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Aun el mundo que se llama "cristiano", dividido en más de 400 sectas o denominaciones, ha sido ENGAÑADO acerca de lo que significa la salvación y en lo que respecta al día en que Dios va a convertir a la gran mayoría de la humanidad. ¡Este es un punto digno de reflexión!
Es muy posible que la mayoría de los ministros religiosos, sin ser culpables por esto, desconozcan por completo la información que contiene este folleto. Y de hecho, no podrán entenderla a menos que se arrepientan de seguir las tradiciones humanas y permitan que la Palabra inspirada de Dios sea la que los instruya tanto en este tema como en muchas otras verdades bíblicas básicas.
Solamente estaremos en capacidad de comprender si nuestro deseo sincero es creer lo que Dios dice en su Palabra inspirada, la Santa Biblia, donde encontraremos las respuestas correctas a todos los interrogantes. Pero Satanás el diablo es el "dios de este siglo", de este mundo o sociedad (2 Co. 4:3-4) y ha cegado a todos el entendimiento. También sele llama en la Biblia el "príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora OPERA en los hijos de desobediencia" (Ef. 2:2).
Satanás también "transmite" actitudes e ideas erróneas a través de la atmósfera de este mundo. Como vimos antes, él es el "príncipe" de este mundo, y mediante el control de la atmósfera influye en la humanidad y en su conducta mucho MÁS de lo que podemos alcanzar a darnos cuenta. Satanás confunde y engaña a la gente acerca del plan y los PROPÓSITOS del Dios Eterno. Acerca de esto el apóstol Juan escribió por inspiración divina: "Fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual ENGAÑA al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él" (Ap. 12:9).
Aun el mundo que se llama "cristiano", dividido en más de 400 sectas o denominaciones, ha sido ENGAÑADO acerca de lo que significa la salvación y en lo que respecta al día en que Dios va a convertir a la gran mayoría de la humanidad. ¡Este es un punto digno de reflexión!
Pensemos en los MILES DE MILLONES de seres humanos, todos hechos a imagen de Dios, que jamás han creído en ninguna forma de cristianismo. Solamente una minúscula parte entre los 1200 millones de chinos se consideran cristianos. Lo mismo sucede con mil millones de habitantes de la India. Consideremos también a los 200 millones de indonesios, a los japoneses, a la gente de Pakistán y de otras naciones densamente pobladas en una situación similar. Y en el mundo árabe, apenas una pequeñísima parte de la gente profesa alguna religión cristiana.
Pensemos ahora en los incontables MILLONES de personas que vivieron y murieron en esas y otras naciones durante muchos siglos y que en toda su vida jamás escucharon el nombre de Jesucristo.
Por supuesto que sobran los teólogos y predicadores modernos, entre ellos muchos que ni siquiera creen que Jesucristo es Dios, que tratan de resolver el problema con toda clase de argumentos filosóficos o razonamientos humanos suponiendo que Dios "salvará" a esa gente de cualquier otra forma. Pero son INCAPACES de citar directamente de la Biblia las palabras que respalden su razonamiento humano. Porque la Biblia enseña claramente en qué forma concede Dios la salvación y la vida eterna.
Haciendo referencia a la sorprendente curación de un cojo, el apóstol Pedro dijo: "Sea notorio a todos vosotros, y a todo el pueblo de Israel, que en el nombre de Jesucristo de Nazaret, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de los muertos, por él este hombre está en vuestra presencia sano. Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. Y en ningún otro hay salvación; porque NO HAY OTRO NOMBRE bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos" (Hch. 4:10-12). Esta es una afirmación absolutamente clara, que no deja espacio para que algún teólogo trate de explicarlo con un razonamiento como el siguiente: "Bien, si esa gente del pasado era básicamente gente buena que practicaba su religión con sinceridad, seguramente un Dios amoroso les concedería la vida eterna". Porque esto no sería más que una contradicción a lo que enseñaron Jesucristo y sus apóstoles en el sentido de que la vida eterna SOLAMENTE les sería concedida a quienes vinieran ante el Dios de la creación mediante la exclusiva participación de Jesucristo como Señor y Salvador. Solamente por medio de esa relación y conocimiento, podrán comprender quién es el verdadero Dios y qué requisitos deben cumplir los seres humanos que deseen entrar en el Reino eterno. Sin este conocimiento y la exclusiva relación con Jesucristo, la gente del mundo no hace más que divagar en ceguera y confusión, incapaz de alcanzar por el momento el propósito para el cual ha sido creada. Podrán ser paganos sinceros, pero en definitiva, aún son paganos.
Es muy oportuno aquí, leer la exhortación que por inspiración divina les dio Pablo a los efesios, muchos de los cuales habrían sido sinceros adoradores de la diosa Diana: "Acordaos de que en otro tiempo vosotros, los gentiles en cuanto a la carne, erais llamados incircuncisión por la llamada circuncisión hecha con mano en la carne. En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, SIN ESPERANZA y SIN DIOS en el mundo. Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo" (Ef. 2:11-13). Si el apóstol Pablo les dijo a los efesios que mientras habían sido paganos no tenían esperanza, no hay ninguna razón para que en la actualidad pensemos que, quienes no hayan entrado en el nuevo pacto mediante la sangre de Cristo, tengan la esperanza de la salvación y la vida eterna.
Veamos además lo que dijo Jesucristo en Juan 10:1-2: "De cierto, de cierto os digo: El que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, ése es ladrón y salteador. Mas el que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es." Es muy claro entonces que, todo aquel que intente alcanzar la salvación por otro medio, no la puede obtener. Sigamos con los versículos 7-8: "Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y salteadores; pero no los oyeron las ovejas." Estas palabras del Hijo de Dios dejan muy clara la enseñanza de que "todos" los que vinieron antes de Cristo llamándose salvadores o reveladores no han sido más que engañadores o IMPOSTORES.
En Juan 6:44 leemos: "Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero." Solamente aquellos a quienes Dios específicamente ha llamado están en posibilidad de entender y responder al verdadero mensaje de Jesucristo. Jesús repite básicamente la misma enseñanza en Juan 6:65: "Por eso os he dicho que ninguno puede venir a mí, si no le fuere dado del Padre."
