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“Estamos mucho más cerca de un conflicto nuclear de lo que pensamos” fue el impactante título de un artículo publicado en el Telegraph el 21 de agosto. El artículo describe los avances nucleares de Rusia, China y Corea del Norte, y analiza el trabajo de Rusia en nuevas tecnologías espaciales relacionadas con la energía nuclear sobre las que se tienen pocos detalles. Esta amenaza nuclear a largo plazo desde el espacio es algo que los responsables políticos de Estados Unidos no han podido frenar. El autor del artículo señala varios errores que los líderes de Estados Unidos han cometido en los últimos años que probablemente han aumentado el riesgo nuclear en el mundo, como permitir que China aumentara su arsenal nuclear de 300 a 500 ojivas, una cifra que probablemente volverá a duplicarse para 2030.
Las naciones poderosas están conscientes de los riesgos de la política suicida nuclear. Recientemente, tanto China como la India han presionado a Rusia para que evite el uso de armas nucleares tácticas en su guerra contra Ucrania. A medida que la tecnología de armas nucleares de los enemigos de Occidente avanza, los analistas piden a las naciones occidentales que reconstruyan y modernicen sus propios arsenales, y que lo hagan lo antes posible.
El juego nuclear que se está desarrollando entre muchas naciones es un recordatorio de que vivimos en un periodo sin precedentes, con condiciones que nunca antes han existido. Jesucristo predijo que si Él no regresaba, “nadie sería salvo” (Mateo 24:22). La posibilidad de la aniquilación humana no existió hasta la llegada de las armas nucleares, hace aproximadamente 80 años. Sin la esperanza de la intervención de Cristo, este mundo parece encaminarse hacia el olvido. Sin embargo, la Biblia revela que Jesús regresará como el Salvador de la humanidad (Hechos 1:9–11; Juan 4:42). Para saber qué debemos observar antes de Su retorno, lean Catorce señales que anuncian el retorno de Cristo.