tener muchas razones para ignorar la Biblia y descartar las Escrituras (Jeremías 17: 9 tiene mucho que decir al respecto), pero cada argumento que he escuchado, ya sea de otros o de mi propia imaginación, siempre está arraigado fundamentalmente a un razonamiento humano erróneo que en última instancia contradice la palabra de Dios. Y las Escrituras me recuerdan que "Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo" (2 Corintios 10: 4-5), no puedo honrar a Cristo cuando desobedezco sus instrucciones.
La Pascua Florida es claramente de origen pagano. Si está interesado en desechar las observancias paganas de este mundo y aprender sobre los días santos establecidos por Dios y su significado en Su plan para la humanidad, lea nuestro folleto: Las Fiestas Santas – El Plan Maestro de Dios o vea nuestro programa titulado: Las Fiestas Santas Bíblicas.
Desde la perspectiva bíblica, la elección es simple. Jesucristo nos dijo que nunca desobedezcamos las leyes, ni los mandamientos de Dios en favor de tradiciones humanas, sin importar cuán sinceras o "religiosas" puedan parecer esas tradiciones (Marcos 7: 6-9). Dios, claramente, no quiere que adoptemos costumbres paganas para adorarle (Deuteronomio 12: 29-31; Jeremías 10: 1-2).
Por lo tanto, la cultura y las prácticas populares "cristianas" pueden parecer convincentes, pero la Biblia nos da el verdadero camino a seguir, la inquebrantable palabra de nuestro Creador. Creo firmemente en el Cristo resucitado, y en el poder y la verdad de su resurrección. Y creer en Cristo como Señor es creer en sus enseñanzas, desear seguirlo y procurar obedecerlo siempre. Por lo tanto, yo no observo la Pascua Florida.