Con todas estas escrituras tan claras en mente, ningún teólogo o ministro debería enseñar otra cosa, entonces ¿cómo es posible que puedan suponer o enseñar que hay otras formas de llegar a la vida eterna sin el llamamiento de Dios y sin entregarse incondicionalmente a Él mediante el verdadero Jesucristo de la Biblia?
¿Es este el único día de salvación?
La pregunta que surge en la mente es: ¿Si Dios no está tratando de salvar a toda la gente en la actualidad, cuál es entonces su plan y sus propósitos y a qué se debe la espera? Existe una buena RAZÓN para que las multitudes de la tierra no estén siendo llamadas ahora.
La respuesta es que Dios está llevando a cabo un plan de 7.000 años para la humanidad. Durante los primeros 6.000 años Dios ha dejado que la humanidad experimente muchas formas de religión, de educación, de gobierno y de cultura. Mientras se da cuenta de que todos los caminos del hombre son ERRÓNEOS, la humanidad está aprendiendo la lección en dolorosos sufrimientos emocionales y físicos y en el vacío espiritual. Una vez que haya aprendido la lección, la humanidad estará preparada para escuchar atentamente en el momento en que Dios le abra la mente y el corazón a su verdad.
Parece algo muy cruel, podría alguien opinar. ¿Por qué en ese caso Dios no envía a un maestro perfecto, que enseñe el camino correcto en una forma directa y amorosa? Apreciados lectores, lo que sucede es ¡que Dios YA LO HIZO!
Dios envió a su Hijo a la tierra como un maestro bondadoso y lleno de amor, que sanó a los enfermos, confortó a los afligidos y enseñó el CAMINO a la vida eterna. Pero la humanidad no lo recibió, no le creyó ni siguió con alegría sus enseñanzas. Por el contrario, ¡LO ASESINARON! Mediante la forma de tortura más cruel, lenta y dolorosa que haya inventado la mente humana depravada bajo la influencia de Satanás el diablo.
Recordemos que fueron los jefes religiosos quienes arrastraron a las masas para que exigieran la muerte de Cristo. Su deseo era conservar sus sistemas religiosos y por supuesto sus EMPLEOS. Hasta el mismo Pilato, un gobernador secular romano, se dio perfecta cuenta de lo que pasaba: "Porque conocía que por envidia le habían entregado los principales sacerdotes" (Mr. 10:11).
Además, Dios envió muchos profetas al mundo, especialmente para que enseñaran y advirtieran al pueblo de Israel, su pueblo. Pero tampoco los recibieron; como les dijo Dios por medio de Jeremías: "Os envié todos los profetas mis siervos, enviándolos desde temprano y sin cesar; pero no me oyeron ni inclinaron su oído, sino que endurecieron su cerviz, e hicieron peor que sus padres" (Jer. 7:25-26).
Fuera de unas pocas personas dedicadas a quienes ha llamado en diferentes épocas para entender su verdad y llevar a cabo su obra, Dios le está permitiendo a la humanidad seguir sus caminos siempre equivocados: "Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de MUERTE" (Pr. 14:12).
El deseo del gran Creador; quien le ha concedido a la humanidad la vida, el aliento y todas las cosas; es que algún día todos lleguemos a ser parte de su Familia. Pero ser "salvos" y llegar a ser hijos nacidos de Dios en su Reino eterno es MUCHO MÁS de lo que la mayoría de la gente alcanza a comprender.
NO se trata simplemente de "aceptar a Jesús" en alguna ceremonia llena de emoción o de "unirse a una iglesia". Se trata de SOMETERSE totalmente al Dios de la Biblia mediante una relación personal con el Cristo verdadero; de entregar sinceramente el corazón, la mente y voluntad de manera que Jesucristo, como Sumo Sacerdote, pueda VIVIR su vida en cada uno de nosotros. Como nos dice el apóstol Pablo por inspiración divina: "Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí" (Gá.2:20).
Mediante una sumisión incondicional que permita a Cristo vivir su vida en nosotros, se irá desarrollando paulatinamente en nosotros el mismo CARÁCTER de Dios. Si Cristo vive su vida en nosotros, podremos CRECER "en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo" (2 P. 3:18). En esa forma ordenada por Dios, el cristiano se convierte en un auténtico "vencedor", que mediante la presencia de Cristo en su ser, llegará a vencer a su propio yo, a la sociedad mundana y a Satanás el diablo. Y así estará realmente preparado para la vida eterna en el Reino de Cristo. No como lo enseñan las tradiciones del mundo engañado, de que es suficiente con "aceptar a Jesús" o de "unirse a una iglesia".
El Cristo Viviente afirmó: "Al que VENCIERE y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones, y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre" (Ap. 2:26-27). También dijo: "No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la VOLUNTAD de mi Padre que está en los cielos" (Mt. 7:21). Es muy claro entonces, que la voluntad revelada de Dios es que los verdaderos cristianos son aquellos que vencen y que permiten a Cristo, mediante el Espíritu Santo, vivir su vida en ellos; la MISMA CLASE de vida obediente y de sumisión absoluta que Jesucristo vivió durante sus días en la carne.
Así se tendrá la certeza de que las personas que lleguen al Reino de Dios NO serán egoístas, rebeldes, desobedientes e inconformes; listas para hacer a los demás y a ellos mismos INFELICES por una eternidad. Sino que quienes constituyan el Reino serán los que libremente hayan respondido al llamado de Dios y le hayan permitido edificar en ellos la naturaleza y el CARÁCTER divinos. Como lo explicó el apóstol Pedro, las promesas de Dios, que incluyen su Santo Espíritu, nos capacitan para "ser participantes de la NATURALEZA DIVINA" (2 P. 1:4).
Dios no nos llama en forma metafórica sus hijos, sino que nos concede su misma NATURALEZA mediante la presencia interior del Espíritu Santo. De esta manera podremos reflejar su carácter en todo lo que pensemos, digamos o hagamos. Dios puede y desea crear en nosotros el carácter y la naturaleza apropiados para una vida eterna en su Reino que se avecina.
Dios sabe muy bien que las lecciones de la vida las solemos aprender mediante el sufrimiento. De manera que si al afrontar alguna prueba comenzamos a desanimarnos, debemos recordar las palabras del apóstol Pablo cuando dijo: "Tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse" (Ro. 8:18).
