Hay un dicho que dice que el trabajo de una mujer nunca termina. Creo que para muchas de nosotras esa afirmación es verdadera. Como madre, quería aprovechar todas las oportunidades que se presentaran para involucrar a nuestras hijas en actividades extracurriculares fuera de su carga escolar. Pero antes de darme cuenta, todas las noches estaban cargadas de actividades, desde prácticas de baile, deportes nocturnos, y reuniones de 4 horas. Esto no podía continuar para siempre, y los efectos comenzaron a hacerse visibles.