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En el reciente Foro Económico Mundial en Davos, Suiza, el autor y profesor de la Universidad Hebrea, Yuval Noah Harari, dio a los líderes mundiales una grave advertencia: “Se habla mucho sobre el hackeo de teléfonos inteligentes, computadoras, correos electrónicos, cuentas bancarias, pero lo realmente importante es el hackeo de los seres humanos... Si tiene suficientes datos sobre mí, suficiente poder informático y conocimiento biológico, puede hackear mi cuerpo, mi cerebro, mi vida” (Jerusalem Post, 22 de enero de 2020). La idea es que, con suficientes datos sobre una persona, podría ser posible saber más sobre esa persona de lo que ellos saben de sí mismos, como expresó Harari.
En un mundo digital donde se almacena una cantidad cada vez mayor de información personal en servidores informáticos conectados a la Internet, la visión del futuro de Harari es mucho más realista de lo que uno podría imaginar. De lo que la mayoría no se da cuenta es que un “enemigo” ya tiene acceso a todos estos datos y nos monitorea cada segundo de nuestras vidas. Este enemigo es un experto en el comportamiento humano y quiere destruir las vidas de cada ser humano hecho a imagen de Dios. Este enemigo de la humanidad es Satanás el diablo, el engañador de la humanidad (Apocalipsis 12:9); el gobernante encubierto de este mundo (2 Corintios 4:4); y “el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia” (Efesios 2:2).
Aunque las acciones de los seres humanos contra otros seres humanos son preocupantes, nuestro verdadero enemigo no es físico, sino un ser espiritual (Efesios 6:10-12). Para descubrir más sobre este enemigo supremo que ya ha “hackeado” la mente humana, y cómo contrarrestar sus esfuerzos, lean “Siete engaños satánicos”.