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Muchos piensan que la civilización occidental se edificó sobre la ley romana y sobre las ideas griegas de la democracia que se originaron hace más de 2.000 años. Pocos comprenden que buena parte de la cultura y civilización del mundo occidental, descansa sobre el fundamento de cinco libros escritos por Moisés bajo inspiración divina hace más de 3.000 años.
Aunque los escépticos dicen que Moisés fue un personaje ficticio, y aseguran que la aceptación literal de sus escritos ha sido perjudicial para la humanidad, esos argumentos olvidan el extraordinario contenido y el impacto innegable que los libros de Moisés han tenido en el curso de la historia humana.
Los cinco libros de Moisés, llamados también el Pentateuco: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio; forman parte de las Escrituras hebreas, también conocidas como el Antiguo Testamento, y son palabras inspiradas por Dios (Éxodo 3:4-6; 2 Timoteo 3:16).
La Biblia, incluidos sus cinco libros más antiguos, se distingue de otros libros santos en que contiene evidencia singular que la hace auténtica: Casi dos mil profecías que confirman su origen divino. Ningún texto a diferencia de la Biblia, ni el Corán, ni las Upanishads, ni el Tao Te Ching; puede demostrar que contiene profecías específicas como las que señalan correctamente los sucesos futuros.
Algunos críticos dicen que la ley de Moisés es copia o préstamo del código legal proclamado por Hammurabi, rey de Babilonia que vivió varios siglos antes. Pero las leyes de Hammurabi eran, en esencia, leyes civiles que regían a la ciudad o estado comercial de Babilonia; y disponían castigos bárbaros administrados por jueces que eran súbditos del Rey.
En cambio, la ley de Moisés es un conjunto mucho más amplio de instrucciones civiles y religiosas que tocan todos los aspectos de la vida. Los libros de Moisés dan una perspectiva teológica sobre el origen del Universo, la creación de la vida en la Tierra, el origen del matrimonio, el propósito de los sexos, el origen de los idiomas, el origen de las naciones; y también leyes que rigen las relaciones humanas.
Las perspectivas sobre Dios, el Universo y la humanidad; que encontramos en los libros sagrados del pueblo hebreo, han tenido una influencia imponderable en la historia y cultura del mundo occidental. Dios reveló los diez mandamientos de manera impresionante en el monte Sinaí (Éxodo 19:16-18). Son leyes basadas no en la obediencia a un rey terrenal, sino en una orientación religiosa hacia el único Dios verdadero. Las leyes que Dios reveló a Moisés encierran los conceptos de pecado y perdón, que no figuran en ninguna parte del código de Hammurabi.
Conviene también señalar que Dios entregó esta ley a Moisés escrita en dos tablas de piedra (Éxodo 31:18), y que Moisés escribió “todas las palabras del Eterno” en un “libro del pacto” (Éxodo 24:4-7) o “libro de la ley” (Deuteronomio 31:24-26). Dejando así un conjunto permanente de instrucciones divinas para la nación de Israel.
Los historiadores han señalado una “estrecha relación de ciertos libros con algunas transiciones en la historia”, porque los libros preservan ideas que pueden influir en la mente de generaciones posteriores, dando así forma a civilizaciones enteras.
Las leyes que Dios reveló a Moisés se diseñaron para establecer a Israel como una nación diferente de las demás, y cuyo pueblo fuera una luz y un ejemplo para las naciones vecinas y paganas en el mundo antiguo (Deuteronomio 4:1-10, 40). Esto armonizaba con la promesa que Dios había hecho a Abraham, quien también obedeció las leyes de Dios (ver Génesis 26:5), la promesa de que su descendencia sería bendición para “todas las naciones de la Tierra” (Génesis 22:18).
Las leyes de Moisés llaman la atención por su alcance, especialmente cuando se comparan con el código de Hammurabi. Los primeros cuatro mandamientos definen la relación de la humanidad con Dios, y los siguientes seis mandamientos definen cómo amar al prójimo. Las dimensiones morales de la ley mosaica definen el bien y el mal para toda la humanidad, y protegen la unidad fundamental de la sociedad, como es la institución del matrimonio entre hombre y mujer. Los mandamientos que prohíben mentir y robar protegen contra la corrupción que hoy invade a las sociedades humanas.
Los libros de Moisés incluyen estatutos sobre un día santo semanal y días santos anuales (Levítico 23). La ley biológica consagrada en Génesis 1:11, 24-25 dice que cada organismo viviente se reproduce “según su especie”, hecho que concuerda con los descubrimientos de la ciencia, y que contradice las teorías de la evolución.
Otras leyes mosaicas plantean un sistema económico y disponen alivio del endeudamiento (Deuteronomio 14:22-29; 15:1-2); guían las prácticas agrícolas (Éxodo 23:10-11) e instituyen la administración de la fauna y flora (Deuteronomio 22:6-7). Las leyes sobre la salud en el código de Moisés prohíben los tatuajes y la automutilación (Levítico 19:28). Disponen prácticas de cuarentena ante las enfermedades, identifican las fuentes de alimentación apropiadas (Levítico 11; Deuteronomio 14); y exponen medidas sanitarias y métodos de prevención de enfermedades infecciosas (ver Levítico 11-15); que desde luego resultan más económicas y oportunas que un tratamiento.
La realidad es que las comunidades judías en la Edad Media eran menos afectadas por las pandemias, y este hecho es una demostración de los beneficios de guardar las leyes bíblicas de la salud.
Otro hecho interesante es que los autores bíblicos nunca se refieren a las leyes mosaicas como una carga. Por el contrario, revelan que estas eran fuente de libertad, sabiduría, verdad y felicidad (Deuteronomio 4:40; Salmos 119; 1 Juan 5:2-3); y que no son válidas solo para la antigua nación de Israel.
Aun hoy, autoridades judiciales reconocen que los diez mandamientos han tenido un impacto importante en el desarrollo de códigos y leyes seculares en el mundo Occidental. Desde sus inicios, doce de las trece colonias originales de los Estados Unidos adoptaron la totalidad del decálogo dentro de su legislación civil y penal.
Un especialista en leyes ha dicho: “Ignorar la influencia de los diez mandamientos en la fundación y determinación de la legislación y el gobierno de los Estados Unidos, implicaría una revisión histórica considerable”. En resumen: La influencia directa e indirecta de los diez mandamientos sobre la legislación de muchas naciones es innegable.
Los libros de Moisés encierran una dimensión del conocimiento que ha influido profundamente en el mundo, y que no existe en los escritos de otras religiones o filosofías de la antigüedad. Ofrece información sin igual acerca del propósito y sentido de la vida. Como bien dijo respecto de los antiguos israelitas el autor inglés Paul Johnson: “Ningún pueblo ha insistido con más firmeza en que la historia tiene un propósito y la humanidad un destino”, y que Dios tiene un “plan providencial” y una “intención divina para el género humano”.
Estas ideas vienen de los libros de Moisés: El concepto de que los seres humanos son hechos a imagen y semejanza de Dios (Génesis 1:26), que toda vida humana es sagrada (Éxodo 20:13), que Dios está llevando a cabo un grandioso plan en la Tierra (Génesis 17:1-7; 22:15-18; 49), y que le ha dado a la humanidad una serie de leyes divinas para regir su conducta, son cosas que Moisés dejó consignadas hace muchos años en cinco libros que alteraron el curso de la historia humana. [MM]