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Cada año, cuando llega el tiempo de graduaciones, pienso en la noche en que me gradué de una escuela secundaria de Florida. Era costumbre que los graduados se fueran a la playa después de la ceremonia y que pasaran la noche entera haciendo lo que los jóvenes e inmaduros graduados de secundaria quisieran hacer. Obviamente, ningún adulto estaba ahí para supervisarlos. Afortunadamente, tuve padres que tomaron decisiones difíciles que no siempre fueron agradables para mí ni para mis amigos. Mis padres no me permitieron participar de esta reunión con mis compañeros de clase y en su lugar me llevaron a un restaurante local y a comer helado.
El lunes siguiente por la noche, cuando mi padre regresó a casa del trabajo, nos sentamos todos a cenar y comenzó a explicar con tristeza que uno de sus compañeros de trabajo, y padre de una de mis compañeras de escuela, había tenido un fin de semana muy desagradable. Treinta de mis compañeros de clase habían sido arrestados, y todos habían sido acusados de alteración del orden público. El compañero de trabajo de mi padre tuvo que ir a Daytona Beach para sacar a su hija de la cárcel y ahora tenía un “antecedente” que la seguiría por el resto de su vida. Al escuchar esto, agradecí que mis padres no permitieran tener “chicas fuera de control” en nuestra casa.
Ser madre puede ser un trabajo extremadamente desafiante. Cuando hay que tomar decisiones “difíciles”, puede resultar muy tentador ceder a los deseos de un hijo. Toda madre desea lo mejor para sus hijos, y a ninguna madre le gusta que sus hijos e hijas la acusen de arruinar su diversión o de ser excesivamente controladora o estricta.
Vivimos en una sociedad que ha evolucionado hacia un comportamiento permisivo y que ha enseñado a los hijos a faltarle el respeto a los padres y a otras figuras de autoridad. Algunas madres son incluso muy reacias a disciplinar a sus propios hijos. Como resultado, a menudo se deja que los hijos tomen sus propias decisiones en situaciones para las que simplemente no están preparados.
La presión de otras madres permisivas puede incluso incitarnos a dudar sobre nuestras decisiones. Cuando mi hija estaba en cuarto grado, los padres de todos sus compañeros firmaron una petición para que despidieran a su maestra por atreverse a darles tareas a los estudiantes en una escuela que ponía mucho más énfasis en el fútbol que en lo académico. Mi marido y yo, sin embargo, apoyamos a la maestra. Esto provocó algunas reacciones desagradables hacia nosotros y, como resultado, algunas personas trataron a nuestra hija con crueldad. Pero aprendimos lecciones valiosas y nuestra hija adquirió un mayor respeto por la autoridad y se dio cuenta de que defender lo correcto no siempre es fácil.
Antes de graduarme de la escuela de enfermería, mi última clase me recordó la noche de graduación de la escuela secundaria muchos años antes. El profesor nos entregó un formulario que teníamos que completar para presentar el examen final de enfermería. Una pregunta fue: "¿Alguna vez lo han arrestado por algo que no sea una infracción de tránsito menor?" Si su respuesta fue "sí", se requería una investigación más profunda antes de poder realizar el examen. En ese momento, recordé nuevamente el bien que mis padres me habían hecho al tomar algunas decisiones difíciles y no siempre bien apreciadas por mí, cuando todavía no estaba calificada para tomarlas por mí misma.
El día de la graduación puede ser el “primer día del resto de la vida” para sus hijos, pero su preparación para el éxito comienza mucho antes, mientras usted, como madre, los forma y moldea desde el nacimiento.
Hoy en día, es raro ver madres (o padres) que enseñen a sus hijos valores sólidos, ayudándolos a comprender la importancia de una ética adecuada, guiándolos a establecer metas dignas y animándolos a seguir adelante y alcanzar esas metas. Pero vale la pena, especialmente cuando su hijo adulto regrese un día y le exprese sinceramente su agradecimiento por todos esos momentos en los que usted se mantuvo firme en lo que sabía que era correcto y tomó decisiones difíciles que ayudaron a prepararlo para el éxito. Para obtener más información sobre la crianza de los hijos, lea nuestro folleto Por qué es tan difícil criar hijos , que está lleno de sugerencias, prácticas y consejos bíblicos que la ayudarán como madre.