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Muchas personas son rápidas para condenar a otros cuando escuchan o leen una acusación, aún si no hay pruebas. Las redes sociales se iluminan como una tormenta eléctrica, llena de comentarios odiosos y malignos, y amenazas horribles, incluso de muerte, contra los acusados.
Algunos periodistas profesionales prejuzgan antes de conocer todos los hechos. Verificar la información parece ser menos importante que ser el primero en publicar la noticia y aprovechar el sensacionalismo.
La sociedad actual está desequilibrada y altamente polarizada en lo político, religioso, racial y de muchas otras maneras. Las emociones estallan como dinamita a la más mínima provocación. Una tormenta en las redes sociales explota antes de que cualquiera de las fuentes sea corroborada. A veces, cuando los hechos salen a la luz y se descartan los cargos por falta de veracidad, el error se puede arreglar a medias. Pero con demasiada frecuencia, las persona que realizan esas publicaciones en línea para ofender y provocar deliberadamente, simplemente se desaparecen hasta que encuentran otro escándalo para publicar.
¿Por qué el "apresurarse a juzgar" se está convirtiendo en la norma? ¿Por qué todo el mundo es tan rápido para condenar sin verificar la evidencia?
Existe una sabiduría en no apresurarse para juzgar, sabiduría que parece haberse perdido en estos tiempos. La Biblia habla de la sabiduría. En Santiago 1:19, se nos insta a "…todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse...". ¿Puede imaginarse cuán silenciosas podrían ser las redes sociales si todos practicaran esta sabiduría?
El libro de los Proverbios ofrece consideraciones para aquellos que se apresuran a pronunciar palabras de condenación. Por ejemplo, "El necio da rienda suelta a toda su ira, mas el sabio al fin la sosiega.... ¿Has visto hombre ligero en sus palabras? Más esperanza hay del necio que de él" (Proverbios 29:11, 20). Otra consideración está en Proverbios 17:27, "El que ahorra sus palabras tiene sabiduría; de espíritu prudente es el hombre entendido".
Proverbios 24:23 también dice "También estos son dichos de los sabios: Hacer acepción de personas en el juicio no es bueno". Demasiados están dispuestos a condenar a los que están en el lado opuesto, ya sea por su parcialidad sea política, religiosa, racial, etc.
Aquellos que son rápidos para expresar opiniones en las redes sociales deberían considerar las instrucciones de Dios. Se nos dice que Dios aborrece “El corazón que maquina pensamientos inicuos, los pies presurosos para correr al mal, y el que siembra discordia entre hermanos” (Proverbios 6: 16–19). Las opiniones negativas y los juicios de personas en las redes sociales aumentan rápidamente antes de que se presenten los hechos y esto crea discordia.
Dios quiere que juzguemos con discernimiento, no pervirtiendo la justicia o mostrando parcialidad (o favoritismo), sino siguiendo lo que es justo (Deuteronomio 16:18–20). Muchos en las redes sociales y de noticias se creen jueces, y en ocasiones muestran un prejuicio extremo.
El libro de los Proverbios también nos advierte "No entres apresuradamente en pleito, no sea que no sepas qué hacer al fin, después que tu prójimo te haya avergonzado. Trata tu causa con tu compañero, y no descubras el secreto a otro, no sea que te deshonre el que lo oyere, y tu infamia no pueda repararse” (Proverbios 25:8-10). Muchos han perdido su credibilidad y su buena reputación por emitir juicios y acusaciones imprudentes.
No podemos controlar lo que otros dicen o hacen, pero podemos controlar nuestras propias palabras y acciones. Vea "Los peligros de las redes sociales" y lea "¡A domar el monstruo de las redes sociales!".