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Muchas personas conocen el enorme impacto del evangelismo realizado por el cristianismo al difundir la Biblia y los valores judeocristianos por el mundo. Esfuerzos que han influido en el desarrollo de las culturas por más de cuatro siglos. Muchos misioneros y otros religiosos han dado su vida por llevar su mensaje a otras sociedades. Sin embargo, evangelistas y misioneros en esos países en desarrollo están expresando su desaprobación y desencanto con los “países madre” de Occidente, porque se alejan cada vez más de la Biblia. ¿Qué ha llevado a este dramático cambio en la historia, y qué lugar ocupa este momento dentro de las profecías bíblicas?
El estudioso Philip Jenkins escribió sobre un aumento de confrontación que debe preocupar a quienes se declaran cristianos en todo el mundo: “En años recientes, las [comuniones anglicanas] han sido actividades contenciosas. En cierta ocasión participaban en un estudio bíblico dos obispos, uno de ellos anglicano africano y el otro episcopal estadounidense. Los nervios se iban crispando con el paso de las horas, mientras el africano expresaba su confianza en las palabras claras de las Escrituras, el estadounidense resaltaba la necesidad de interpretar la Biblia a la luz de los conocimientos modernos y las normas contemporáneas. Finalmente, el obispo africano preguntó con exasperación: ‘¿Para qué nos trajeron las Escrituras si ustedes mismos no las creen?’” (The New Faces of Christianity, pág. 1).
Este choque no sorprende.
Un informe de Gallup, publicado el 15 de mayo del 2017, dice que solamente el 24 por ciento en los Estados Unidos cree que la Biblia es la Palabra literal de Dios, y el 47 por ciento cree que fue inspirada pero que “no debe tomarse literalmente” (Lydia Saad). Lo anterior refleja la creciente idea, especialmente entre las generaciones más jóvenes, de que la Biblia no es “literatura sagrada, ni basta como guía para una vida con sentido, ni es acertada al punto de ser confiable” (Barna Group, Barna.com, 15 de junio del 2016). Las estadísticas de otros países indican opiniones semejantes, incluso entre el clero:
“Solo el 29% de las personas con dedicación religiosa en Canadá tienen un concepto positivo del evangelismo… Entre el clero de las iglesias que se achican constantemente en el Sur de Ontario, todos (100%) estaban en desacuerdo con el enunciado de que: ‘la Biblia es la Palabra real de Dios y debe tomarse literalmente’. Entre este mismo grupo del clero, más del 50% conceptuaron que: ‘La Biblia es producto del pensamiento humano acerca de Dios, y por lo tanto, algunas de sus enseñanzas son erradas’” (Wyatt Graham, TheGospelCoalition.org, 6 de junio del 2018).
Jenkins también se ha referido al grado de convicción religiosa como notoriamente baja en los países europeos.
Occidente produjo una cultura que alguna vez declaró sin ambages: “La Biblia, la Biblia sola, y nada más que la Biblia, es la religión de los protestantes”. ¿Estaremos mirando hacia cuatro siglos de evangelismo para acusar a la teología cada vez más liberal de Occidente?
También viene presentándose desde hace decenios una brecha cada vez mayor entre las enseñanzas sobre la moral en el Occidente liberal, y las convicciones del Sur global: quienes se declaran cristianos en África, Sudamérica y Asia. Ahora se ven claramente sus efectos.
Hace poco la Iglesia Metodista Unida sintió la influencia de los países afiliados, cuando a comienzos del año rechazaron el polémico “Plan de una Iglesia”. El doctor Jerry P. Kulah, destacado ministro liberiano, reprochó los cambios radicales en la Conferencia General de la Iglesia Metodista Unida:
“Ruego me escuchen cuando digo, tan delicadamente como pueda: que los africanos no somos niños necesitados del esclarecimiento occidental en lo que atañe a la ética sexual de la Iglesia. No tenemos por qué escuchar a un obispo progresista estadounidense sermonearnos sobre la necesidad de que ‘maduremos’… Nosotros estamos con la Iglesia global, no con una Iglesia élite y culturalmente liberal en los Estados Unidos”. (Jonathon Van Maren: Cómo los africanos de fe salvaron a la Iglesia Metodista Unida de aceptar el ‘matrimonio’ gay. LifeSiteNews.com, 1 de marzo del 2019).
