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A todos nos gustaría saber el futuro: qué nos sucederá a nosotros y a nuestra familia. El tema de muchas películas es cómo evitar acontecimientos aterradores, destrucción o muerte. ¡Pero todo esto pasará en la vida real en un futuro muy cercano! ¡y tenemos la forma de saber lo que viene y cómo evitarlo!
A lo largo de la historia, Dios ha dado advertencias sobre eventos venideros por medio de Sus siervos. Dios advirtió a la humanidad por medio de Noé sobre el diluvio. Por medio de José, Dios advirtió sobre una hambruna venidera. Dios usó a Elías, Isaías, Jeremías y otros profetas para predecir lo que vendría. Dios le reveló a Daniel “cosas profundas y escondidas” (Daniel 2:22). Daniel le dijo al rey Nabucodonosor: “hay un Dios en el Cielo, quien revela secretos” (RTV Daniel 2:28-29).
Jesucristo envió setenta discípulos, dándoles el poder para predicar el evangelio y sanar a los enfermos. Ellos le informaron con entusiasmo que incluso los demonios se sujetaban a ellos en el nombre de Cristo. Jesús se regocijó y agradeció al Padre diciendo “porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños”. También dijo: “Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis; porque os digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron” (Lucas 10:17-24).
Dios ha mantenido las cosas en secreto para el mundo en general, revelándolas únicamente a sus siervos fieles. Muchos creen que Cristo habló en parábolas para que su mensaje se entendiera más fácilmente. Los discípulos de Cristo le preguntaron por qué hablaba en parábolas y Él respondió: “Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; más a ellos no les es dado” (Mateo 13:10-11). Cristo añadió que la multitud “viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden” (v. 12-15). Jesús habló en parábolas; “Abriré en parábolas mi boca; declararé cosas escondidas desde la fundación del mundo” (v. 35).
El apóstol Pablo entendió esto. En su carta a la Iglesia de Dios en Roma, Pablo concluyó mencionando “la revelación del misterio que se ha mantenido oculto desde tiempos eternos,” (Romanos 16:25).
Un secreto es información que se mantiene oculta a los demás y sólo se revela a unos pocos. Puede ser una fórmula secreta para una receta secreta, un proceso, un método, un diseño o algún otro secreto comercial encerrado en una bóveda corporativa. Los gobiernos clasifican cierta información que es vital para la seguridad de la nación como secreta o ultrasecreta. Un secreto también puede ser un misterio, como el propósito de la vida o la comprensión de las profecías del tiempo del fin.
Dios revela secretos a su pueblo. Nadie puede conocer los secretos de Dios excepto las cosas que Él decide revelarnos (Deuteronomio 29:29). El salmista David dijo: “El secreto del SEÑOR es para los que le temen; a ellos hará conocer su pacto” (Salmo 25:14).
Aún no se ha revelado todo. El apóstol Juan explica que “ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando Él se manifieste, seremos semejantes a Él, porque le veremos tal como Él es” (1 Juan 3:2).
Hay advertencias proféticas sobre eventos aterradores, destrucción y muerte que sucederán en un futuro muy cercano. ¡Podemos conocer el futuro! Podemos actuar para evitar estos acontecimientos venideros. Podemos conocer lo secreto. El Salmo 119:2 explica que aquellos que guardan sus testimonios y lo buscan con todo su corazón son bienaventurados, y el profeta Isaías advierte al pueblo a buscar a Dios mientras puede ser hallado (Isaías 55:6). Para ayudarle a comprender cómo puede estar entre aquellos que lo hacen, asegúrese de ordenar o leer en línea los folletos gratuitos ¿Conoce usted el verdadero evangelio? y Armagedón y después. Vea también “Su futuro en el sueño de un rey”.