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Si bien los críticos persisten en sus esfuerzos por desacreditar la exactitud histórica de la Biblia, afirmando que es solo un libro de fábulas e historias, la arqueología continúa reforzando la veracidad histórica de la Biblia. “Arqueólogos que excavan en el Monte Sión en Jerusalén descubrieron evidencia de la conquista de la ciudad por parte de Babilonia, lo que parece confirmar un relato bíblico de su destrucción” (CNN, 12 de agosto de 2019).
Los arqueólogos han desenterrado entre los escombros un arete de oro y puntas de flecha, artefactos que generalmente no se encuentran juntos en los sitios de excavación. CNN informa que Shimon Gibson de la Universidad de Carolina del Norte en Charlotte les dijo: “Esta es la primera vez que los arqueólogos descubren signos de las ‘élites’, que parecen confirmar las descripciones bíblicas de la riqueza de Jerusalén antes de la conquista en 587 -586 aC.”, señalando que “las joyas son un hallazgo raro en los sitios de conflicto, ya que los guerreros normalmente las roban y las funden”. Según Gibson, el hallazgo es una “clara indicación de la riqueza de los habitantes de la ciudad en el momento del asedio”.
La Biblia registra la destrucción de Jerusalén bajo el rey Nabucodonosor de Babilonia, un acontecimiento que se ha descrito en las páginas de la Biblia durante miles de años (ver 2 Reyes 25 y Jeremías 39 y 52). A medida que la historia y la ciencia avanzan, la exactitud del texto bíblico continua siendo confirmada. Jesucristo declara que la palabra de Dios es verdad (Juan 17:17), y el apóstol Pablo escribió que los hombres malvados “detienen con injusticia la verdad” (Romanos 1:18). Sin embargo, los descubrimientos de la arqueología y otras ciencias también dejan a la humanidad sin excusa (ver Romanos 1:20). Para conocer mejor la exactitud de la Biblia, lean nuestro folleto La Biblia: ¿realidad o ficción?