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Una investigación moderna respalda una actividad que Dios nos ha exhortado a realizar durante mucho tiempo y explica sus beneficios: Cantar en un grupo beneficia a los involucrados a establecer vínculos y sentirse parte del grupo y a mejorar la salud física y mental (The Conversation, 28 de octubre de 2015). Los investigadores de la Universidad de Oxford señalan que los beneficios sociales de cantar en grupo, incluso en un coro, son “particularmente valiosos en el enajenado mundo de hoy, donde muchas de nuestras interacciones sociales se llevan a cabo de forma remota a través de Facebook y Twitter”.
Los investigadores también señalan que cantar y hacer música “ejercita el cerebro y el cuerpo, pero que es particularmente beneficioso para mejorar la respiración, la postura y la tensión muscular. También se ha demostrado que escuchar y participar en la música es eficaz para aliviar el dolor”. Otros estudios sugieren que la música puede ayudar a mejorar la función inmunológica al reducir los niveles de estrés y que las personas son más felices después de cantar activamente que cuando escuchan música pasivamente.
En la Biblia, Dios exhorta a los cristianos a cantar: “hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones” (Efesios 5:19). Los evangelios nos dicen que Jesucristo cantó un himno con sus apóstoles la noche antes de ser crucificado (Mateo 26:30). ¡Cantar juntos ha sido parte de la adoración a Dios durante el día sábado durante mucho tiempo y es emocionante entender los beneficios de esta actividad ordenada por Dios en su palabra.