Con la propagación del terrorismo y los recientes ataques en Francia, los apuñalamientos diarios en Israel y los disturbios, el sufrimiento y muerte en el mundo, incluso hasta los líderes religiosos del mundo están cuestionando su fe. "Justin Welby [arzobispo de Canterbury] se preguntó por qué ocurrieron los ataques, y dónde estaba Dios en el momento de necesidad de las víctimas francesas… se le preguntó si estos ataques le habían hecho dudar de dónde estaba Dios y dijo: ‘Oh cielos, sí’, y admitió que hicieron ‘una grieta en su armadura’" (Telegraph, 22 de noviembre del 2015).