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Siete siglos antes de Cristo, el profeta Daniel interpretó un sueño del rey Nabucodonosor en el cual este vio una gran imagen representativa de cuatro reinos que dominarían el Oriente Medio (Daniel 2).
Se ha reconocido ampliamente que el cuarto reino es el Imperio Romano en su última fase (los pies y los dedos de los pies) compuesta de una mezcla quebradiza de hierro y barro. Esta fase o resurgimiento, que aparecerá en los tiempos del fin y tendrá nexos con el Imperio Romano, será una federación de diez reyes que se ha de integrar antes del regreso de Jesucristo a la tierra (Daniel 2:40-–45). En Daniel 7 los cuatro imperios se representan como cuatro "bestias".
Los estudiosos de la profecía bíblica saben que los diez cuernos de la cuarta bestia simbolizan diez resurgimientos del Imperio Romano. De estos, nueve ya han ocurrido en Europa. El "cuerno pequeño" se refiere al papel dominante que ha cumplido, y seguirá cumpliendo, cierta organización religiosa (la iglesia romana) en las versiones resucitadas del Imperio Romano y el Sacro Imperio Romano.
Apocalipsis 13 predice la aparición de una bestia (una figura política) en los tiempos del fin, junto con una líder religioso obrador de milagros que encamina a los pueblos del mundo hacia el líder europeo. Las profecías de Apocalipsis 17 relacionan a estos mismos dos individuos y organizaciones con Roma. La mujer (una iglesia poderosa y con influencia mundial) aparece "montada" sobre la bestia política, es decir sosteniéndola e influyendo en ella. Apocalipsis 17:12–14 dice que los diez cuernos de esta bestia en los tiempos del fin "son diez reyes" que "entregarán su poder" (soberanía) a la bestia por un tiempo corto, justo antes del regreso de Cristo. Los diez reyes y la bestia tendrán "un mismo propósito". Otras profecías se refieren a esta bestia europea como el "rey del norte" (Daniel 11:40–44), dirigido por Alemania (o Asiria: ver Isaías 10:5). La manifestación de esta bestia-potencia europea tendrá graves repercusiones en las naciones descendientes de Israel (Oseas 5:5; 8:8–9, 14).
À la luz de estas antiguas profecías bíblicas, es extraordinario ver lo que está ocurriendo en el continente europeo hoy. Los líderes europeos no ocultan sus vínculos con el legado del Imperio Romano. El diplomático belga Robert Rothschild, asistente del ministro de relaciones exteriores belga Paul-Henri Spaak, recordó en un documental de la BBCen 1996 un comentario de Spaak hecho en ocasión de la firma del tratado que dio origen a la Comunidad Económica Europa en 1957. "Spaak se volvió a nosotros y dijo: ‘¿Creen ustedes que hoy hemos estado poniendo la primera piedra de un nuevo Imperio Romano, y esta vez sin disparar un solo tiro?’ Todos nos sentimos como romanos ese día" ("El declive y caída de Roma". Revista TIME, junio 13 de 2005).
Los pontífices romanos han promovido una Europa unida, así como en la Edad Media los pontífices coronaban y celebraban alianzas con los emperadores del Sacro Imperio Romano. Muchas personas se preguntan qué relación habría entre las profecías sobre los diez reyes y las 27 naciones de la Unión Europea. Esta respuesta podría surgir en los próximos meses. Más de un artículo señala cómo la crisis económica en Europa ha abierto fisuras en la Unión Europea, entre los países ricos del norte y los países endeudados del sur, plagados estos últimos por una tasa de desempleo creciente. Gran Bretaña parece a punto de salirse de la Unión y Francia podría hacer lo mismo, reduciendo seriamente el número de naciones en la UE.
