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Miles de millones de personas en todo el mundo despertaron o se quedaron despiertos para saber que Donald Trump sería el próximo presidente de los Estados Unidos. Mientras aumenta la especulación sobre lo que podría suceder en el escenario geopolítico, el mundo no se da cuenta que Dios tiene un plan y que es Él quien “quita reyes, y pone reyes” (Daniel 2:21) y “que el Altísimo gobierna el reino de los hombres, y que a quien él quiere lo da” (Daniel 4:17). Hoy, no debemos perder de vista el hecho de que Dios está guiando los asuntos mundiales para lograr su propósito final: la salvación de la humanidad (Isaías 46:9-10). El principal centro de atención de un cristiano no es resolver todos los problemas de este mundo, sino “buscad primeramente el reino de Dios y su justicia” (Mateo 6:33). El apóstol Pablo aconsejó a los cristianos a orar “por todos los que están en eminencia, para que vivamos [la Iglesia] quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad” (1 Timoteo 2:2). También exhortó a los cristianos: “Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas” (Romanos 13:1). “El Señor no retarda su promesa”, y Él cumplirá su plan (2 Pedro 3:9). Dios permite que surjan ciertos dirigentes en momentos específicos de la historia para ayudar a cumplir su propósito final para la humanidad y para preparar el retorno de Jesucristo a esta Tierra. Estas son las buenas nuevas que finalmente nos dan “el fin que esperáis” (Jeremías 29:11). Para aprender más acerca de este tema absolutamente maravilloso, lean nuestro artículo, “¿Guía Dios los asuntos mundiales?”