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Como prueba irrefutable de que era el Mesías, Jesucristo citó una profecía clave ¡que la mayoría de quienes se declaran cristianos ignoran o incluso niegan!
Tres días, tres noches, y una señal
Para la mayoría de las personas, 72 horas es un fin de semana largo, o quizás una escapada o unas vacaciones cortas. Es algo agradable pero que se olvida pronto. Al fin y al cabo, son solo tres días y tres noches. ¿Qué importancia puede tener un plazo tan corto en el curso de los acontecimientos? Pero si tenemos ojos para ver, la importancia de 72 horas resulta muy clara.
Considere el libro de Jonás, un breve libro en la Biblia que narra la historia de un profeta renuente. Dios le dijo a Jonás que advirtiera a los habitantes de la gran ciudad de Nínive que si no se arrepentían de su crueldad y sus atrocidades, la ciudad sería destruida. Jonás, que era hebreo, había visto a su pueblo ser víctima de la crueldad asiria y por eso huyó del lugar, decidido a evadir su responsabilidad.
Jonás consiguió cupo en un barco, pero en alta mar se presentó una tormenta terrible. En un esfuerzo por salvar el barco, los marinos lanzaron a Jonás por la borda. No se ahogó porque Dios tenía preparado un gran pez que lo engulló. La Biblia dice que Jonás estuvo en el vientre del gran pez tres días y tres noches, es decir 72 horas.
Piense lo que debió ser eso. Jonás, con algas enredadas en la cabeza, soportó los olores y la húmeda oscuridad sin saber qué pasaría. Seguramente pensó que moriría allí. Pero Dios intervino y el gran pez vomitó a Jonás en la playa. Hay que preguntarse si Jonás volvería a comer pescado después de ver el contenido repugnante del sistema digestivo desde su interior. Mientras Jonás se restablecía de esta salvación increíble, se preguntó "¿Y ahora qué?", Dios le dijo que llevara su advertencia a Nínive. Esta vez, aunque renuente, obedeció.
El lector quizá se pregunte: "¿Qué tiene que ver esto conmigo?" Quizá le asombre saber que Jesucristo tomó las 72 horas de sufrimiento de Jonás como poderosa señal para los escribas y fariseos que exigían una señal irrefutable de que Él era el Mesías.
Las Escrituras consignan así los hechos. "Respondieron algunos de los escribas y de los fariseos, diciendo: Maestro, deseamos ver de ti señal. El respondió y les dijo: La generación mala y adúltera demanda señal; pero señal no le será dada, sino la señal del profeta Jonás. Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches" (Mateo 12:38-40).
¡Reflexione! La única señal directa que Jesucristo dio de ser el Mesías fue que estaría 72 horas en el sepulcro, lo mismo que Jonás, que estuvo prácticamente muerto en el vientre del gran pez ¡y salió de allí únicamente porque Dios lo sacó! Los líderes religiosos que retaron a Cristo sabían muy bien la historia de Jonás, pero al parecer, nunca entendieron su significado.
En la actualidad, la mayoría de las personas que se declaran cristianas siguen la tradición del viernes santo y domingo de resurrección, ¡lo cual es una burla a las palabras de la señal de Cristo! No hay manera de hacer caber 72 horas dentro del lapso de un viernes para la crucifixión y un domingo para la resurrección. La historia de la Pascua florida es fruto de las tradiciones paganas previas al cristianismo ¡y no figura para nada en la Biblia!
Siendo así, los cristianos que realmente creen a la Biblia, ¿cómo reconocen y guardan el recuerdo de la muerte del Salvador? La Iglesia de Dios observa la Pascua con los símbolos del pan y el vino instituidos en el Nuevo Testamento, tal como Jesucristo enseñó a sus discípulos.
Usted necesita saber sobre las 72 horas que cambiaron el destino de la humanidad. Si quiere aprender más sobre este lapso de tiempo increíblemente importante, solicite dos de nuestros folletos gratuitos, que le ayudarán a transformar su vida: ¿Qué es un verdadero cristiano? yLas fiestas santas—Plan maestro de Dios.