Por la historia sabemos que desde los primeros días de la Iglesia los verdaderos cristianos fueron perseguidos. De manera que si nosotros "sufrimos" ahora, debemos tomarlo como preparación para una eternidad de felicidad, paz y amor; cuando seamos parte de la Familia de Dios. No debería entonces extrañarnos el sufrimiento sino aceptarlo como un medio que Dios utiliza para transmitirnos su carácter y nos permite a la vez, en cierta medida, sentir en carne propia y comprender lo que Jesucristo padeció por nosotros. El apóstol Pedro señala lo siguiente al respecto: "Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese, sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría. Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros. Ciertamente, de parte de ellos, él es blasfemado, pero por vosotros es glorificado" (1 P. 4:12-14).
Podremos sufrir muchas tribulaciones en nuestro camino hacia el Reino de Dios (Hch.14:22), pero debemos recibirlas como oportunidades para crecer "en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo" (2.P.3:18).
Como ya lo hemos mencionado, el deseo de Dios es que todos los seres humanos, hechos a su imagen, lleguemos algún día a su Reino. Dios nos ha creado a "su imagen" (Gn. 1:26), mas con libre albedrío para DECIDIR entre la vida y la muerte, entre el bien y el mal. Dios nos dice en su Palabra: "A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; ESCOGE, pues, LA VIDA, para que vivas tú y tu descendencia" (Dt. 30:19).
En el Nuevo Testamento, en 1 Timoteo 2:4 leemos que Dios "quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad". Pero no va a obligar a nadie a ser salvo, por eso nos ha concedido el libre albedrío. Muchas veces en la Biblia se menciona que unos cuantos, al menos, serán lanzados al "lago de fuego" (Ap. 19:20), que "es la muerte segunda" (Ap. 20:14).
Aunque cueste creerlo, algunos ESCOGERÁN su extinción eterna en vez de amar y servir a Dios. ¿Cómo aplica Dios el amor perfecto y la justicia perfecta? No permitirá el espíritu de rebeldía en su Familia, pero tampoco es un sádico que se deleitará atormentando a su creación. Dios no va a destruir ni condenar a alguien que no haya tenido la oportunidad de escuchar la verdad, pero sí espera mucho de quienes han aceptado su verdad y el sacrificio de su amado Hijo Jesucristo. En la epístola a los Hebreos leemos: "Si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios" (Heb. 10:26-27).
Es muy claro entonces que si pecamos voluntariamente después de que Dios nos ha revelado su verdad, nos convertiremos en sus "adversarios", merecedores "de juicio, y de hervor de fuego". "Hervor de fuego" y "lago de fuego" también se describen en Malaquías de esta manera: "Viene el día ARDIENTE COMO UN HORNO, y todos los soberbios y todos los que hacen maldad serán estopa; aquel día que vendrá los abrasará, ha dicho el Eterno de los ejércitos, y no les dejará ni raíz ni rama" (Mal. 4:1).
Todos los que rechacen a Dios se volverán "estopa", serán quemados y dejarán de existir para siempre: "Los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda" (Ap. 21:8).
Dios no va a permitir que alguien sufra tan espantoso destino sin que la persona deliberadamente lo decida. De manera que se va a encargar de que todo el que haya nacido tenga la oportunidad de conocer la VERDAD acerca de su voluntad y sus propósitos. La palabra "conocimiento" que aparece en 1 Timoteo 2:4, es traducción de la palabra griega "epignösis" que significa "una visión general" de la verdad; de manera que todo ser humano que haya nacido deberá recibir el conocimiento fundamental acerca de Dios y su plan para la humanidad. Y así, cada uno tendrá la oportunidad de decidir si acepta o rechaza la vida eterna bajo las condiciones de Dios. De otra manera, Dios no tendría ninguna consideración para con los MILES DE MILLONES de personas que han vivido y muerto sin saber nada sobre el PLAN del Dios Creador ni de su Hijo Jesucristo.
En 2 Pedro 3:8-9 podemos leer más sobre la voluntad de Dios: "Oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento".
Dios cuenta el tiempo en miles de años; de manera que no tiene ninguna prisa por salvar a cada uno hasta que la humanidad haya escrito lecciones indelebles en su historia mediante el sufrimiento que acarrea el camino del error. Cuando incontables predicadores instan a sus entusiasmadas multitudes a que "¡entreguen su corazón al Señor hoy mismo! ¡Porque esta podría ser su ÚLTIMA OPORTUNIDAD! Solamente están demostrando que no tienen NI IDEA del plan y el PROPÓSITO que el Dios Creador está llevando a cabo en la tierra.
Un versículo que por generaciones han confundido muchos ministros en relación con este tema es 2 Corintios 6:2, donde Dios dice: "En tiempo aceptable te he oído, y en día de salvación te he socorrido. He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora EL DÍA de salvación". Este versículo realmente no enseña que este sea "el" día de salvación y que no haya otro, porque existe un error de traducción. Los eruditos han encontrado que la primera parte de este pasaje es un cita directa de Isaías 49:8 y que la traducción correcta es: "En UN tiempo aceptable te oí, y en UN día de salvación te ayudé" (The Holy Scriptures, The Jewish Publication Society of América; énfasis nuestro). Aplicando el principio de Isaías 49, Pablo está, de hecho, recomendando a los miembros de la Iglesia en Corinto que NO reciban la gracia de Dios en vano (v. 1). Estas personas ya habían sido llamadas y eran miembros de la Iglesia de Dios. De manera que el pasaje no nos está diciendo que este es el ÚNICO día de salvación para la humanidad. Por el contrario, como muchos comentarios bíblicos lo reconocen, está exhortando a creyentes ya convertidos a "trabajar" por su salvación hasta el final (A Commentary on the Pauline Epistles, Charles B. Williams, Moody, 1953).
Como hemos visto, Dios desea que "todos" lleguemos al conocimiento de la salvación. Pero definitivamente NO está tratando de salvar a todos en ESTA época. De lo contrario, puesto que la mayoría de la humanidad jamás ha conocido el verdadero cristianismo, tendríamos que asumir que Dios no es Todopoderoso, ¡que es INCAPAZ de llevar a cabo sus designios!
Un error muy común, debido al desconocimiento del mismo tema de este folleto, es que Jesucristo vino a "salvar" a la gente durante su ministerio en la tierra. ¡Sin embargo no fue así! Antes bien, Jesús, mediante su muerte en pago por los pecados ajenos, hizo posible que todos aquellos a quienes el Padre llamara, fueran reconciliados con Dios DESPUÉS de su muerte y resurrección.
