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Deutsche Welle informa: “Escupir, golpear, empujar: La agresión física es un hecho cotidiano en las escuelas. Pero un nuevo estudio realizado por el sindicato de maestros alemanes muestra que está en ascenso y está cada vez más dirigido a los profesores” (14 de noviembre de 2016). Según el artículo: “Un niño de 14 años estrangula a su maestro con un cordón de zapatos. Una madre golpea a la maestra de su hijo. Un joven de 15 años ataca a cuatro profesores con los puños. Cada uno de estos incidentes terminaron en los tribunales alemanes el año pasado, pero comenzaron en la escuela. Y no son hechos aislados... La agresión física o verbal y la falta de respeto a menudo provienen de los padres y tutores... y frecuentemente se manifiestan en presencia de sus hijos” (ibídem). Isaías predijo que, al fin de la era: “El joven se levantará contra el anciano... Los opresores de mi pueblo son muchachos” (Isaías 3:5, 12). Estamos viendo los resultados de las sociedades “cristianas” que no siguen el consejo bíblico: “Instruye al niño en su camino” (Proverbios 22:6), y no enseñan a los niños a respetar a sus padres y ancianos (Efesios 6:1-4). Dios instruyó a los padres a que enseñaran a sus hijos lo correcto y lo incorrecto, y sobre el comportamiento respetuoso hacia los líderes (Deuteronomio 6:4-9). Cuando los padres desprecian a los que están en autoridad y no enseñan el respeto por la autoridad, el resultado es una generación de niños violentos e irrespetuosos.