El ex ministro de defensa alemán Joschka Fischer, y otros, están proponiendo que los 17 miembros de la Eurozona se conviertan en el "núcleo" de naciones que seguiría adelante con la formación de una unión monetaria y política más profunda. Otra idea es que el presidente de la UE escoja diez representantes de los 27 estados miembros de la UE para formar un consejo rectir de Europa (spiegel.de, noviembre 18 de 2011). Recientemente, el ministro alemán de relaciones exteriores Guido Westerwelle convocó líderes de diez naciones europeas —el "grupo de Berlín"— para hablar del futuro de Europa (Presseurope, junio 20 de 2012). Su idea de entregar un amplio control sobre la UE a un burócrata no elegido, quien sería el equivalente de un emperador europeo moderno, es vista por sus opositores como un intento por "regresar a los tiempos del Sacro Emperador Romano" (Daily Express, mayo de 2013). Los llamados para que diez naciones se constituyan en núcleo de unos "Estados Unidos de Europa", y diez líderes que guíen a Europa, podrían dar cumplimiento a antiguas profecías sobre diez naciones o líderes que entregan su poder a una bestia en Europa en los tiempos del fin.
Otro hecho significativo en Europa es que la crisis económica ha lanzado a Alemania a la posición dominante en Europa. Alemania tiene la economía más grande y fuerte del continente, y esto significa que también tiene dinero para prestar a los miembros en apuros. Alemania ha indicado, sin embargo, que fijará condiciones para esos préstamos. La canciller alemana Angela Merkel ha declarado también que otras naciones de Europa tendrían que entregar aspectos de su soberanía (control de su presupuesto nacional, etc.) a fin de llegar a una unión económica y política más profunda. Un observador comenta que "El pagador de Europa [Alemania] quiere ocupar de nuevo el puesto de conductor" (Boyes, Roger. London Times, "Gran Bretaña queda por fuera de las conversaciones sobre el futuro de la UE", junio 22 de 2012). El sociólogo alemán Ulrich Beck advierte que Alemania está lista para convertirse en el "maestro de Europa", y que los comentarios sobre el colapso inminente del euro y de la UE podrían generar en Europacambios dramáticos que antes eran "impensables" y "conducir al nacimiento de un posible monstruo" capaz de tomar al mundo por sorpresa (German Europe [Europa alemana], pp. 3, 28). Las profecías bíblicas en Apocalipsis 13:3 vienen advirtiendo desde hace mucho tiempo que esto es, efectivamente, lo que va a ocurrir en Europa al aproximarse el final de la era.
También está circulando la idea de que lo necesario en Europa ahora es regresar a un monarca europeo. Las naciones europeas tienen una larga historia de monarquías, y muchas aún tienen monarcas que funcionan como sus representantes ceremoniales. En Berlín, los alemanes están reconstruyendo el antiguo palacio de Hohenzollern que perteneció a los reyes prusianos y monarcas alemanes ("Alemania pone nuevos cimientos para reconstrucción de palacio en Berlín", dw.de, junio 12 de 2013). El tataranieto del último káiser alemán ha declarado que sus compatriotas se beneficiarían de la "guía moral" de una monarquía restablecida (The Local, junio 16 de 2013). Los monarcas austríacos han promovido la idea de restaurar el trono de los Habsburgo para una monarquía en Europa central (earthtimes.org, noviembre 12 de 2007). El heredero (fallecido) del Imperio Austrohúngaro Otto von Hapsburg, cuyos hermanos son funcionarios públicos activos en varios países europeos, había indicado antes de su muerte en 2011 que aún puede haber un papel para el trono Austrohúngaro y la corona de Carlomagno en el futuro de Europa.
Dada esta historia, no es sorprendente que Karl-Theodor zu Guttenberg (de la línea de los Habsburgo y casado con la tataranieta de Otto von Bismarck) se haya convertido en estrella ascendente y ministro de defensa en Alemania antes de su caída precipitada. En la actualidad es un "estadista distinguido" en el prestigioso Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, con excelentes contactos en Washington y Europa y con planes de darle a Alemania un papel aún por definirse (Die Welt, marzo 14 de 2013). Considerando estos hechos en Europa, debemos recordar el comentario de Jesús de "velar" los hechos significativos que señalen el final de la era y el próximo regreso de Él.