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“Todos saben que tras una discusión nunca deben irse a dormir enojados, pero un nuevo estudio sugiere que el viejo adagio podría ser tan importante para la salud de una persona como [para] su relación” (Telegraph, 17 de agosto de 2016).
Recientemente, los investigadores descubrieron que las personas “a las que sus parejas les prestaban más atención tenían más probabilidades de lograr una buena cantidad de sueño profundo y ‘restaurador’ que es crucial para la buena salud”. Un investigador principal, señaló: “Nuestros resultados muestran que las personas con parejas sensibles experimentan menos ansiedad y exaltación, lo que a su vez mejora la calidad del sueño” (ibídem).
Desde hace mucho tiempo la Biblia ha aconsejado: “no se ponga el sol sobre vuestro enojo”, indicando que no debemos ir a la cama enojados (Efesios 4:26). Ahora, casi 2.000 años después tenemos evidencia médica que apoya la sabiduría que Dios tenía cuando inspiró esta directriz. Los mandamientos de Dios no son para controlarnos ni castigarnos, sino para conducirnos a una vida feliz y en abundancia (Juan 10:10). Las instrucciones bíblicas para abordar los problemas de parejas antes de ir a la cama están diseñadas para nuestro beneficio y para llevarnos a una noche de sueño tranquilo y reparador. Para más información acerca de la sabiduría de las leyes de Dios, lea nuestro folleto Los diez mandamientos.