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Una nueva investigación de la Universidad de Toronto Mississauga advierte: "Los seres humanos pueden estar afectando el desarrollo de los animales [adaptación] en una escala sin precedentes como resultado de una urbanización generalizada" (IB Times, 3 de noviembre de 2017). "Muchas especies, como las ratas, las cucarachas, las palomas y las (los) chinches han llegado a depender de los humanos y se han proliferado como consecuencia. Ahora hay mosquitos que se han adaptado a vivir en las estaciones subterráneas de Londres y ya no necesitan alimentarse de sangre para producir óvulos o hibernar en el invierno. Estos mosquitos, que ahora también se pueden encontrar en Nueva York, Chicago y Los Ángeles, pueden transmitir enfermedades nocivas y peligrosas. "Si bien estas adaptaciones pueden parecer datos interesantes, también pueden ayudar al cumplimiento de antiguas profecías bíblicas. Jesucristo predijo que una de las señales del fin de esta era sería "pestilencias": enfermedades o infestaciones por plagas (Lucas 21:11). El apóstol Juan advirtió que las devastadoras plagas que azotarán la tierra y matarán a muchas personas involucrarán las bestias de la tierra (Apocalipsis 6:8). A medida que las poblaciones de animales e insectos se multiplican entre las personas en áreas urbanas atestadas de gente, estamos obligados a ver la propagación de enfermedades que ellos transmiten. Para obtener más información sobre los crecientes peligros que amenazan nuestro mundo moderno, lea "Plagas venideras: el caballo amarillo".