Aumenta el suicidio: ¡Pero hay Esperanza!

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) informan: “Las tasas de suicidio están aumentando en casi todos los grupos demográficos, grupos de diferentes edades y áreas geográficas” en los Estados Unidos (Time, 7 de junio de 2018). Las muertes por suicidio han aumentado en casi un 30% desde 1999 y “entre todos los grupos raciales y étnicos y en todas las edades, excepto en los adultos mayores de 75 años”.

Según la Organización Mundial de la Salud, casi un millón de personas muere cada año a nivel mundial por suicidio y, trágicamente; el suicidio es la segunda causa de muerte entre las personas de 15 a 29 años. En los Estados Unidos, el suicidio es la segunda causa de muerte entre las personas de 10 a 34 años (CDC). Muchos factores tienen un impacto en las tasas de suicidio, incluyendo la depresión, la desesperación, tragedias familiares, crisis, sentirse aislado, enfermedad, antecedentes familiares y abuso de sustancias.

Pero, ¿hay esperanza para el futuro? ¡Absolutamente! El profeta Isaías escribió acerca de un tiempo, después del retorno de Cristo, cuando los ciegos, los sordos y los cojos serán sanados y el medio ambiente será restaurado (Isaías 35:5-7). Este será un tiempo de gran alegría y esperanza para todos (v. 10), cuando: “Toda la tierra está en reposo y en paz” (Isaías 14:7). Este será un tiempo cuando la gente: “habitará en morada de paz, en habitaciones seguras, y en recreos de reposo” (Isaías 32:18). Incluso los niños vivirán en paz (Isaías 54:13). Jesucristo, como el Príncipe de paz, regresará y restaurará la paz y la tranquilidad del mundo y ya no habrá más muerte, dolor o llanto (Apocalipsis 21:4) ¡y no más suicidios! Este será un tiempo en que el Espíritu de Dios “de poder, de amor y de dominio propio” será derramado sobre toda la humanidad (2 Timoteo 1:7; Joel 2:28). Para aprender más acerca de este tiempo futuro y lo que las personas pueden hacer hoy para tener más paz, vean “¿Posee usted paz mental?”—Scott Winnail y Francine Prater