Para hacer una búsqueda avanzada (buscar términos específicos), escriba juntamente los criterios de interés como se muestra en los siguientes ejemplos:
¿Estaremos cumpliendo con las tareas que Jesucristo nos ha comisionado?
¿Quién no ha visto una lista de cosas por hacer, quizás encima de un escritorio, fijada en una pared o en el refrigerador; o en algún dibujo animado con personajes divertidos que corren de aquí para allá tratando de hacer las cosas? La vida de muchas personas obedece a una lista, cada vez más larga, de cosas por hacer, al menos en la cabeza, o en un papel u hoja de cálculo. A menudo sucede que lo hecho, no da alcance a lo por hacer; tan rápidamente como quisiéramos.
La mayoría de nosotros hacemos listas de cosas que debemos llevar a cabo en nuestra ajetreada vida. Tenemos citas que cumplir, proyectos por terminar, tareas por realizar y llamadas por hacer. Tenemos lecciones, faenas, reuniones, seminarios, quehaceres y proyectos de todo tipo. Unos se valen de calendarios de papel y organizadores, otros de dispositivos electrónicos para organizar sus actividades, y fijar un orden de prelación a sus esfuerzos por hacer más en menos tiempo.
Hay cierto gusto que se siente, la sensación de un deber cumplido cuando tachamos un punto de la lista. Y la satisfacción es aún mayor cuando terminamos un enorme proyecto que comprende muchas tareas. Entonces podemos decir: “¡Ah! Lo terminé”. Nos sentimos bien… al menos por el momento… hasta que volvemos a ver la lista con nuevas cosas por hacer. Entonces puede que suspiremos, diciendo: “Tanto por hacer ¡y tan poco tiempo!”
Ver lo que Dios ha creado es maravilloso e inspirador: su lista de cosas hechas. Sus proyectos y planes son de talla universal. Por ejemplo, creó el Cielo y la Tierra en el principio. Dijo: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza” (Génesis 1:26). En Génesis 2, lo vemos terminando esos cometidos el sexto día y descansando el séptimo. “Y bendijo Dios al día séptimo y lo santificó” (vs. 1-3).
Dios también llevó a cabo una labor muy grande cuando sacó a los israelitas de Egipto (Éxodo 14:31). Otra tarea importantísima, cumplida por Jesucristo, fue su sacrificio para redimirnos de nuestros pecados. El Mesías fue crucificado y al morir dijo: “Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu” (Juan 19:30). Esa magna tarea se llevó a cabo para nuestra salvación.
Son muchísimas las cosas que Dios ha hecho y que podríamos mencionar, pero la Biblia también nos muestra lo que Dios hará. Es inspirador pensar en lo que aún está pendiente en su lista. Al contrario de nosotros, los débiles seres humanos propensos a aplazarlo todo, Dios garantiza que hará lo que dice: “Hablé, y lo haré venir; lo he pensado, y también lo haré” (Isaías 46:11).
En la Biblia leemos sobre las maravillas que hará Dios en los tiempos del fin, especialmente cuando Jesucristo regrese a establecer el Reino de Dios en la Tierra, poniendo fin a las guerras, los crímenes, el hambre, las enfermedades, la pobreza, la narcomanía y las catástrofes de toda clase. Satanás, el maligno gobernante del mundo presente, será depuesto y confinado en prisión (2 Corintios 4:4; Apocalipsis 20:2-3). La ignorancia y los falsos conocimientos serán reemplazados por la verdad. Dios llenará la Tierra del conocimiento de su camino. Entonces, ¡lo por hacer; se convertirá en lo hecho!
Una consideración importante es: ¿Qué tenemos en nuestra lista de cosas por hacer? ¿Estaremos siguiendo a Jesucristo en obediencia? ¿Podrá decirnos: “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu Señor”? (Mateo 25:21).
El cumplimiento de muchas profecías relacionadas con los últimos días y los tiempos del fin, ya está en el horizonte. Dios llevará a cabo las tareas que ha dicho, y las agregará a su lista de lo hecho. [MM]