Poco antes de su muerte, Jesús les dijo a sus discípulos: "Yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre" (Jn. 14:16). Como los discípulos no tenían aún la presencia interior y el poder del Espíritu Santo, todavía NO eran convertidos. Esto lo demuestra Jesús cuando le dijo a Pedro: "Cuando te hayas CONVERTIDO, conforta a tus hermanos" (Lc. 22:32, Villapadierna). Y hablando de la vida de Jesús, Juan escribió por inspiración: "Aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado" (Jn. 7:39).
De acuerdo con la enseñanza bíblica, ninguno fue "convertido" durante el ministerio de Jesús en la tierra; porque nadie recibió el Espíritu Santo antes del Día de Pentecostés que siguió a la muerte y resurrección de Cristo (Hch. 2). Y aunque a muchos les parezca extraño, Jesús ni siquiera intentó convertir a las multitudes durante su ministerio. Así como Jesús NO estaba "tratando" de salvar a toda la humanidad en aquel entonces, Dios no lo está "intentando" hacer ahora.
Veamos un detalle interesante: A muchas personas se les ha enseñado en la escuela dominical, como me sucedió a mí, que Jesús hablaba en parábolas para "hacerse entender mejor". Todavía recuerdo muy bien cuando se nos enseñaba en mi escuela dominical que, como Jesús se dirigía a granjeros, pescadores o pastores; les enseñaba en parábolas utilizando ejemplos o analogías tomadas de la agricultura para que la gente sencilla le entendiera mejor. Esto es todo LO CONTRARIO de lo que la Biblia enseña. Porque Jesús les dijo a sus discípulos: "A vosotros os es dado saber el misterio del reino de Dios; mas a los que están fuera, por parábolas todas las cosas; para que viendo, vean y NO perciban; y oyendo, oigan y NO ENTIENDAN; para que no se conviertan, y les sean perdonados los pecados" (Mr. 4:11-12). Esto nos aclara que Jesús NO estaba intentando "salvar" a esa gente;¡en ese momento!
Eso es muy difícil de entender para muchos llamados cristianos, porque se les ha enseñado insistentemente que Cristo, los apóstoles y todos los verdaderos cristianos están empeñados en una especie de misión "salvadora de almas". Convencidos de que si las personas no "alcanzan la salvación" en esta vida, se "perderán" PARA SIEMPRE.
Si leemos cuidadosamente los cuatro Evangelios y el libro de los Hechos, fácilmente nos daremos cuenta de que la INMENSA MAYORÍA de la gente que vivía durante la época de Jesús y los apóstoles, JAMÁS se convirtió a ninguna forma de cristianismo. ¿Era toda gente mala o perversa? ¿Estaban en rebelión abierta contra Dios? ¿Están todos condenados para siempre? ¿Fue la obra de Jesús y los apóstoles un FRACASO? Cuando Pablo razonaba ante los filósofos en el Areópago (Hch. 17:18-34), dejó en claro que la mayoría de la gente en es tiempo no tenía NI IDEA de quién es el verdadero Dios. Simplemente no lo sabían. Y Dios TAMPOCO estaba tratando de "llamarlos" en ese momento. Lo que hay que entender es que Dios ha fijado un TIEMPO en el que llamará a los MILES DE MILLONES de seres humanos que han estado separados de Él durante los últimos 6.000 años.
Dios se sirve de Israel como una representación de toda la humanidad. En varios pasajes de la Biblia está revelado el principio: "Primero los judíos, luego los gentiles" (Jn. 4:22; Hch.20:21; Ro. 1:16; 2:9). Cristo y los apóstoles predicaron inicialmente a los judíos, luego, en Hechos 10, encontramos que Pedro fue guiado por Dios para llevar la salvación a los gentiles; comenzando con la casa de Cornelio.
Sin embargo, ni los judíos, ni la gran mayoría de los descendientes de las "diez tribus perdidas", se han convertido al cristianismo; porque ellos, al igual que gran parte de la humanidad, han sido CEGADOS por Dios ¡para que no puedan entender!
En referencia a Israel, el apóstol Pablo por inspiración divina escribió: "Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios" (Ro. 10:3). Notemos que este pueblo ignoraba "la justicia de Dios"; porque Dios todavía no los estaba llamando.
La siguiente explicación de Pablo es concluyente: "¿Qué pues? Lo que buscaba Israel, no lo ha alcanzado; pero los escogidos sí lo han alcanzado, y los demás fueron endurecidos; como está escrito: Dios les dio espíritu de estupor, ojos con que no vean y oídos con que no oigan, hasta el día de hoy" (Ro. 11:7-8). Solamente "los escogidos" no han sido CEGADOS.
Esto no significa que Israel y la gran mayoría de la humanidad haya sido "cegada" para siempre. Como lo hemos explicado, Dios es un Dios justo, que llamará a las diferentes personas a su debido tiempo. Esto es precisamente lo que el común de la cristiandad NO puede comprender. Veamos la respuesta de Dios ante esta confusión: "No quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles; y luego todo Israel será salvo, como está escrito: Vendrá de Sion el Libertador, que apartará de Jacob la impiedad" (vs.25-26).
De manera que "todo Israel SERÁ salvo". Como veremos en un momento, en el futuro habrá un "día del JUICIO"; cuando a TODOS los seres humanos, que han estado cegados a través de los siglos, les serán abiertos sus ojos y entonces sí podrán VER. Finalmente, entonces, podrán ver y comprender claramente el gran PROPÓSITO que Dios ha estado llevando a cabo en la tierra. Y entenderán también las RAZONES que Dios ha tenido para dejar que toda la humanidad haya permanecido "ciega" durante los últimos 6.000 años.
Recordemos que Jesús dijo: "Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero" (Jn. 6:44). Y el apóstol Pablo bajo inspiración de Dios escribió: "¡Mirad, hermanos, quiénes habéis sido llamados! No hay muchos sabios según la carne ni muchos poderosos ni muchos de la nobleza" (1 Co. 1:26, Biblia de Jerusalén). Esto no significa que los "grandes" hombres y mujeres que han vivido a través de los siglos estén CONDENADOS. ¡Porque TODOS tendrán una oportunidad de salvación!
