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En los últimos 30 años, muchas de las naciones más grandes y avanzadas del mundo han disminuido su capacidad de producción de armas y municiones. Esto fue el resultado de una disminución percibida en la amenaza de guerra. Sin embargo, la guerra en Ucrania ha cambiado este escenario. A medida que la guerra se acerca a su segundo aniversario, tanto Rusia como Ucrania se están quedando sin municiones.
Según una fuente, Ucrania utiliza de 6.000 a 8.000 proyectiles al día (The Wall Street Journal, 27 de noviembre de 2023). Ucrania no puede producir suficientes municiones propias y depende principalmente de las naciones de la OTAN para satisfacer sus necesidades. Sin embargo, esto ha agotado considerablemente los suministros de municiones en toda Europa. Según un informe del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, si el Reino Unido entrara en un “conflicto de alta intensidad”, agotaría sus suministros de municiones en solo ocho días. A Alemania le iría mucho peor, ¡agotando sus suministros en tan solo unas pocas horas o unos días! La Unión Europea había prometido proporcionar a Ucrania un millón de rondas de munición para marzo de 2024, un objetivo que ahora dice que no podrá cumplir, incluso si aumentan los esfuerzos de fabricación entre un 20 a un 30 por ciento.
Rusia se encuentra en una situación similar. Incluso con el complejo industrial militar ruso fabricando municiones a un ritmo de guerra, fuentes han observado importantes contribuciones de municiones procedentes de Irán y Corea del Norte. Aunque la venta de municiones a otras naciones genera ingresos y ayuda a los aliados, también agota el inventario de las naciones de origen. Como están aprendiendo muchos los lideres, aumentar la producción de armas lleva tiempo.
Las condiciones mundiales están empujando a las naciones a aumentar su capacidad de producción de armas. Las profecías bíblicas hablan de un tiempo futuro en el que el potencial de una guerra mundial motivará a las naciones a convertir sus azadones en espadas y sus hoces en lanzas (Joel 3:10). Al observar cómo el mundo se prepara para la guerra, debemos recordar que Jesucristo regresará para poner fin a la guerra y mostrarnos el camino hacia la paz mundial (Isaías 9:6–7). Para más información sobre los conflictos que se avecinan, lean Armagedón… y después.