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30 de abril del 2024
Apreciados suscriptores de El Mundo de Mañana:
¡Desde Charlotte, Carolina del Norte, reciban un cordial saludo!
La profecía bíblica es real. Es exacta y segura. Las Escrituras predijeron con todo detalle la venida del Mesías, Jesucristo. El profeta Daniel predijo el auge y caída de grandes imperios con exquisita precisión. También predijo exactamente cómo será nuestro mundo en los tiempos del fin: “Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará” (Daniel 12:4). Jesucristo dio señales que indicarían el fin de la era, registradas por tres de los cuatro escritores de los evangelios.
Muchos sabemos que entre un 25 y un 35 por ciento de la Biblia es profecía. Pero no toda la profecía se consignó únicamente para las generaciones del pasado, sino que buena parte se destinó para el tiempo del fin. Las profecías nos dicen qué va a suceder y por qué razones. Algunas profecías son duales, es decir, se cumplieron una vez, pero también se aplican a un cumplimiento al fin de la era; y no toda la profecía es pesimista y sombría. Mucha tiene que ver con un futuro radiante. ¿Qué motivo tendría un verdadero creyente para hacer caso omiso de esa parte de la Biblia? ¿Quién no quisiera saber lo que nos espera luego de este perturbado mundo?
En El Mundo de Mañana no desatendemos la profecía, pero reconocemos que la labor de los profetas era mucho más que predecir el futuro. También tenían la comisión de señalar los pecados del pueblo: “Clama a voz en cuello, no te detengas; alza tu voz como trompeta, y anuncia a mi pueblo su rebelión, y a la casa de Jacob su pecado” (Isaías 58:1). Esto no es algo muy agradable para el público. Tampoco en El Mundo de Mañana nos limitamos a hablar de profecía. Escribimos y hablamos de la salvación por medio de Jesucristo. Tratamos sobre el verdadero arrepentimiento del pecado, que es algo más que sentir remordimiento por nuestros pecados. Significa cambiar, tomar un camino diferente. Nuestros programas y la revista se titulan: El Mundo de Mañana, porque las buenas noticias de Jesucristo es que se aproxima un mundo mejor.
En muchos pasajes del Nuevo Testamento Jesús habló del Reino de Dios. El libro de Marcos se inicia con este versículo: “Principio del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios” (Marcos 1:1). Y más adelante dice: “Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del Reino de Dios, diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el Reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio” (vs. 14-15). Cuando los residentes de Capernaum le rogaron a Jesús que permaneciera más tiempo en esa ciudad, les respondió: “Es necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio del Reino de Dios; porque para esto he sido enviado” (Lucas 4:43). Jesucristo es el Rey profetizado del Reino que pronto se establecerá en la Tierra (Zacarías 14:9). Y la mayoría de sus parábolas trataban sobre ese Reino.
Jesús declaró: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6). Jesús dio su vida por nosotros. Proclamó la Palabra de verdad, y la Palabra de verdad que mora en nosotros nos lleva a otra forma de vivir (Gálatas 2:20). La salvación es un proceso, el apóstol Pablo explicó que “fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo”, pero “seremos salvos por su vida” (Romanos 5:10).
Apreciados lectores, tomen su Biblia y busquen estas escrituras. Sientan el deber para consigo mismos de comprobar estas cosas, y no creerlas solamente porque las decimos en El Mundo de Mañana. Espero que hagan un examen atento de las tradiciones que la gente atribuye erróneamente a la Biblia. Recuerden que Jesucristo advirtió que vendría un cristianismo falso (Mateo 24:3-5). También este es el mensaje del primero de los cuatro jinetes del Apocalipsis. Es interesante que la mayoría de los comentaristas bíblicos se equivocan en cuanto a la identidad de este primer jinete, porque lo asocian con el regreso de Jesucristo en un caballo blanco (Apocalipsis 19:11-15); pero no reconocen la importante diferencia entre los dos. La Biblia dice de quien monta el caballo blanco, versículo 15: “De su boca sale una espada aguda”. Símbolo de la Palabra de Dios (Hebreos 4:12). En cambio, el jinete del caballo blanco de Apocalipsis 6:1-2 trae un arco. Comparando con Mateo 24:3-7, vemos cuál es la verdadera identidad del primer caballo: es un cristianismo apóstata.
Los verdaderos siervos de Dios resucitarán a la vida, o serán transformados en un instante, en seres espirituales para gobernar con Jesucristo cuando regrese. Este es el mensaje de la parábola de las minas (Lucas 19:11-27; ver también Apocalipsis 20:4 y 5:9-10). Jesucristo será Rey de reyes, y esos reyes seremos nosotros. Será Señor de señores, y nosotros seremos esos señores. “En su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES” (Apocalipsis 19:16).
Esa es la buena noticia que nosotros proclamamos. Y aunque algunas profecías inspiren temor, no podemos ser como el avestruz que esconde la cabeza en la arena. El proverbial avestruz que se tapa los ojos es un mito, pero demasiadas personas, temerosas del futuro, hacen precisamente eso. Esperamos que ustedes, nuestros suscriptores, sean excepción y estén informándose de todo lo que va a acontecer.
Por todo lo dicho hasta ahora, les ofrezco un nuevo folleto titulado: Comprender la profecía bíblica. Dos veces al año, hacemos estas ofertas especiales a todos nuestros suscriptores. No dejen pasar esta oportunidad, pueden descargarlo desde nuestro sitio en la red: www.elmundodemanana.org.
Reconocemos, sin duda, que nos encontramos en los momentos más peligrosos de la historia humana. Siempre ha habido tiempos de perturbación, pero jamás en el cual el mundo fuera tan interdependiente, que el transporte fuera tan presente, que la humanidad tuviera a su alcance armas de destrucción tan masiva. Un mal cálculo… y se producirá una catástrofe. Francamente, los hechos proféticos están sucediendo con tal rapidez, que cuando esta carta se imprima, ¡bien podría estar atrasada de noticias!
La aniquilación humana no solo es posible, sino segura, si no fuera por la intervención de Jesucristo para suspender la locura. ¡Cuánto tenemos que agradecerlo! Dios nos lo asegura en su profecía del monte de los Olivos (Mateo 24:21-22). ¿Habremos considerado que cuando la pronunció, la aniquilación humana todavía no era posible, y no lo sería antes de 1.900 años? Esta es solo una de las profecías detalladas que se encuentran en la Palabra de Dios.
Espero que aprovechen nuestra oferta, que arroja luz sobre algunos de los pronósticos más interesantes que jamás se hayan hecho. ¡Quedarán atónitos al ver lo que Dios ha revelado sobre nuestro pasado y nuestro futuro.
Con toda sinceridad, en el servicio del Señor Jesucristo , Gerald Weston