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Según el historiador religioso, el doctor Carl R. Trueman: “Nuestra era pasará a la historia como una era marcada por la delincuencia moral más bárbara por parte de los adultos, cuyo papel debería ser el de proteger a los niños vulnerables, y no el inculcar y luego consentir sus delirios destructivos” (The Catholic World Report, 20 de abril de 2022). Durante una entrevista, el doctor Carl R. Trueman comentó que la gente de hoy se centra en “el yo” en un mundo donde no están sujetos a ningún código moral. La gente de hoy está tan centrada en si misma que siente que puede hacer con su cuerpo lo que le plazca cuando le plazca, un fenómeno que ayudó a crear el movimiento transgénero. También dijo que la gente de hoy se define a sí misma en términos de actividad sexual y hace que eso sea lo primordial en sus vidas, perdiendo la noción de quiénes son en relación con Dios y Su creación. La moralidad ha sido eliminada. Esto también resulta en la confusión sexual militante que vemos en la sociedad actual.
La Biblia advierte sobre aquellos que “que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador” (Romanos 1:25). La confusión moral resultante conduce a la decadencia moral, a ideas y a estilos de vida extravagantes: “Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas” (v. 26). Cerca del final de su ministerio, el apóstol Juan advirtió: “Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo” (1 Juan 2:16). Las Escrituras revelan que el dios de este siglo es Satanás el diablo (2 Corintios 4:4), ¡así que no es de extrañar la confusión!
La Biblia declara que los verdaderos cristianos deben salir espiritualmente del mundo y estar apartados de él, y no participar de sus pecados e inmundicias (2 Corintios 6:17). A medida que nuestras sociedades se hunden cada vez más en una confusión moral, donde “a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo” (Isaías 5:20), debemos utilizar más que nunca la Biblia como nuestra brújula moral. También debemos tener en cuenta que aquellos que lo hagan serán aborrecidos y perseguidos por un mundo que rechaza tanto a Dios como a Su palabra (Lucas 21:17; Isaías 59:15). Para comprender lo que les espera a los cristianos fieles, lean Armagedón… y después.