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es el título de un artículo reciente publicado en la revista Time, por el ex presidente ruso Mikhail Gorbachev. El señor Gorbachev rememora el éxito diplomático de la década de los 80 y el final de la Guerra Fría. Su disposición a dejar de lado las diferencias y trabajar con los Estados Unidos ayudó a crear un entorno político muy diferente para las décadas posteriores a su tiempo en el cargo.
Tomando en consideración la pandemia de hoy, el señor Gorbachev dijo: “Aunque ahora son los gobiernos nacionales los que llevan la peor parte al tomar decisiones difíciles, toda la comunidad mundial tendrá que tomar decisiones [sobre el futuro]. Hasta ahora no hemos podido desarrollar e implementar estrategias y objetivos comunes para toda la humanidad”. También destacó cómo las guerras y la carrera armamentista no pueden resolver los problemas mundiales y que “la guerra es un signo de derrota, o un fracaso de la política”. Concluyó solicitándoles a los líderes mundiales a que convoquen una sesión especial de emergencia a la ONU para “revisar toda la agenda mundial” y comenzar a reducir drásticamente el gasto militar.
El señor Gorbachev ayudó a cambiar el mundo durante su presidencia. Su mandato a enfocarse en las necesidades de “toda la comunidad mundial” es noble. Pero, ¿funcionaría ese enfoque cuando los líderes mundiales a menudo ignoran las necesidades humanas en aras de su propio beneficio personal? Los líderes verdaderamente eficaces se ven a sí mismos como servidores y las necesidades de su prójimo son lo primero que tienen en mente. La Biblia revela que Jesucristo regresará a la Tierra como “Rey de reyes” y que continuará con el enfoque que tuvo en su primera venida: “no vino para ser servido, sino para servir” (Mateo 20:28). Después de su retorno, las guerras y las carreras armamentistas terminarán: “y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces” (Isaías 2:4). Se necesitará el retorno del “Príncipe de Paz” para satisfacer verdaderamente las necesidades de toda la humanidad. Para más información sobre cómo vendrá esta paz duradera, lean El maravilloso mundo de mañana.