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Según el Telegraph, el presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, declaró una segunda pandemia en África: la violencia contra las mujeres (24 de junio de 2020). Entre el confinamiento en casa por la Covid-19 y el rápido declive en la situación financiera nacional, la violencia sexual ha aumentado en todo el mundo y África no ha estado exenta. En Nigeria, la nación más poblada de África, conocida por sus problemas de violencia doméstica, las llamadas de auxilio se han triplicado en los últimos meses. “Después de una cadena de… horribles violaciones y asesinatos, a principios de este mes los gobernadores de los 36 estados de Nigeria declararon un estado de emergencia por las violaciones”. Los informes incluyen víctimas de todas las edades, incluidas niñas muy jóvenes.
Debido al confinamiento por el virus, algunas víctimas de violación no han podido acceder a la atención médica y recibir tratamiento. Muchas de las que tienen acceso, tienen miedo de visitar los centros de salud y hospitales por temor a contraer el virus. Según un miembro del Comité Internacional de la Cruz Roja en la República Democrática del Congo: “Los números de violaciones que tenemos son solo la punta del iceberg. Algunas comunidades están evitando los centros de salud porque tienen miedo de infectarse tanto por el coronavirus como por el ébola”.
La Biblia expresa que en los días de Noé: “la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal” (Génesis 6:5). Hace dos mil años, Jesucristo predijo que condiciones similares prevalecerían en el mundo justo antes de su regreso (Mateo 24:37-39), y a medida que el fin de esta era se acerca, cada vez más personas serán: “sin afecto natural... intemperantes, crueles, [y] aborrecedores de lo bueno” (2 Timoteo 3:1–3). A medida que los gobiernos humanos luchan para lidiar con comportamientos brutales que causan tanto sufrimiento, los cristianos bondadosos “gimen y… claman a causa de todas las abominaciones que se hacen” (Ezequiel 9:4) y oran para que el Reino de Dios venga pronto (Mateo 6:10). Este mundo que se está derrumbando necesita desesperadamente el retorno del Príncipe de Paz, cuando se establecerá la verdadera justicia en toda la Tierra (Isaías 9:6–7). Para aprender más sobre el verdadero evangelio que Jesús predicó, lean “Espadas para azadones”.