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"Lo que el mundo necesita, es amor, dulce amor”, así es la letra de una popular canción de unas décadas atrás. ¡Es cierto, lo que el mundo necesita en estos momentos es amor, amor genuino! Pero, ¿cuándo las personas festejan el día de Lupercus, conocido en la actualidad como el día de “San Valentín”, evocan el “verdadero amor” que el mundo necesita tan desesperadamente?
Siglos antes del nacimiento de Jesucristo, se celebraba en Roma un festival sensual en honor a Lupercus, el deificado “héroe cazador de los lobos". Esta festividad tenía lugar el 15 de febrero, comenzando desde la tarde del 14 de febrero.
Esta antigua práctica romana conocida como la “Lupercalia” alentó especialmente a los jóvenes que estaban "dedicados a una sola pareja", a disfrutar de actos licenciosos de fornicación con múltiples parejas.
Más tarde, en el siglo quinto, los líderes de la iglesia romana debatieron la inclusión del Festival de la Lupercalia en la Roma cristiana, y debido a la inmensa popularidad de este día pagano en la ciudadanía romana, se decidió incluirlo como día festivo, pero suprimiendo las observancias más grotescas y sensuales del mismo. En el 496 d.C. el Papa Gelasius "cristianizó” la celebración pagana de la Lupercalia cambiándole el nombre a “día de San Valentín” y cambiando el día de su observancia del 15 al 14 de febrero (Enciclopedia Americana, artículo, "día de San Valentín").
Pero, ¿cuál es el origen del nombre “San Valentín”?
"Valentín" era el antiguo nombre de “Lupercus”, el poderoso cazador. Los griegos lo llamaban “Pan”. Los fenicios y semitas lo llamaron "Bal" o "Baal". Y el nombre bíblico original para “San Valentín" fue "Nimrod el poderoso cazador ante el Señor" - y ¡él no era un santo!
El cumpleaños de Nimrod era el 6 de enero. Su madre (según la costumbre) se presentaba para la purificación 40 días después, el 15 de febrero. Y, según la historia secular, Nimrod era un asesino vicioso y un abusador de mujeres. ¿Tiene alguna importancia que celebremos un día festivo pagano como un medio para expresar amor hacia los demás? ¿Elegiría usted honrar a un asesino, abusador de mujeres que ha sido utilizado como un "símbolo " que representa el amor?
La palabra de Dios nos da una respuesta clara y contundente:
“Cuando el Eterno tu Dios haya destruido delante de ti las naciones adonde tú vas para poseerlas, y las heredes, y habites en su tierra, guárdate que no tropieces yendo en pos de ellas, después que sean destruidas delante de ti; no preguntes acerca de sus dioses, diciendo: De la manera que servían aquellas naciones a sus dioses, yo también les serviré. No harás así al Eterno tu Dios; porque toda cosa abominable que el Eterno aborrece, hicieron ellos a sus dioses; pues aun a sus hijos y a sus hijas quemaban en el fuego a sus dioses. Cuidarás de hacer todo lo que yo te mando; no añadirás a ello, ni de ello quitarás” (Deuteronomio 12:29-32).
El verdadero cristianismo no se encuentra en las festividades paganas que se originaron de prácticas sensuales, licenciosas y de libertinaje. ¡Los cristianos que adoran a Jesucristo “en justicia y en verdad" no deben honrarlo en el nombre de una antigua deidad pagana!