Pensemos en todos aquellos gobernantes de los reinos del mundo que asesinaron, violaron y maltrataron a infinidad de personas; pero que JAMÁS OYERON el nombre de Jesucristo ni su mensaje. ¿Qué ocurrirá con ellos? El mismo Jesús nos da la explicación: "¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que han sido hechos en vosotras, tiempo ha que se hubieran arrepentido en cilicio y en ceniza. Por tanto os digo que en el día del juicio, será más tolerable el castigo para Tiro y para Sidón, que para vosotras" (Mt. 11:21-22). El "día del juicio", como veremos, no se refiere únicamente al momento de la sentencia; sino que cuando Dios resucite de la muerte a los MILES DE MILLONES de personas les concederá suficiente tiempo, quizás un siglo entero, en el que les será abierta la mente y el corazón y luego serán sentenciadas conforme a su respuesta; ¡una vez que hayan tenido la oportunidad de comprender plenamente!
Siguiendo el texto de Mateo 11, observemos la afirmación de Jesús: "Y tú, Capernaum, que eres levantada hasta el cielo, hasta el Hades serás abatida; porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que han sido hechos en ti, habría permanecido hasta el día de hoy. Por tanto os digo que en el día del juicio, será más tolerable el castigo para la tierra de Sodoma, que para ti" (vs. 23-24). ¡Pensemos en esto! Hasta los pervertidos sexuales de la antigua Sodoma encontrarán "más tolerable" el DÍA DEL JUICIO que los de Capernaum que personalmente conocieron a Jesús y ¡lo rechazaron!
Es claro entonces que esos pueblos PECADORES de la antigüedad no CONOCÍAN al verdadero Dios ni sus caminos. Cristo iba a venir como Salvador a la tierra siglos después. Sin embargo, como hemos visto, NO HAY OTRO NOMBRE en el que podamos ser salvos.
Y Satanás, el "dios" de este siglo, ha CEGADO a todos los que no creen; de manera que la mayoría de la gente en este tiempo NO PUEDE entender la Biblia ni el plan de Dios, porque todavía no han sido llamados.
Satanás es ese poderoso ser espiritual que "engaña al MUNDO ENTERO" (Ap. 12:9). En sus profecías, Dios se refiere a un velo de CEGUERA espiritual que cubre a la gran mayoría de la humanidad. Un velo que Jesucristo DESTRUIRÁ a su regreso: "Destruirá en este monte la cubierta con que están cubiertos todos los pueblos, y el VELO que envuelve a todas las naciones. Destruirá a la muerte para siempre; y enjugará el Eterno el Señor toda lágrima de todos los rostros; y quitará la afrenta de su pueblo de toda la tierra; porque el Eternolo ha dicho" (Is. 25:7-8).
El libro del Apocalipsis más que ningún otro libro de la Biblia, presenta los sucesos proféticos en forma cronológica. Apocalipsis 19:11-21 se refiere al regreso de Cristo en toda su gloria como Rey de reyes (vs. 14-16). Luego, después de destruir los ejércitos del futuro dictador europeo llamado "la bestia", lo lanzará junto con el futuro "falso profeta" en el "lago de fuego" (v. 20).
En Apocalipsis 20:1, Dios habla de un poderoso ángel que viene a la tierra: "Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años; y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo" (vs. 2-3). Observemos que estos versículos también nos dicen que Satanás ha estado ENGAÑANDO a las naciones.
Una vez que Satanás haya sido quitado, comenzará el glorioso gobierno milenial de Jesucristo, durante el cual dice la Biblia que los santos de Dios "vivieron y reinaron con Cristo mil años" (v. 4). Y en el versículo 6 dice: "Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años."
Los verdaderos cristianos. Los que han sido llamados por Dios comprenden su propósito, y saben que se están preparando para ser reyes y sacerdotes en el futuro Reino de Cristo sobre la tierra; y ¡juzgarán aun a los ángeles! (1 Co. 6:1-3). El reinado milenial de Cristo y sus santos (Dn. 7:26-27), será una magnífica oportunidad para ayudar a las multitudes confundidas y enseñarlas y guiarlas por los caminos correctos de Dios.
Para entender el destino de los MILES DE MILLONES de personas "cegadas" que NO vivirán en el milenio ni han sabido del verdadero plan de Dios, debemos volver a Apocalipsis 20. Después de describir una corta liberación de Satanás, durante la cual rápidamente engaña a una multitud (vs. 7-10), la Palabra de Dios empieza a describir el juicio del gran trono blanco. Pero antes de referirnos a éste, pasemos por un momento al versículo 5. Aquí, a manera de paréntesis, después de referirse al gobierno milenial de Cristo y los santos, dice: "Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años.""LOS OTROS MUERTOS" es una clara referencia a los MILES DE MILLONES de personas que en pasados siglos NUNCA fueron llamadas a la salvación y por ende NO TUVIERON OPORTUNIDAD de participar "en la primera resurrección" (v. 6).
Ahora continuemos con la secuencia: "Y vi un GRAN TRONO BLANCO y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron JUZGADOS los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras" (vs. 11-12).
Para la historia humana, será el momento en que TODA la gente, desde los desconocidos hasta los más famosos, lleguen a saber por primera vez la razón de haber nacido. Esta gente que había estado muerta, que obviamente incluye a nuestros propios antepasados, estarán "de pie ante Dios", RESUCITADOS. Luego "los libros" serán abiertos. El sustantivo "libros", que aquí fue traducido del griego "biblia" plural de "biblion" que significa "libro", se refiere a los "libros de la Biblia".
De manera que todas las personas que estuvieron ciegas durante todas las épocas y en el presente, tendrán ante sus ojos la Biblia "abierta" para que la puedan entender. El "velo" que había estado sobre ellas habrá sido DESTRUIDO. Ahora, finalmente, cada persona tendrá por primera vez la oportunidad de conocer a Dios y decidir si se arrepiente, si acepta a Cristo como Señor y Salvador, o si decide persistir en sus caminos.
"Otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida" (v. 12). Pablo también se refiere a los santos "cuyos nombres están en el libro de la vida" (Fil. 4:3). Y Apocalipsis 21:27 advierte que la nueva Jerusalén será habitada "solamente" por "los que están inscritos en el libro dela vida del Cordero".
