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Las ciudades del norte de Nueva Gales del Sur y el sur de Queensland se encuentran en medio de una de las sequías más devastadoras de Australia (Reuters, 27 de septiembre de 2019). Muchas ciudades ahora están en cuenta regresiva para el “día cero”, el día en que cada ciudad se quedará completamente sin agua. Para la mayoría, esta fecha terminal será entre mediados y finales de 2020.
Muchas ciudades están distribuyendo agua por medio de camiones, y varias están cavando pozos profundos en busca de fuentes de aguas subterráneas. Muchos agricultores están sintiendo la presión de la sequía. La presa más grande de Sídney, Warragamba dice que el agua: “se ha reducido al 50%, después de estar casi a capacidad hace menos de tres años”. El banco central de Australia estima que la sequía pronto comenzará a afectar el crecimiento económico de la nación.
La sequía severa genera, con razón, temor y preocupación. Durante mucho tiempo las profecías bíblicas han advertido que las naciones de descendencia israelita, incluida Australia, experimentarían sequías severas al fin de esta era porque se volvieron contra Dios y rechazaron sus caminos: “Y los cielos que están sobre tu cabeza serán de bronce, y la tierra que está debajo de ti, de hierro. Dará el Eterno por lluvia a tu tierra polvo y ceniza; de los cielos descenderán sobre ti hasta que perezcas” (Deuteronomio 28:23-24). La sequía en el Este de Australia debería llevarnos a considerar los tiempos difíciles profetizados no solo para Australia, sino también para todas las naciones de descendencia británica. Sin embargo, la verdad alentadora es que Cristo va a regresar, estas naciones se arrepentirán, y las sequías se convertirán en cosa del pasado. Para más información sobre este tiempo futuro de abundancia, lean El maravilloso mundo de mañana.