Para hacer una búsqueda avanzada (buscar términos específicos), escriba juntamente los criterios de interés como se muestra en los siguientes ejemplos:
En enero de 1973, la Corte Suprema de los Estados Unidos dictaminó que todas las mujeres de la nación tenían el derecho constitucional al aborto. Esta decisión hizo que las prohibiciones anteriores del aborto a nivel estatal fueran ilegales y se mantuvo durante poco más de 49 años. El viernes 24 de junio, la Corte Suprema revocó esa decisión y eliminó tales protecciones a nivel nacional para el aborto. Este fallo no hace que el aborto sea ilegal en los Estados Unidos. Simplemente elimina las protecciones federales para el aborto y, en cambio, permite que cada estado decida si las madres tienen o no el derecho de terminar la vida de su hijo por nacer.
Al momento de escribir este artículo, al menos once estados de los Estados Unidos han prohibido el aborto (aunque la ley está bloqueada temporalmente en dos estados), y se espera que otros nueve estados lo prohíban, y que dos más agreguen fuertes restricciones. En reacción al fallo de la corte, estallaron manifestaciones “pro-aborto” (a favor del derecho de la mujer a terminar su embarazo) en varias ciudades del país, con arrestos por vandalismo y destrucción de propiedades estatales y federales. Las reacciones mundiales son mixtas, algunos condenan a los Estados Unidos y otros están a favor del fallo (BBC, 25 de junio de 2022). Aunque el Vaticano apoyó la decisión de la corte y señaló que también es una situación para que el resto del mundo reflexione y aprenda, el presidente Joe Biden lo llamó un “día triste” para Estados Unidos (Reuters, 24 de junio de 2022). ).
El aborto es un tema políticamente explosivo, pero para los cristianos, no debería ser un asunto confuso. La Biblia revela claramente que quitarle la vida a un niño por nacer es un asesinato (Éxodo 20:13; 21:22–25). Las Escrituras también declaran claramente que el Dios que inspiró estas instrucciones no cambia (Malaquías 3:6; Hebreos 13:8). Mientras las facciones a favor y en contra del aborto luchan por este tema divisivo, se aconseja a los cristianos a no involucrarse en los esfuerzos políticos carnales de este mundo (Juan 18:36; Filipenses 3:20; 2 Corintios 5:20) y, en cambio, “clamar a voz en cuello” por el pecado y la necesidad del arrepentimiento nacional (Isaías 58:1). La verdadera esperanza de paz es el regreso de Jesucristo, quien traerá “la restauración de todas las cosas” (Isaías 9:6–7; Hechos 3:19–21). Para más información sobre la perspectiva de Dios sobre el aborto, vean el programa “El milagro de la vida”.