Finalmente, la oportunidad de la vida eterna estará ante las multitudes, ante "grandes y pequeños"; quienes habrán resucitado a la vida física posiblemente por un período de100 años, lo suficiente para aprender, para crecer y ser probados y finalmente saber si su voluntad es vivir una vida eterna en los caminos de Dios (Is. 65:20). Serán entonces llamados y tendrán la oportunidad de estudiar y comprender la Biblia. Esta vez, y SOLAMENTE hasta entonces, Dios dice que esas personas resucitadas serán juzgadas "por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras" (Ap. 20:12). Ahora, después de recibir una verdadera OPORTUNIDAD de saber y actuar conforme a la verdad, serán juzgadas según como reaccionen y obedezcan a las enseñanzas de los libros de la Biblia. Santiago, por inspiración divina nos dice: "La fe sin obras está MUERTA" (Stg. 2:17, 26).
No hay que confundirse: SI todos esos miles de millones de seres humanos que estaban ciegos fueran juzgados solamente por las obras que hicieron durante sus vidas; muchos de ellos ladrones, prostitutas, dictadores o falsos profetas; necesariamente tendrían que MORIR en el lago de fuego. Porque durante sus vidas NO aceptaron el único "nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos" (Hch. 4:12); tampoco se arrepintieron (Hch. 2:38) de sus caminos equivocados ni ENTREGARON su vida a Cristo para dejar que Él, mediante el Espíritu Santo, los formara y ayudara a crecer "en la graciay el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo" (2 P. 3:18).
¡Dios NO es un Dios de confusión! Toda esa infinidad de personas merece una OPORTUNIDAD y ser entonces juzgadas por lo que hagan DESPUÉS de haber conocido la verdad de Dios! Aunque muchos teólogos y ministros, engañados, piensen que Dios de alguna manera va a salvar a muchos de nuestros amigos y parientes, y a multitudes que vivieron en el pasado sin haberse ARREPENTIDO ni SOMETIDO al Cristo Viviente. ¡Están muy EQUIVOCADOS!
¡Que Dios nos ayude a comprender la verdad sobre MILES DE MILLONES de budistas, sintoístas, musulmanes y muchos otros tanto del presente como del pasado que JAMÁS tuvieron la oportunidad de aceptar a Jesucristo. También sobre los MILES DE MILLONES de personas que solo han conocido a un falso Cristo (2 Co. 11:4), y que nunca se rindieron INCONDICIONALMENTE al Cristo de la Biblia ni permitieron que GOBERNARA sus vidas!
Para este dilema religioso NO EXISTE OTRA EXPLICACIÓN que tenga sentido. Y la respuesta ha estado siempre en la Biblia. No estamos hablando de OTRA oportunidad, estamos hablando de la ÚNICA oportunidad para aprender y obedecer la verdad que un Dios equitativo y justo va a revelar en su debido momento a esas multitudes.
Otra escritura muy reveladora que explica esta parte del plan de Dios se encuentra en Ezequiel 37. En ella encontramos la famosa historia de los "huesos secos". Sin embargo, no se trata simplemente de una historia, se trata de una profecía que revela uno de los acontecimientos más IMPRESIONANTES de la historia humana.
Aunque es evidente que este pasaje se está refiriendo a las denominadas diez tribus perdidas de Israel el día en que serán reunidas y luego unificadas con Judá (vs. 15-22), realmente está hablando de los incontables millones de personas de la casa de Israel. Aunque muy pocos lo saben, los actuales descendientes de las diez tribus perdidas de Israel son los pueblos anglosajones que habitan los Estados Unidos de América y las naciones del Reino Unido y también las pacíficas y democráticas naciones de Europa Noroccidental. Para comprobar lo anterior, estudie el folleto La Llave Maestra de la Profecía, que estaremos gustosos de enviar sin ningún costo a toda persona que nos lo solicite.
Para comprender mejor lo que está sucediendo a la gente de esas naciones, en su mayoría ENGAÑADA durante todas las épocas, recordemos un principio clave sobre la forma en que Dios actúa. Este se encuentra de varias maneras en la Biblia. Veamos Romanos 1:16: "Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego". Romanos 2:9-10 dice prácticamente lo mismo. Leamos ahora cuidadosamente el versículo 11: "No hay ACEPCIÓN de personas para con Dios". De manera que, si Dios NO HACE ACEPCIÓN de personas y como es absolutamente justo, tendrá que dar a cada persona una verdadera oportunidad de salvación. Simplemente es un asunto de TIEMPO.
En Ezequiel 37 Dios revela que los incontables millones de israelitas, que fueron CEGADOS a su verdad, volverán a vivir por medio de una resurrección especial, NO para condenación, sino para recibir el Espíritu Santo de Dios que los capacite para entender y obedecer la verdad. Es necesario entonces estudiar cuidadosamente Ezequiel 37, versículo a versículo. Observemos que Dios le da a Ezequiel una visión sobre un enorme valle de "huesos secos". Luego se formula la pregunta: "¿Vivirán estos huesos?" (v. 3). En seguida Dios comienza a responder la pregunta dirigiendo sea los huesos: "He aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros, y VIVIRÉIS. Y pondré tendones sobre vosotros, y haré subir sobre vosotros carne, y os cubriré de piel, y pondré en vosotros ESPÍRITU, y viviréis; y SABRÉIS que yo soy el Eterno" (vs. 5-6).
Dios se ocupa primero de los israelitas, su pueblo escogido, como una representación de lo que hará luego con TODA la humanidad. Porque como vimos, Dios NO hace acepción de personas. Obviamente Dios está planeando resucitar a los israelitas que habían estado cegados y darles una oportunidad de conocerlo a Él y a su maravilloso plan para la humanidad.
En esta extraordinaria visión, a esas multitudes resucitadas se les llama "un ejército grande en extremo" (v. 10). Y Dios claramente nos dice de quiénes se trata: "Hijo de hombre, TODOS estos huesos son LA CASA de Israel" (v. 11). De manera que este ejército de huesos secos no solamente incluye a las diez tribus de Israel que permanecieron ciegas, sino también a Judá, que también estuvo ciego al mensaje del Mesías y al maravilloso plan que Cristo y Dios el Padre tienen para toda la humanidad.