El discurso candente, aunque compasivo, de Kulah contra las tendencias recientes en la Iglesia Metodista, refleja el sentir de las mayorías en el Sur global. Cuando cierto destacado obispo anglicano declaró que “simplemente decir que algo va contra la tradición y la enseñanza de la Iglesia y las Escrituras no necesariamente significa que esté mal”, la respuesta fue muy reveladora:
La interpretación tan liberal chocó contra muchos líderes religiosos en el Sur global, quienes reafirmaron su obediencia estricta a la autoridad bíblica. El primado nigeriano Peter Akinola, el más notable de los críticos contra los liberales del Norte, afirmó: “Yo no escribí la Biblia. Es parte de nuestro legado cristiano. Nos dice qué hacer. Si la Palabra de Dios dice que el homosexualismo es abominación, que así sea” (Jenkins, pág. 3).
“Estas no son voces de un pequeño número. El Sur global, arrolladoramente fundamentalista, es muy grande, cosa que se suele pasar por alto dentro de la visión sesgada de Occidente. En el 2015 América Latina y África contaban con más de mil millones de cristianos, con otros 350 millones en Asia… y estas cifras van en aumento” (Wes Granberg-Michaelson: The Washington Post, 20 de mayo del 2015).
Si los occidentales piensan que sus países representan la mayoría del cristianismo, o que sientan las normas de este, están muy equivocados.
Lo anterior debe traer a nuestra mente el reproche expresado por Jesús contra el pueblo infiel de su época (Mateo 11:20-24). Cuando los líderes religiosos se mostraron escépticos ante su mensaje, dijo: “Los hombres de Nínive se levantarán en el juicio con esta generación, y la condenarán… La Reina del Sur se levantará en el juicio con esta generación, y la condenará” (Mateo 12:41-42). ¡Jesucristo hablaba de gentiles que un día juzgarían la falta de convicción de los israelitas que habían rechazado la verdad!
Lo que hoy vemos es la reacción cultural del Sur global contra la moral y la teología occidentales cada vez más alejadas de la Biblia.
Sin embargo, hay antiguas profecías que previeron estos hechos. Moisés advirtió a los israelitas: “Yo sé que después de mi muerte, ciertamente os corromperéis y os apartaréis del camino que os he mandado; y que os ha de venir mal en los postreros días, por haber hecho mal ante los ojos del Eterno” (Deuteronomio 31:29). Por medio del profeta Jeremías Dios advirtió a los líderes religiosos de Israel: “Los que tenían la ley no me conocieron” y “los hijos de Israel; porque han torcido su camino, del Eterno su Dios se han olvidado” (Jeremías 2:8; 3:21). Y por medio del profeta Oseas, Dios le advierte a Israel: “Le escribí las grandezas de mi ley, y fueron tenidas por cosa extraña” (Oseas 8:12), y como resultado: “Le castigaré por su conducta, y le pagaré conforme a sus obras… porque dejaron de servir al Eterno” (Oseas 4:9-10).
Gran parte de la humanidad se ha beneficiado de los valores judeocristianos divulgados por el evangelismo occidental. Pero ahora las naciones que Dios empleó para dar a conocer estas verdades en el mundo, afrontarán graves consecuencias por ser estas mismas las que desprecian la Palabra divina. El rechazo a la teología liberal del Occidente por parte de un Sur global, decidido a seguir las verdades fundamentales de las Escrituras, marca un hecho relevante en la historia mundial.
La noticia positiva es que Jesucristo regresará pronto a restablecer la correcta adoración: en Occidente, en el Sur global y en el resto de la humanidad. ¡Roguemos a Dios que venga pronto su Reino! [MM]