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De guerras y pandemias hasta maravillas astronómicas.¿Qué nos dice la Palabra de Dios sobre lo que vendrá en los próximos años? La profecía bíblica nos ofrece un esbozo de los hechos futuros. Jesucristo les dijo a sus seguidores que estuvieran atentos a la señales del tiempo del fin (Mateo 24:42). ¿Cuáles son las señales que debemos observar? ¿Qué podemos saber basados en las Escrituras? ¡Debemos estar preparados para los años que se avecinan!
En el 2014 el drama de la historia humana con su violencia y sus guerras continuó sin tregua. Las fuerzas de coalición atacaron a la fuerza islámica extremista llamada EI [Estado Islámico]. Aviones militares de varios países bombardearon blancos del EI en Irak e incluso en Siria. Militares rusos marcharon a la península de Crimea y la reclamaron como suya. Japón y China chocaron por unas islas cuya propiedad se disputan. Militares palestinos en Gaza lanzaron más de 4.000 misiles a Israel, algunos hasta Tel Aviv, matando a decenas de israelíes. Israel respondió despachando fuerzas a Gaza para detener la acción y mataron o hirieron a miles de palestinos. Hubo decapitación de periodistas a manos de extremistas, mientras la maldad cruenta se hacía sentir con toda su saña. En África Occidental millares sucumbieron a la enfermedad del ébola. Como muchos de nuestros lectores saben, Jesús de Nazaret advirtió que habría terribles epidemias de enfermedades en los tiempos del fin; ¡en nuestra época actual! Advirtió: "Habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. Y todo esto será principio de dolores" (Mateo 24:7-8).
¿Veremos algún día el fin de los conflictos y el terrorismo? ¿Hay algo que usted pueda hacer para evadir los sucesos terribles que vienen? Jesús dio un esbozo de los hechos en una profecía pronunciada en el monte de los Olivos y consignada en Mateo 24, Marcos 13 y Lucas 21. El Salvador dijo: "Oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin. Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino" (Mateo 24:6-7).
¿Acaso la naturaleza humana ha cambiado desde que Cristo pronunció estas palabras? ¡No! Los últimos cien años nos trajeron dos guerras mundiales, la guerra de Corea, la de Vietnam, varias guerras en el Oriente Medio y terrorismo en los Estados Unidos, Gran Bretaña y muchas naciones más. Nación contra nación, grupo étnico contra grupo étnico, secta religiosa contra secta religiosa; la violencia prosigue, y al final se acentuará aún más.
La historia del mundo ha demostrado que los gobiernos y las alianzas no pueden producir paz duradera. El apóstol Pablo citó al profeta Isaías quien planteó así tan dura realidad: "No conocieron camino de paz. No hay temor de Dios delante de sus ojos" (Romanos 3:17-18).
¿Qué otras tendencias importantes veremos en los próximos años? El capítulo 17 del libro del Apocalipsis describe el resurgimiento de una misteriosa potencia o "bestia". Leemos que "son siete reyes. Cinco de ellos han caído; uno es, y el otro aún no ha venido; y cuando venga, es necesario que dure breve tiempo" (Apocalipsis 17:10).
Los lectores habituales de esta revista comprenden que esta superpotencia europea será una versión resucitada del antiguo Imperio Romano. Diez reyes o reinos formarán una alianza poderosa con la potencia llamada la bestia: "Los diez cuernos que has visto, son diez reyes, que aún no han recibido reino; pero por una hora recibirán autoridad como reyes juntamente con la bestia. Estos tienen un mismo propósito, y entregarán su poder y su autoridad a la bestia. Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque Él es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están con Él son llamados y elegidos y fieles" (Apocalipsis 17:12-14).
¿Sorprendente? La Biblia Douay Rheims, en su versión original traducida de la Vulgata Latina para uso de los católicos, trae una sorprendente afirmación acerca de la "bestia" de Apocalipsis 17. Explicando el versículo 11, la obra reconoce que "la bestia aquí mencionada parece ser el Imperio Romano, como en el capítulo 13". El comentario Douay Rheims sobre Apocalipsis 13:1dice así: "La imagen de la primera bestia se basa en el séptimo capítulo de Daniel. Esta bestia es la figura de los reinos del mundo, reinos fundados sobre pasiones y egoísmo, que en toda era son hostiles a Cristo y buscan oprimir a los siervos de Dios. Roma imperial representa este poder".