Como toda la humanidad, todos los israelitas han sido pecadores (Ro. 3:23). De manera que en esta resurrección, al principio tendrán miedo y se sentirán culpables: "Nuestros huesos se secaron, y pereció nuestra esperanza, y somos del todo destruidos" (Ez. 37:11). Entonces Dios les responde: "He aquí, yo abro vuestros sepulcros, pueblo mío, y os haré subir de vuestras sepulturas, y os traeré a la tierra de Israel. Y sabréis que yo soy el Eterno, cuando abra vuestros sepulcros, y os saque de vuestras sepulturas, pueblo mío. Y pondré MI ESPÍRITU en vosotros, y viviréis, y os haré reposar sobre vuestra tierra; y SABRÉIS que yo el Eterno hablé, y lo hice, dice el Eterno" (vs. 12-14). Entonces la humanidad, representada aquí por Israel, todos esos MILES DE MILLONES de seres humanos, tendrán una verdadera oportunidad de entender, de obedecer a su Dios y de convertirse y ser llenos de su SANTO ESPÍRITU.
Casi todos tenemos algún amigo o pariente cercano que es alcohólico, o que frecuentemente tome el nombre de Dios en vano y que rara vez asista a una iglesia. Con todo y todo, estas personas tal vez sean agradables, amistosas y serviciales; pero nunca se han identificado con ninguna forma de cristianismo.
¿Están esas personas CONDENADAS para siempre?
A medida que avanzamos en el conocimiento de la verdad de Dios, nos damos cuenta de que aun la mayoría de los que se identifican como cristianos no tienen ni idea de lo que significa el verdadero cristianismo. Y que ellos, al igual que el resto de la humanidad, están escribiendo las lecciones de la experiencia humana durante sus vidas. Estas personas necesitarán de esa especial resurrección durante el juicio del gran trono blanco para poder comprender esas lecciones que han estado escribiendo con la experiencia y el sufrimiento humanos.
Sabemos de muchos llamados cristianos que realmente son hipócritas, que solo asisten a su iglesia por conveniencia social o para buscar ventajas en sus negocios o profesiones o por cualquier otra razón nada religiosa. Obviamente las vidas de estas personas nunca muestran los "frutos" del Espíritu Santo. La Palabra de Dios es enfática en esto: "Si alguno NO tiene el Espíritu de Cristo, NO es de ÉL" (Ro. 8:9). ¡Entonces estas personas NO son verdaderamente cristianas!
Esto no significa que todos esos hipócritas o farsantes estén "perdidos" para siempre. Los religiosos con frecuencia tratan de encontrar una solución a este dilema, pero solo aciertan a dar sus propias ideas que CONTRADICEN las enseñanzas de la Biblia. Pero si entendemos el maravilloso plan de Dios, que incluye la verdad sobre el juicio del gran trono blanco, encontraremos la ÚNICA respuesta que tiene sentido lógico y es bíblicamente correcta. Sencillamente porque esta respuesta está basada en la verdad.
Muchos se conmueven cuando piensan en los incontables millones de seres humanos que perdieron su vida en alguna tragedia, que NUNCA comprendieron a plenitud el evangelio de Cristo ni tuvieron oportunidad de aprender la verdad de la Palabra de Dios, de arrepentirse de sus pecados ni de aceptar al verdadero Jesucristo de la Biblia como Salvador y Maestro. Ninguno; de los que murieron recién nacidos, o fueron retardados mentales, o sufrieron diferentes discapacidades; está DESTITUIDO de la vida eterna.
A todas estas personas se les concederá una oportunidad de salvación durante el juicio del gran trono blanco. Tendrán todo el conocimiento de Dios y de su maravilloso PLAN. Sin duda la gran mayoría decidirá obedecer al Creador y aceptar la vida eterna, conforme a las condiciones de Dios, cuando venga esa oportunidad.
Tenemos que ser realistas, la Palabra de Dios deja muy en claro que la mayoría de la gente NUNCA ha sido "llamada" durante esta era, incluyendo a la mayor parte de la sociedad "cristiana". Millones podrán creer en Dios, pero realmente no lo "conocen". Esta es una afirmación drástica: "El que dice: Yo le conozco [refiriéndose a Jesucristo], y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él" (1 Jn. 2:4). También dijo Jesús: "¿por qué me llamáis Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?" (Lc. 6:46).
Millones de personas del llamado mundo cristiano hablan acerca de Dios; pero no hacen lo que Dios ordena. Veamos esta orden de Jesucristo: "Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: AMAD a vuestros enemigos, BENDECID a los que os maldicen, haced BIEN a los que os aborrecen, y ORAD por los que os ultrajan y os persiguen" (Mt. 5:43-44). ¿Se han cumplido acaso estas instrucciones durante las últimas centurias en Europa, considerada el "corazón" del llamado cristianismo? La realidad y la historia reciente nos dicen que NO, porque en el mismo corazón del llamado cristianismo se han librado las guerras más espantosas de los últimos cien años. Todo porque la gente no "conoce" al verdadero Dios de la Biblia.
Para ilustrar este punto hay incontables ejemplos que podríamos utilizar, pero ahora viene a mi mente uno que puede ser muy significativo. Se trata de una carta personal que llegó a ser hecha pública y se demostró su autenticidad. Algunos de los lectores quizá la conozcan. Esta carta, dirigida por un soldado alemán en enero de 1943 a su padre que era clérigo, escrita durante la batalla de Stalingrado, donde 91.000 alemanes fueron hechos prisioneros por los rusos y de los cuales solo 5.000 sobrevivientes volvieron a Alemania, dice así:
"…En Stalingrado preguntar sobre Dios significa negarlo. Debo decírtelo, querido padre, y estoy doblemente angustiado por esto. Tú me criaste, porque no tuve madre, y siempre tuviste a Dios delante de mis ojos y mi alma. Y lamento doblemente mis palabras, porque serán las últimas. Después de éstas, no podría pronunciar otras para retractarme.
Tú eres clérigo, padre. En la última carta uno siempre dice la verdad, o lo que supone que es la verdad. He buscado a Dios en cada cráter, en cada casa destruida, en cada esquina, entre todos mis compañeros cuando reposo en mi trinchera y también en el cielo. Dios no aparece cuando mi corazón clama por Él. Casas fueron destruidas. Mis compañeros fueron tan valientes o tan cobardes como yo. Hambre y muerte había en la tierra. Bombas y fuego caían del cielo. Pero Dios no estaba allí. No, padre, no hay Dios. Lo escribo de nuevo, y sé que es terrible y no puedo enmendarlo. Y si a pesar de todo tuviera que haber un Dios, solo estaría contigo, en los himnarios y en las oraciones, en los piadosos discursos de sacerdotes y pastores, en el tañido de las campanas y en el olor del incienso. Pero nunca en Stalingrado" (Carta 17, Últimas cartas de Stalingrado).
