Un estudio recientemente publicado constata lo que muchos han observado en las últimas décadas en Europa: “El cristianismo como estándar, como norma, se ha ido, y probablemente se ha ido para siempre o al menos durante los próximos cien años” (The Guardian, 20 de marzo de 2018). En las naciones que han dado al mundo papas, a Martín Lutero, y la Biblia impresa en idiomas comunes, la mayoría de los jóvenes europeos en la actualidad se identifican como “no religiosos”. No asisten a los servicios regulares de la iglesia y nunca oran.