La profecía bíblica revela que la entidad política que se convierte en el Imperio Romano resucitado estará bajo el control de una "mujer" [símbolo de una iglesia en la Biblia], la cual va "montada" sobre la bestia y la controla. Leemos: "Vi a una mujer sentada sobre una bestia escarlata llena de nombres de blasfemia, que tenía siete cabezas y diez cuernos. Y la mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, y adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas, y tenía en la mano un cáliz de oro lleno de abominaciones y de la inmundicia de su fornicación; y en su frente un nombre escrito, un misterio: BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA. Vi a la mujer ebria de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús; y cuando la vi, quedé asombrado con gran asombro" (Apocalipsis 17:3-6).
Vemos, pues, que la bestia o potencia profetizada para los tiempos del fin se llama también Babilonia la Grande. Esta superpotencia durará pocos años. El apóstol Juan escribe: "Después de esto vi a otro ángel descender del Cielo con gran poder; y la Tierra fue alumbrada con su gloria. Y clamó con voz potente, diciendo: Ha caído, ha caído la gran Babilonia, y se ha hecho habitación de demonios y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda ave inmunda y aborrecible. Porque todas las naciones han bebido del vino del furor de su fornicación; y los reyes de la Tierra han fornicado con ella, y los mercaderes de la Tierra se han enriquecido de la potencia de sus deleites" (Apocalipsis 18:1-3).
Esta versión final del Imperio Romano resucitado en el tiempo del fin se convertirá en una superpotencia económica y dominará la política internacional. Ejercerá tal poderío militar, que luchará incluso contra Cristo cuando regrese, tal como leemos en Apocalipsis 17:14. ¿Se conjugarán todas estas tendencias en el próximo año? Probablemente no, pero sí está profetizado que ocurrirá antes de que Cristo regrese. Desde hace varios decenios se perfila el surgimiento de un poderoso conglomerado de estados europeos bajo el nombre actual de Unión Europea, que preparan el camino para el resurgimiento de un Imperio Romano en los últimos días.
Muchos que leen esta revista conocen ciertos predicadores y sus ideas descabelladas sobre las supuestas "lunas de sangre" del 2014 y del 2015. ¿De qué se trata? Son fenómenos astronómicos que se presentan en ciclos de cada 550 años aproximadamente. En total, cuatro eclipses totales de la Luna aparecen en tonos de rojo profundo. Un comunicado de prensa emitido por la NASA describió el color de la Luna como "rojo ocaso" y explicó que cada eclipse llena la Luna de "un resplandor cobrizo, transformando a la Luna en un gran disco rojo". De estos cuatro eclipses, los dos primeros ocurrieron el 15 de abril y el 8 de octubre del 2014. En el año 2015, los eclipses ocurren el 14 de abril y el 28 de septiembre. ¿Será alguno de estos señal de la venida de Cristo? ¡Por supuesto que no! La verdad es que la Biblia describe un suceso futuro aún más impresionante que estas lunas de sangre: "Miré cuando abrió el sexto sello, y he aquí hubo un gran terremoto; y el Sol se puso negro como tela de cilicio, y la Luna se volvió toda como sangre" (Apocalipsis 6:12). Al lado de esto, las "lunas de sangre" serán un fenómeno insignificante.
Cuando se cumpla realmente el "sexto sello" profetizado en las Escrituras, los trastornos cósmicos serán sin precedentes. Notemos: "Las estrellas del cielo cayeron sobre la Tierra, como la higuera deja caer sus higos cuando es sacudida por un fuerte viento. Y el cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla; y todo monte y toda isla se removió de su lugar. Y los reyes de la Tierra, y los grandes, los ricos, los capitanes, los poderosos, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes; y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de Aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero; porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie?" (Apocalipsis 6:13-17).
Estos trastornos en el cielo darán paso al día del Eterno, el gran día de la ira de Dios. ¿Qué lecciones podemos derivar de las señales celestes? Cuando vengan, no anunciarán el comienzo de la gran tribulación, sino su fin y el comienzo del día del Eterno: ¡el último año de historia humana antes de la segunda venida de Jesucristo!