Qué dolor tan terrible debe haber sentido este ministro "cristiano" cuando leyó la carta de su hijo: "Pero Dios NO estaba allí. No, padre, NO HAY DIOS" [Énfasis mío]. Si este joven hubiera comprendido la verdad del plan de Dios, al menos habría sabido que todos los que le rodeaban, involucrados en esa terrible carnicería, estaban espiritualmente CIEGOS. Los ministros y sacerdotes que los bendecían mientras eran enviados a la batalla, probablemente también estaban CIEGOS. Pero finalmente, en una resurrección especial, todos ellos tendrán una verdadera oportunidad, su PRIMERA oportunidad, ¡de conocer a Dios y de HACER su voluntad!
Cuando pensamos en los MILES DE MILLONES de hombres y mujeres que a través de los años han muerto trágicamente, en muertes aparentemente sin sentido, debería ser muy reconfortante e inspirador saber que esas terribles muertes en Stalingrado, en los campos de concentración de Hitler, en los campos de exterminio de Cambodia, en el hundimiento del Titanic y en muchos millones de situaciones terribles; NO significó el "fin" para todos esos muertos.
Porque un Dios pleno de amor y sabiduría tiene maravillosos planes para los incontables millones de seres humanos hechos a su imagen. Dios NO los va a olvidar. Pero tampoco los va a introducir furtivamente en su Reino por alguna "puerta lateral" sin que hayan demostrado un genuino arrepentimiento y hayan aceptado a Jesucristo como Señor y Salvador. Porque en el juicio del gran trono blanco serán abiertos sus ojos ante el extraordinario PROPÓSITO que Dios tiene en su mente para toda la humanidad.
El sufrimiento de toda esa gente ha dejado experiencias que han ampliado su visión, y las lecciones aprendidas por esos terribles padecimientos NO han sido del todo en vano. Porque todos ellos VIVIRÁN de nuevo; AMARÁN de nuevo y si sus corazones llegan a ser justos, volverán a ser FELICES. Una preciosa escritura viene a la mente y que se aplica tanto a esa resurrección especial como a la primera resurrección: "Cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? Ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley. Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo" (1 Co. 15:54-57).
Si el cine y la industria musical fueran capaces de representar la inmensa ALEGRÍA y FELICIDAD de las multitudes cuando vuelvan a vivir y lleguen a CONOCER A SU DIOS, alcanzarían el mayor de sus éxitos. Los compositores podrían escribir canciones verdaderamente EMOCIONANTES de alabanza y de gran ALEGRÍA sobre el acontecimiento más maravilloso que jamás habrá experimentado la humanidad. Y posiblemente algún día lo harán en el Reino de Dios.
El Dios Todopoderoso NO está tratando de salvar a todos por ahora. Si así fuera, TODOS serían salvos. Pero Dios está dejando que la humanidad viva a su manera durante estos 6.000 años de historia bajo la influencia de Satanás el diablo (Ef. 2:2). Por el momento, Dios solo interviene ocasionalmente conforme a su voluntad, a fin de que se cumplan sus propósitos en cuanto al ascenso y caída de imperios y naciones. También interviene para llamar a ciertas personas para que integren su Iglesia, la "manada pequeña" (Lc. 12:32) y para prepararlos como reyes y sacerdotes que servirán bajo Cristo en el venidero Reino de Dios sobre la tierra (Ap. 2:26-27; 5:9-10).
Pero la gran mayoría de la humanidad ha sido CEGADA por el mismo Dios, porque necesita aprender mediante el sufrimiento que sus caminos no son correctos.
Luego, a su debido tiempo, durante el juicio del gran trono blanco, Dios los traerá de nuevo a la vida física, llamándolos al entendimiento espiritual y dándole su Santo Espíritu a todo aquel que lo pida. Finalmente, les concederá la salvación en el Reino de Dios. Es de suponer que Dios podría haberlo hecho de otra manera. Pero la mayoría de la gente deberá aprender mediante la dura experiencia humana que los caminos del hombre no son CORRECTOS. Luego, cuando venga la oportunidad para el verdadero conocimiento, todos apreciarán mucho más LOS CAMINOS DE DIOS.
Después de describir que Dios a su debido tiempo va a convertir a "todo Israel" (Ro. 11:26), el apóstol Pablo por inspiración de nuestro Creador dejó escrito lo siguiente: "Porque Dios sujetó a todos en desobediencia, para tener misericordia de todos. ¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos! Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero? ¿O quién le dio a él primero, para que le fuese recompensado? Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén" (vs. 32-36).
Francamente, solo la verdadera Iglesia de Dios comprende a "profundidad" esta verdad; y muchas otras verdades fundamentales a las que la "cristiandad" de este mundo permanece "ciega". La Iglesia del Dios Viviente, que publica la revista El Mundo de Mañana y gran variedad de folletos, está dedicada a restaurar el cristianismo apostólico. Queridos lectores, ustedes podrán encontrar personas amistosas con quienes compartir las creencias y la adoración al verdadero Dios y para practicar toda la verdad de la Biblia, pero es necesario que nos escriban o nos llamen si tienen un verdadero interés. Si el Gran Dios está abriendo sus mentes, con toda seguridad nos lo hará saber. Sírvanse solicitar y estudiar todo el material escrito que ofrecemos y no hagan caso omiso de la siguiente instrucción: "EXAMINADLO todo; retened lo bueno" (1 Ts. 5:21).
Tenemos también a disposición el Curso Bíblico por Correspondencia de El Mundo de Mañana, con cuyo estudio se podrá llegar al verdadero ENTENDIMIENTO del maravilloso PROPÓSITO de Dios y la forma de alcanzar ese propósito. Recordamos que todas nuestras publicaciones así como el material grabado se envía sin costo alguno para quien lo solicite y no hay ninguna obligación posterior.
Nuestra esperanza es que todos nuestros lectores tengan la oportunidad de ACTUAR conforme a la verdad. Si Dios les está abriendo el entendimiento, no hay ninguna razón para que tengan que sufrir las siete últimas plagas ni caer en la gran tribulación, ni tampoco permanecer en la tumba durante los próximos mil años esperando el juicio del gran trono blanco.