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¿Dicen las Escrituras que los misteriosos gigantes que figuran en la Biblia eran algo diferente de los seres humanos?
Pregunta: ¿Quién o qué eran los gigantes que en algunas partes de la Biblia se hace mención, como Goliat? ¿Eran seres humanos o algo diferente? ¿Existen todavía?
Respuesta: La Biblia nos dice que antes y después del gran diluvio, en tiempos de Noé, existían personas de estatura física enorme (Génesis 6:4; Deuteronomio 2:10-12, 20-23). Después del diluvio, los gigantes aparecen en la Biblia como descendientes de Canaán, hijo de Cam; y vivían en la tierra de Canaán cuando Moisés envió espías a recorrerla (Génesis 10:6; Números 13:1-2, 32-33).
Og, rey de Basán, fue el último gigante que figura al oriente del río Jordán (Josué 12:4; 13:12). Después de la conquista de Canaán por Josué (Josué 11:21-22), aún había algunos gigantes viviendo en las ciudades filisteas de Gaza, Gat y Asdod. Estos aterrorizaban a los israelitas desde que entraron en Canaán hasta bien avanzado el reinado de David. Uno de ellos fue Goliat, a quien David mató (1 Samuel 17). El rey David y sus hombres también tuvieron encuentros con otros gigantes (2 Samuel 21:16-22; 1 Crónicas 20:4-8).
Hay quienes señalan cierto pasaje en Génesis, para indicar que estos gigantes eran descendientes de los ángeles que procrearon con mujeres humanas: “Aconteció que cuando comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de la Tierra, y les nacieron hijas, que viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas” (Génesis 6:1-2).
Sin embargo, es importante reconocer que, si bien Dios a veces llama hijos a los ángeles (Job 38:7), la mención de “hijos de Dios” en Génesis 6 no puede referirse a ángeles, porque estos fueron creados como seres espirituales. Cada ángel recibió la existencia individualmente, y como ser completo, sin la necesidad ni la capacidad de reproducirse.
Como seres espirituales, los ángeles no pueden procrear con seres humanos. Lo sabemos por las palabras del propio Jesús, que dijo lo que ocurrirá cuando los seres humanos mortales nazcan como seres espirituales en la resurrección: “Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Los hijos de este siglo se casan, y se dan en casamiento; mas los que fueren tenidos por dignos de alcanzar aquel siglo y la resurrección de entre los muertos, ni se casan, ni se dan en casamiento. Porque no pueden ya más morir, pues son iguales a los ángeles, y son hijos de Dios, al ser hijos de la resurrección” (Lucas 20:34-36; ver también Mateo 22:30; Marcos 12:25).
Solamente el Hijo de Dios, que tiene todo el poder creativo, ha franqueado la brecha entre espíritu y carne, cuando nació como Jesucristo (Filipenses 2:7). Más aún: decir que un ángel es capaz de producir un hijo en el mundo puede ser blasfemia, porque la Biblia indica que solamente Dios ha producido un Hijo, mediante el embarazo milagroso de María; así como una futura familia de hijos e hijas por medio de la obra que Él, y su Hijo, están haciendo en la Iglesia que Jesucristo fundó (Lucas 1:35; Romanos 8:16-17).
¿Quiénes fueron los hijos de Dios mencionados en Génesis 6? Eran hombres poderosos y de renombre cuyos hijos se hicieron famosos en su momento, antes del diluvio. Muchos estudiosos de la Biblia piensan que podrían contarse entre los descendientes de Set, pero las Escrituras no nos dicen claramente. Otro detalle importante que debemos observar, es que las Escrituras no dicen que los gigantes tuvieron su origen en las uniones mencionadas en Génesis 6, sino que ya existían en ese momento. “Había gigantes en la Tierra en aquellos días, y también después que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres, y les engendraron hijos” (Génesis 6:4).
Estos gigantes no sobrevivieron al diluvio. Después del diluvio sí existieron otros gigantes, pero aun estos desaparecen de la narrativa bíblica después de la época del rey David. En todo caso, las Escrituras no dan ningún indicio de que estos gigantes fueran algo diferente de seres humanos muy grandes, a quienes está reservado el mismo destino final de todos los seres humanos. [MM]