Durante la gran tribulación, el mundo vivirá la experiencia de la ira de Satanás contra los cristianos verdaderos y contra las naciones. Las Escrituras nos dicen que ese tiempo, único en toda la historia, es tiempo de angustia para Jacob: "¡Ah, cuán grande es aquel día! tanto, que no hay otro semejante a él; tiempo de angustia para Jacob; pero de ella será librado" (Jeremías 30:7). Recordemos que el nombre de Jacob se cambió a Israel. La casa de Israel vino a formar las diez tribus "perdidas", o sea los pueblos que formaron las naciones del Noroeste de Europa.
¿Nos ha dado Dios antes señales celestes? ¡Sí! Lea acerca de las tinieblas que cayeron cuando Jesucristo estaba en la cruz el miércoles 25 de abril del año 31. Los habitantes de Jerusalén vieron una oscuridad sobrenatural que duró tres horas (Mateo 27:45). Más tarde esa misma noche también hubo un eclipse lunar. El apóstol Pedro, en su inspirado mensaje pronunciado el día de Pentecostés, citó al profeta Joel cuando describió las señales celestes que aún faltaban por venir: "Daré prodigios arriba en el cielo, y señales abajo en la Tierra, sangre y fuego y vapor de humo. El Sol se convertirá en tinieblas, y la Luna en sangre, antes que venga el día del Señor, grande y manifiesto. Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo" (Hechos 2:19-21).
La ciudad de Jerusalén, y en especial la zona del monte del Templo, continúan siendo motivo de choques entre judíos y musulmanes, entre israelíes y palestinos. En años recientes, un pequeño número de judíos se viene preparando para restaurar los sacrificios de animales que terminaron en el año 70 dc con la destrucción del segundo templo. Los tribunales israelíes han prohibido los intentos de activistas judíos por establecer sus servicios de culto en el monte del Templo.
Sabemos por el profeta Daniel que en el tiempo del fin se van a reanudar los sacrificios de animales y luego se prohibirán, tal como ocurrió bajo el gobernante griego Antíoco Epífanes, quien decretó la prohibición de los sacrificios en el templo de Jerusalén en el año 167 ac. Además, Antíoco profanó el templo, haciendo erigir en este una estatua de Júpiter Olimpo con órdenes de que todo el mundo la adorara.
De igual modo, el libro del Apocalipsis advierte de una futura ocupación de Jerusalén por una potencia de los gentiles: "Me fue dada una caña semejante a una vara de medir, y se me dijo: Levántate, y mide el templo de Dios, y el altar, y a los que adoran en él. Pero el patio que está fuera del templo déjalo aparte, y no lo midas, porque ha sido entregado a los gentiles; y ellos hollarán la ciudad santa cuarenta y dos meses" (Apocalipsis 11:1-2).
¿Qué ocurrirá durante ese lapso? "Desde el tiempo que sea quitado el continuo sacrificio hasta la abominación desoladora, habrá mil doscientos noventa días" (Daniel 12:11). Para que el sacrificio diario se quite, es necesario que primero comience; y esto ocurrirá en algún momento en el futuro. Amigos, cuando esto ocurra, sabremos que se acerca el final de la civilización humana.
Por una parte, quizá nos desanimemos viendo el sufrimiento y las tendencias que nos rodean. Por otra parte, sabiendo que los sucesos profetizados tardarán algunos años, quizá sea fácil olvidar las palabras de Cristo. ¿Qué advertencia nos hizo el Salvador a este respecto? "Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día. Porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la Tierra. Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre" (Lucas 21:34-36).
Como cristianos, nos corresponde estar alerta a las profecías que Jesús nos dejó. No nos quedemos espiritualmente dormidos. El apóstol Pablo nos da esta amonestación: "Conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos. La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz" (Romanos 13:11–12).
Queridos lectores, la nuestra es una época extraordinaria, profetizada como el "tiempo del fin". Las profecías del fin, pronunciadas hace miles de años, se están acercando hacia un cumplimiento sin precedentes. Esperamos la segunda venida de Jesucristo, quien regresará pronto para establecer el Reino de Dios en el planeta Tierra. Por tanto, debemos estar preparados. Aunque Cristo no regrese antes de algunos años, no podemos descuidarnos porque cualquiera de nosotros podría morir esta misma noche. Acerquémonos a Dios en lo que resta del 2015, y permanezcamos cerca de Él. Al hacerlo, estaremos informados y animados por el cumplimiento de los hechos proféticos; a la vez que obedecemos el mandato de Cristo de "velar"